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Una visita a los trabajadores de Coca-Cola en Fuenlabrada: “Todo está enfocado a dividirnos”

Unai Sordo, secretario general de CCOO, en la entrada de la planta de Coca-Cola en Fuenlabrada.

Carlos Hernández

Son las nueve de la mañana; un grupo de hombres y mujeres montan guardia en la entrada de la planta que Coca-Cola tiene en la localidad madrileña de Fuenlabrada. «Hasta la victoria» o «No nos van a domesticar» son algunos de los lemas que pueden leerse en sus rojas camisetas. José lleva más de 15 años trabajando en la embotelladora española: “Nos han hecho de todo. Primero los despidos, en abril de 2014; después, cuando la Justicia les obligó a readmitirnos, se han negado a cumplir las sentencias. Estuvimos más de siete meses sin cobrar. Al estar formalmente readmitidos no percibíamos el paro, pero la empresa no nos pagaba; ni siquiera nos dejaban entrar en la fábrica. Después, a base de ir ganando demandas, empezamos a percibir el salario del que nos quitaron todos los complementos y pluses. Finalmente, hace unos dos años tuvieron que permitirnos entrar. Desde entonces empezaron a hacernos la vida imposible. No hay carga de trabajo. Lo peor es pasarse todo el día sin hacer nada”.

En algo más de una hora, mientras esperan la llegada de Unai Sordo, observan como siete camiones entran en la planta para cargar o descargar mercancía: “¡Y ahí viene otro! ¡No tienen vergüenza!”, exclama uno de los trabajadores. Juan Carlos Asenjo, presidente del Comité de Empresa, explica a eldiario.es las razones de esta indignación: “Hay días en que no entra ni un solo camión. La media es de dos o tres cada jornada. Como hoy viene el secretario general de CCOO y sabían que iba a haber prensa, quieren aparentar que hay actividad. Es todo una farsa”. Adolfo, otro trabajador, ratifica las palabras de Asenjo: “El almacén está vacío. La mayoría, prácticamente, no hacemos nada. Algunos compañeros se dedican a ejecutar manualmente el trabajo que antes hacían las máquinas. Todo está enfocado a desanimarnos y a dividirnos. Mi padre trabajó 40 años aquí. Yo llevo casi 30 y siempre sentí que Coca-Cola era algo mío. Cuando algún conocido decía que no la bebía porque no era sana, siempre le respondía que eso era una tontería. Y fíjate ahora lo que nos han hecho…”.

Una sentencia de la Audiencia Nacional, confirmada por el Supremo, instó a la empresa a readmitir a los trabajadores en sus mismos puestos y condiciones. Para la plantilla no era posible cumplir la sentencia si Fuenlabrada no abría con el mismo estatus que tenía antes de los despidos. Cuando se produjo la reapertura como centro logístico los trabajadores denunciaron que sus puestos de trabajo no eran los mismos y que Coca-Cola apenas les daba trabajo efectivo. Empresa y trabajadores siguieron pleiteando. Los trabajadores acudieron de nuevo a la Audiencia Nacional para reclamar que sus readmisiones no se ajustaban al contenido de la sentencia. Pero, la Audiencia validó la forma de proceder de la empresa por lo que CCOO acudió al Tribunal Supremo que también ha dado por buenas las condiciones de la readmisión. Pese a los fallos legales en contra, los trabajadores continúan con su presión para revertir la situación de la planta.

La llegada de Sordo coincide con el momento en que la plantilla secunda una huelga de una hora convocada para la ocasión. Varias decenas de trabajadores saludan en la puerta principal al líder sindical. “Para nosotros es muy importante esta visita —remarca Asenjo—. Es la confirmación de que la nueva dirección del sindicato también nos apoya. Además, este acto servirá para que los periodistas podáis ver la situación en que se encuentra la planta”. El deseo del presidente del comité de empresa solo se cumple a medias. eldiario.es es el único medio de comunicación que se ha desplazado hasta Fuenlabrada para acompañar a Sordo en su recorrido. En la puerta de acceso, el jefe de seguridad nos informa de que tiene órdenes de la dirección de la empresa de no dejar pasar a ningún periodista. Ante nuestra protesta, acceden a consultar nuevamente con sus superiores, obteniendo idéntica respuesta.

Un café con Las Espartanas para esperar a Sordo

Un reducido grupo de mujeres tampoco puede rebasar la valla. Ellas son las ya célebres Espartanas; esposas y compañeras de los trabajadores que han hecho suya la lucha de sus parejas, protagonizando multitud de acciones reivindicativas repletas de valor e imaginación. Aprovechando que Sordo pasará un buen rato en el interior de la planta, cuatro de ellas aceptan tomar un café con este periodista y le relatan lo mucho que han cambiado sus vidas en estos últimos años. “Fatal. Esto es horrible”, contestan al unísono cuando se les pregunta por su estado anímico. “Ha habido separaciones; familias que se han roto por la tensión y el dolor que genera una situación como esta”, afirma Ana Isabel. “Yo hasta he perdido mi trabajo —añade Gema—. Pero tenemos que seguir aquí. Tenemos que tirar nosotras del carro porque además tenemos la libertad para hacer cosas que ellos no pueden hacer”. “Yo estoy medicada. Esto es muy duro”, apunta Aurora. “Hemos hecho piña entre nosotras porque algunas han visto como sus familias les daban de lado —señala Carmen—. No podemos hablar del tema con la mayoría de la gente porque no nos comprende. Nos preguntan que qué es lo que queremos… y no entienden que no nos baste con cobrar el sueldo a fin de mes; exigimos que recuperen sus puestos de trabajo, tal y como han sentenciado los tribunales”.

El café termina abruptamente cuando se produce la salida del secretario general de CCOO. Unai Sordo ha permanecido más de dos horas recorriendo las instalaciones de Coca Cola: “Salgo con una impresión de desolación. Un complejo industrial de 250.000 metros en esta situación de parálisis es un drama laboral y un drama social para esta comarca”. Sordo expresa públicamente su apoyo y el de su sindicato a las reivindicaciones de los trabajadores y denuncia que la multinacional no está cumpliendo las sentencias de los tribunales: “Cualquiera que pueda ver la actividad que hay ahora mismo aquí, llegaría a la misma conclusión. Es evidente que no existe una recuperación de la actividad en los términos que marcaban las sentencias”.

El líder de Comisiones Obreras informa de que también ha mantenido una breve reunión con representantes de Coca-Cola: “Ha habido un encuentro, digamos, de carácter más bien protocolario en el que nos han dicho que tienen disposición de buscar un escenario de negociación. Les hemos tomado la palabra, siempre y cuando las propuestas tengan viabilidad en el sentido de procurar una actividad productiva en esta planta. Ojalá esa voluntad de diálogo se materialice en algo”. Sordo destaca, finalmente, que esta batalla va más allá de la propia Coca-Cola, ya que, a su juicio, se ha convertido en un símbolo de la lucha por la dignidad del empleo: “Evidentemente es así, porque aquí lo que hay de fondo es una reestructuración de la actividad productiva de una gran multinacional que está buscando tercializar una parte de la actividad que hace, reducir los salarios por la vía de la externalización de una parte de su actividad y donde puede haber otros elementos… incluso de especulación”. Mientras Sordo abandona la zona, los trabajadores y Las Espartanas comienzan ya a organizar la próxima protesta. La chispa del conflicto sigue viva en Coca-Cola.

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