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Más allá del turismo: educación, industria manufacturera y construcción se llevan el 50% del empleo destruido en agosto

Imagen de archivo de un aula de Primaria. El sector de la Educación es el que más trabajadores ha perdido en agosto.

Laura Olías

El dato de afiliación y paro de este agosto ha dejado muchos titulares en clave de récord: la mayor pérdida de trabajadores afiliados en la última década, el mayor aumento de parados desde 2011 y el peor día en destrucción de empleo en la serie histórica de la Seguridad Social, entre otros. El Ministerio de Trabajo ha achacado los datos “a la desaceleración económica y el menor crecimiento del sector turístico”. De la pérdida de 202.966 trabajadores afiliados, la mitad corresponden a tres sectores: la educación, la industria manufacturera y la construcción. La hostelería, sector que más empleo aporta al turismo, incrementa su número de afiliados más que en agosto de 2017, pero menos que en la última década.

Agosto es tradicionalmente un mal mes para el empleo, debido a la estacionalidad del mercado laboral que pone fin a los trabajos creados en verano. Pero la elevada pérdida de este último agosto preocupa a los sindicatos, que piden al Ejecutivo cambios legislativos que deroguen elementos clave de la reforma laboral de 2012, y tanto el Partido Popular como Ciudadanos han acusado al Gobierno de acercar una crisis económica “a la vuelta de la esquina” e, incluso, “podemizar” la economía.

La desaceleración de la economía que menciona el Gobierno ya estaba prevista. En el caso del turismo, el sector se vio favorecido en los últimos años por la recepción de turistas “prestados” dada la inestabilidad política de países como Turquía, Egipto y Túnez.

Con la estabilización de estos destinos, y otros factores como la ola de calor que ha asolado Europa este verano, el número de turistas que ha llegado a España se ha reducido un 4,9%, el mayor descenso en ocho años. Aun así, expertos del sector advierten de que España ha aguantado “decentemente” esta situación y mejorado en otros indicadores como el gasto medio diario y por turista.

La destrucción de 202.966 empleos en agosto respecto a julio se concentra entre los afiliados al Régimen General, con un descenso de 184.660 personas (-1,18%), a los que siguen los 26.435 afiliados medios menos en el Régimen Agrario (-3,57%), 17.894 menos en el Régimen de Autónomos (-0,55%) y 3.588 menos en el Sistema Especial del Empleados del Hogar (-0,86%).

Los sectores más afectados

El Ministerio de Trabajo ha mencionado expresamente “el menor crecimiento del turismo” como parte responsable de los malos datos obtenidos en agosto. El sector es uno de los pocos que sumó trabajadores a la Seguridad Social, tomando como referencia el dato del empleo generado en la hostelería, donde se concentra el mayor número de trabajadores del turismo según las estadísticas de Turespaña. La hostelería incrementó el número de afiliados en 5.833 trabajadores, más que en 2017 (3.720), aunque menos que en la última década. El siguiente dato más bajo se registró en 2012, con un aumento de 8.864 afiliados medios.

La creación de empleo en el sector turístico ha ayudado en los últimos ejercicios a amortiguar la pérdida de trabajadores en otros ámbitos, pero el nuevo récord de este agosto no solo se compone de una menor creación de empleo en el turismo. En varios sectores de actividad se pierden más afiliados que en los últimos años.

Los tres ámbitos que concentran la mitad de la destrucción de empleo en agosto (50%, 101.598 afiliados menos) son la educación, la industria manufacturera y la construcción. En el sector educativo, los sindicatos esperaban que la destrucción de empleo en verano disminuyera este 2018 tras la sentencia del Supremo que consideró discriminatoria la práctica en junio a docentes que ejercen el curso completo para no pagarles las vacaciones, a propósito de una denuncia de profesores murcianos.

Pese a la sentencia, la pérdida de empleo en el sector este verano es la mayor en la última década. Entre mayo y agosto, la educación se ha descontado 221.161 afiliados medios, un 9,6% más que en el mismo periodo del año pasado.

UGT subraya que “hay muchas actividades que cierran en este período estival (sobre todo en la industria y la construcción)”. La industria manufacturera es la segunda que más afiliados pierde (23.632), el dato más alto desde 2012, en plena crisis económica.

En la construcción sucede lo mismo: redujo su número de afiliados medios en 20.261 personas en agosto, la peor cifra en este periodo desde 2012, y muy por encima (16%) de la pérdida de empleo del pasado año.

Lola Santillana, secretaria de Empleo de CCOO, afirma que “en los últimos años estamos advirtiendo que se vuelve a las mismas malas prácticas en construcción, en agosto se despide a la gente para ahorrarse las vacaciones”. En opinión de la sindicalista “el mal que tenemos en nuestro mercado laboral no se reduce al turismo, debemos tener una visión global, la precariedad se ha extendido a muchos sectores”.

En cuanto a los trabajadores autónomos, el mayor descenso de afiliados en agosto se registró en el comercio al por mayor y al por menor, la reparación de vehículos de motor y motocicletas (-3.296); la educación (-3.059); y la industria manufacturera (-2.416).

La “ultraflexibilidad” del mercado

Alberto del Pozo, economista miembro de Economistas Frente a la Crisis, advierte de que “antes era muy difícil ver subidas de paro y afiliación históricas, y ahora estamos batiendo récords de manera frecuente, bien en positivo o en negativo. Esto tiene que ver con que los contratos son más volátiles”.

Los contratos temporales más precarios, los inferiores a 7 días de duración, se han duplicado desde el inicio de la crisis y en general el número de contratos se ha elevado, aumentando la rotación de los trabajadores: deben firmar más contratos para seguir empleados. Una muestra es la caída de la duración media de los contratos: en 2007 la media era de 78,55 días; en 2017, de 51,4.

En opinión del especialista de Economistas Frente a la Crisis, estas cifras récord de agosto pueden ser más “una foto de la ultraflexibilidad del mercado laboral que del comportamiento concreto de un sector económico”.

Lídia Brun, economista e investigadora doctoral en Macroeconomía y Desigualdad en la Universidad Libre de Bruselas, explica a eldiario.es que considera que aún es “pronto para saber qué parte de estas tendencias forman parte de una cuestión estacional o cíclica y qué parte forma parte de una tendencia estructural si es que la hubiera”. La investigadora destaca el dato de variación interanual de afiliación, que “se desacelera un poco pero sigue siendo muy positiva, un poco menos del 3%, nada que ver con el bajón estacional de agosto”.

Brun coincide con Del Pozo en que dado el alto índice de temporalidad del mercado laboral en España –el mayor de la UE– “es posible que las fluctuaciones de empleo sean mucho más altas, es decir, que respondan con mucha más virulencia a las noticias económicas, tanto a las buenas como a las malas, que si el mercado laboral mostrara más inercia”.

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