Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Luz, taquígrafos, cocina y política
Según una encuesta del CIS los políticos son el cuarto problema que más preocupa a los ciudadanos españoles. Y por encima de él el paro, que hace sufrir demasiado a la gente, la corrupción y el fraude que afecta en gran medida a la clase política, y la economía que dirigen con una buena dosis de fracaso los políticos. En suma, que la Política y quienes la ejercen han caído demasiado y los ciudadanos no parecen dispuestos a restituirles la reputación perdida. No es extraño que suceda así. Al desarme ideológico, que se dio en llamar el “ocaso de las ideologías”, hay que añadir los episodios de la corrupción y el nepotismo protagonizados por unos políticos mucho más preocupados por lo suyo que por lo de todos.
Sin embargo soy de la opinión de que no solo es el fondo lo que está deteriorado en la Política, sino la forma. Tal vez sea debido a la desidia con que muchos políticos han actuado desde los cargos públicos que han ocupado. Y como, para llegar a ocupar dichos cargos, en algunos casos había que extremar el ejercicio de ciertas “virtudes” en el seno del partido correspondiente (sumisión a la dirección, ductilidad y maleabilidad en las acciones) los partidos se han ido desarmando y convirtiendo en sociedades de amigos o compañeros, sin otro compromiso que la fidelidad a cuanto dice la Dirección, que no siempre coincide con lo que dice el Partido. Este modo de obrar apenas perjudica a la derecha, que aboga por defender intereses, pero ha infligido un K.O. inapelable a la izquierda que, en el rincón del cuadrilátero malamente resuella, como un púgil noqueado. Quienes suministran los cuidados al púgil, que son gente sumisa a la dirección, restañan los pómulos y paran las hemorragias allí donde brota la sangre, pero saben que su misión más perentoria es tirar la toalla en cuanto la situación se ponga irresistible. En modo alguno propondrán al día siguiente cambiar al púgil o el modo como el púgil boxea. Al fin y al cabo él es la Dirección, y debe ser preservada a toda costa.
En el mismo diario en que leo los resultados del sondeo del CIS, del jueves para más señas, leo que el Lehendakari había tenido una reunión nocturna de dos horas en Madrid, dos días antes, con Mariano Rajoy, y que el mismo Lehendakari se había reunido cuatro días antes con Rubalcaba en un despacho ocasional de Bilbao, a media tarde, es decir de forma “semiclandestina”. ¿Extraña que la Política y los políticos se hayan convertido en un problema? ¿Extraña que no se confíe en ellos, que consideran que las cosas de la Política hay que hablarlas en secreto, sin que los ciudadanos sepan realmente a qué dedican su tiempo? Porque lo grave es que el secretismo se rompe para dictar a un periodista los datos que a cada cual le interesen, casi siempre verdades de Perogrullo o simplificaciones oportunistas.
Les ofrezco algunas muestras. De la reunión entre Urkullu y Rajoy ha trascendido que “ambos comparten la necesidad de acercar posturas y de que el final de ETA es definitivo”. No cabe mayor simpleza. ¿Para eso dos horas, y de noche? De la reunión entre Urkullu y Rubalcaba ha trascendido que será necesario cerrar de forma ordenada el final del terrorismo. Curiosa conclusión, además de aclarar malentendidos en torno a alguna reunión a dos entre el PNV y SORTU, que había alertado al PSE. Así que todo esto es la luz que nos han aportado ambas reuniones “secretas”: a pesar de todo nos rodean las tinieblas. A los taquígrafos no se les invitó a las reuniones. Lógico, pero tampoco les anunciaron que se iban a producir, ni siquiera que se habían producido. Ahora, achacarán la filtración a las “gargantas profundas” que desbordan de locuacidad, pero esas gargantas o son de un directivo político o son de algún delegado del directivo.
Pero volvamos al descrédito de la Política y de los políticos. La interpretación de los datos de la encuesta del CIS también ha ofrecido sus perlas. Deberían haberse sentido aludidos todos los políticos en activo, con especial mención los dos partidos mayoritarios, sin embargo el PP ha achacado el descenso al “desgaste de las medidas que se ha visto obligado a tomar”, por culpa claro está del desastre provocado por el anterior gobierno socialista. Más chistoso ha estado el Secretario de Organización del PSOE, Oscar López, que ha dicho que “el PSOE sale por delante en todas las encuestas y datos directos, pero una vez que entran en la cocina el PP acaba por delante”. Vamos, como para ir a orinar y no echar ni gota.
Pues así, poco a poco, van cayendo la Política y los políticos, víctimas de “cocinas” y cocineros que en las sedes de los partidos se consideran dueños y señores, sin responsabilidades ni remilgos. Se reúnen en secreto, como en los tiempos de la clandestinidad y buscan a periodistas con la intención de convertirlos en meros escribanos al dictado. Se derriten en banalidades. Y cuando el manjar que sirven a los comensales no les resulta apetitoso cargan las culpas sobre la “cocina”, porque si se la cargaran al cocinero se estarían delatando a sí mismos,… y para eso hay que tener un par…
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