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Una denuncia de “torturas” cuestiona la versión oficial de la Ertzaintza de una detención en un mitin de Urkullu y Pradales

El lehendakari, Iñigo Urkullu, el 18 de abril en el mitin del PNV en Vitoria en el que se produjeron los hechos

Iker Rioja Andueza

Vitoria —

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Un joven 'youtuber' natural de la localidad alavesa de Llodio ha denunciado a agentes de la Ertzaintza, incluidos escoltas del anterior lehendakari, Iñigo Urkullu, por “torturas, agresiones, detención ilegal y robo de móvil”. En paralelo, un juzgado de Vitoria investiga a este hombre de 24 años porque la Policía le acusa por los mismos hechos de “atentado” contra agentes de la autoridad, en concreto de haber propinado un puñetazo en la cara a uno de ellos. Su padre, presente en el arresto, está imputado igualmente por “desobediencia”.

Para comprender el suceso hay que remontarse al jueves 18 de abril. Esa tarde, en el centro de Vitoria, frente a la Diputación, el PNV ofrecía uno de sus últimos mítines de la campaña electoral para las autonómicas, que se celebraban esa domingo. Apenas 48 horas antes, en Barakaldo, una persona atacó con gas pimienta al entonces candidato y ahora ya lehendakari, Imanol Pradales, que tuvo que ser atendido en Cruces. Desde entonces, se redobló la seguridad en los actos del principal partido vasco.

En la plaza de la Provincia había unidades uniformadas de la Ertzaintza pero también agentes de paisano y los escoltas de Urkullu y de otros miembros del Gobierno de entonces. Aunque los relatos de la Policía y de los denunciantes son opuestos, sí coinciden en que estaba interviniendo en el mitin Andoni Ortuzar, presidente del PNV, cuando se produjeron los hechos. Además, hay un vídeo oficial del acto político en el que Ortuzar se da cuenta de la detención porque el joven grita en voz muy alta “¡Socorro, socorro!”.

¿Cuál es la versión oficial? Un escolta de Urkullu, que son agentes de la unidad de elite de Berrozi, avisó a las unidades uniformadas “de la presencia de dos varones”. Eran el 'youtuber' y su padre, de 24 y 62 años, respectivamente. Eran “habituales” en los actos políticos y “se dedicaban a reventarlos”, siempre según la tesis policial. A partir de ahí, la Policía pidió “de viva voz” a ambos que se identificaran y que se alejaran de los asistentes. Según esta versión, se negaron a hacerlo y profirieron gritos. Se les amenazó con una multa de Seguridad Ciudadana (la popularmente conocida como 'ley mordaza') pero el más joven “mantuvo resistencia activa” causando lesiones a los ertzainas actuantes. Su padre pidió que soltaran a su hijo y que le devolvieran el móvil pero no llegó a agredir a los policías. Ambos fueron arrestados, uno por “atentado” y otro por “desobediencia”. Quedaron en libertad unas cuatro horas después, ya de madrugada, aunque están procesados en una causa abierta en el juzgado de Instrucción 3 de Vitoria, dirigido por la magistrada Eider Retegi. En este sumario se han incorporado los partes de lesiones de los ertzainas, proporcionados por la clínica privada Vithas San José de Vitoria ese mismo día. En él se hacen constar también los “antecedentes” del joven, tres delitos diferentes en el pasado.

¿Y cuál es el relato alternativo? La denuncia del joven, que también incorpora información médica de sus lesiones, en este caso de Osakidetza, explica que es titular de un canal en YouTube en el que hace vídeos “de todo tipo de temática”. También de política. En la campaña de las autonómicas acudió a “muchísimos” mítines. Ese 18 de abril viajó con su padre a Vitoria para estar con Yolanda Díaz de Sumar y logró hacerse una fotografía con la vicepresidenta. Después, se desplazó hasta el centro para tomar unos planos del acto de EH Bildu en la plaza de España. Aparentemente se toparon por sorpresa con el mitin del PNV, al que no tenían previsto asistir.

“De repente, aparecieron corriendo donde nosotros doce individuos muy violentos, descontrolados, que estaban fuera de sí. Vinieron empujando a ancianos y niños. Nos rodearon de manera muy agresiva; nos agarraron de los brazos apretándonos sin identificarse ni nada ni como Ertzaintza ni como escoltas. Nada. Estábamos aterrorizados con tantas personas que vinieron a por nosotros sin saber quiénes eran ni que iban hacernos. Empezaron a darnos golpes, a pisarnos, a retorcernos los brazos, a maltratarnos, para después gritarnos salvajemente: '¡Identificación, identificación!' [...] Al no saber qué personas eran ni nada les dije: 'Espera, espera, esto lo voy a grabar por si acaso para mi abogado'. [...] Cuando fui a poner a grabar el móvil, no me dio ni tiempo a pulsar el botón para grabar porque se me echaron encima unos cuantos como bestias, cogiéndome de la mano derecha, retorciéndomela haciéndome una llave para robarme mediante violencia (atraco) el móvil de mis propias manos, cogiendo entre varios el móvil haciéndome un daño bestial en los brazos y en las manos y dañando la pantalla del móvil”, relata.

“¡Vamos a pegarte un tiro: estás muerto!”

El joven sostiene que estuvo incluso inconsciente, pero afirma haber escuchado de los agentes frases como “¡Hijo de puta!”, “¡Hijo de la gran puta!”, “¡Te vamos a matar!”, “¡Vas a morir hoy!” o “¡Vamos a pegarte un tiro: estás muerto!”. Afirma que gritó pidiendo ayuda y que los presentes fueron conscientes de ello porque Ortuzar había detenido su parlamento. Los intervinientes, siempre según la denuncia, le dijeron entonces “Como no te calles te pego más” o “Si no te callas, te mato”, entre otras frases. Asegura igualmente que recibió un trato inadecuado durante la estancia en los calabozos de la comisaría de Vitoria, aunque tanto él como su padre pudieron hablar por teléfono con la madre. Recibieron asistencia de un abogado.

La denuncia continúa: “Cuando nos liberaron de madrugada, tuvimos que acudir a urgencias de Txagorritxu porque teníamos mucho dolor, cada vez más en todo el cuerpo. Estábamos fatal tanto físicamente como psicológicamente después de la paliza y las torturas que nos habían hecho los escoltas de los políticos del PNV. Hemos acudido varias veces al médico, también posteriormente al ambulatorio de Llodio con dolores y secuelas que aún a día de hoy siguen donde nos dieron los golpes. Yo a día de hoy tengo mareos, me desoriento, tengo dolores muy fuertes en la cabeza, espalda, costillas. Me fallan las piernas. No tengo sensibilidad en la mano izquierda desde la muñeca al dedo gordo y el dedo índice también aún lo tengo hinchado con unos dolores muy fuertes. Tengo pesadillas con los escoltas, pánico a salir de casa. No soy el mismo ya. Me despierto por las noches gritando y llorando porque tengo pesadillas con que me están dando palizas los escoltas. Estoy teniendo que ir al psiquiatra”.

Con estos relatos dispares encima de la mesa, el caso sigue dos caminos. En Vitoria, en el juzgado, hijo y padre están imputados en la pieza principal y se ha ofrecido a varios agentes personarse como perjudicados. La semana próxima comparecen tres ertzainas y en octubre declararán los denunciados. En Amurrio tienen desde mayo la denuncia del 'youtuber'. En ella, se demanda también una revisión de “todas las cámaras de seguridad de la zona, tanto de la plaza de la Provincia [...] como de los alrededores”, así como también del interior de la comisaría. Aparentemente, el caso se ha enviado también a Vitoria, aunque los denunciantes no tienen noticia de ningún avance.

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