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ELA exigirá a las empresas planes para reducir emisiones, transporte colectivo gratuito y compras verdes y locales

Mitxel Lakuntza, Ainhara Plazaola y Mikel Noval.

Belén Ferreras

Bilbao —

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El sindicato ELA, el mayoritario en Euskadi, quiere que la transición energética hacia una economía de bajas emisiones sea “justa”, que ponga el empleo por delante y que no se retrase, porque “el cambio climático no es una hipótesis y es una realidad”. Para ello introducirá exigencias medioambientales en la negociación colectiva. Será un paso más en un camino hacia una “transición ecosocial” en el que el papel del nuevo Gobierno vasco será esencial. “Los objetivos requieren políticas públicas concretas, inversiones y reformas estructurales” que no se han llevado a cabo hasta ahora, denuncian.

El secretario general de ELA, Mitxel Lakuntza, acompañado del responsable de gabinete de Estudios del sindicato, Mikel Noval, y de la responsable de  Medio Ambiente, Ainhara Plazaola, han presentado las cinco reivindicaciones que sus delegados plantearán a partir de ahora en las negociaciones colectivas. De entrada, exigirán a las empresas datos de los últimos cinco años sobre emisiones de gases de efecto invernadero, así como del tratamiento de los residuos, el consumo de energía y de agua de la Autorización Ambiental Integrada (AAI) y los informes anuales sobre su cumplimiento. A la vista de los datos exigirán planes de mejora de las emisiones, de la utilización de energía y agua. Por otra parte pedirán planes de movilidad colectiva a nivel de empresa, polígono o comarca, “para utilizar transporte colectivo y reducir los desplazamientos” y que deberán ser asumidos por las propias empresas o por las administraciones. Además exigirán que las compras que se realicen por parte de las empresas sean “verdes” y locales, y que se busque la “soberanía alimentaria en los comedores de los centros de trabajo”.

Este proceso a través de la negociación colectiva, que tendrá cuestiones específicas de cada sector, pretende acompañar una presión sobre las administraciones para que pongan en marcha cambios en las políticas públicas que permitan para llevar a cabo la transición energética, que hasta ahora han tenido “una clara falta de ambición”. En este sentido, Lakuntza ha señalado que ELA peleará porque el empleo sea “un elemento central” en este debate. “Para que haya más empleo y que ese empleo sea de más de calidad como consecuencia de una transición ecosocial bien bien hecha”. En este sentido, Lakuntza ha recordado que “la crisis ecológica va a implicar el cambio de un modelo, de producción, de movilidad y de consumo”, que afectará a unos sectores más que a otros, y “eso va a tener consecuencias directas sobre el empleo”. “Y nuestra exigencia es que ese cambio se construya sobre todo primando los intereses de la clase trabajadora”. Por ejemplo, ha señalado que una propuesta de base será que en los casos en los que una empresa tenga que finalizar su actividad o reducir la misma por esta transición ecológica, los trabajadores “se recoloquen en otras empresas de otros sectores o que se afronte la remodelación de esa empresa para un cambio de modelo productivo hacia otra cierta dirección. Y si no se da ninguno de esos supuestos que las instituciones públicas garanticen ingresos son los ingresos dignos para los trabajadores y trabajadoras que queden en esa situación”.

Frente a esta propuesta, Lakuntza ha denunciado que hoy en día, “cuando se analizan las políticas públicas y la política industrial de este país, no hay ningún tipo de agenda ni ningún tipo de plan que contemple una intervención pública de nuestros gobiernos y nuestras administraciones en este tipo de situaciones”, ha señalado.

ELA cree que hay actividades que no son aceptables y deben desaparecer, como “la industria armamentística o la especulación”, mientras que otras deben dejar de realizarse, como la producción de energías fósiles y otras tendrán que reducirse o transformarse, como automoción o siderurgia. Sin embargo, para ELA el potencial de creación de empleo de algunos sectores emergentes “está fuera de toda duda”, como es el caso de energías renovables, rehabilitación de edificios, agroecología, pesca y gestión forestal sostenibles, desarrollo de transporte público, reducción del consumo de materiales y residuos, reutilización de bienes, gestión adecuada de los residuos.

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