¿Son los reconocimientos médicos deportivos un trámite o un acto de responsabilidad?
Comienza la temporada en la que se celebran las pruebas deportivas más importantes de Euskadi. Competiciones como Bilbao Night Maratón, Herri-Krosa, la Clásica de San Sebastián, la Behobia-San Sebastián o la media maratón de Vitoria tienen lugar en estas fechas y muchos corredores aficionados se preparan para hacerlas frente. También acaban de empezar las diferentes ligas de distintos deportes aficionados. Y la práctica deportiva, por suerte, cada vez se alarga más años. Una de las cosas que los expertos recomiendan, y que en muchos casos es obligatorio, es la realización de reconocimientos médicos, pero no cualquiera, sino los especializados para deportistas. Los expertos de esta especialidad médica alertan de que en los últimos años han aparecido reconocimientos “exprés” o reconocimientos normales que no están especializados para estas actividades.
La doctora especialista en medicina deportiva y miembro de EKIME (Sociedad Vasca de Medicina del Deporte), Teresa Gaztañaga, apunta que cuando alguien se somete a un reconocimiento médico habitual, siempre se va buscando que problemas puede tener esta persona, esto es, sus antecedentes personales, antecedentes familiares y la sintomatología de la enfermedad que pueda tener. Así como en el caso de los reconocimientos laborales el médico va orientado a detectar y a prevenir alteraciones de la salud o patologías que pueden asociarse a los hábitos de un determinado trabajo, en el caso de los deportistas se buscan alteraciones que afecten a la práctica del deporte.
Gaztañaga explica que por un lado, hay un protocolo en el que hay que ver el peso, la talla, si tiene problemas en relación a la hora correr, todo lo relacionado con el sistema óseo, los músculos, articulaciones, flexibilidad, equilibrio, reflejos, coordinación de movimientos, etc. Además de revisar el aparato cardiovascular y también de los pulmones. Y todo esto condicionado por la práctica, es decir, por ejemplo un ciclista tendrá una manera de apoyarse en los pedales de su bici, entonces tendrá unas alteraciones diferentes en su organismo con respecto a un velocista o a un jugador de futbol. Por otro lado, el protocolo también va orientado al despistaje de alteraciones cardiovasculares, con electrocardiograma basal, tensión arterial basal, y después pruebas de esfuerzo.
En el caso de los reconocimientos médicos en las Federaciones deportivas, la doctora asegura que ahora mismo “hay un vacío legal” porque la Ley del deporte está transferida a las autonomías. En el caso de Euskadi existe una Ley del deporte del año 98, en la que se indica que es obligatorio el reconocimiento médico, pero“ no hay un protocolo”. Desde EKIME reclaman un protocolo reglamentado a través del desarrollo de la Ley del deporte, en la que también se certifiquen los centros médicos acreditados para realizar este tipo de reconocimientos. En este sentido, critica que “a veces se pueden contratar reconocimientos que no van orientados a valorar todo el riesgo en el deporte”. Así, han querido llamar la atención en que existen unos protocolos avalados por entidades científicas a nivel internacional y nacional, pero “no hay una coordinación entre las federaciones y las entidades científicas”, por lo que “el problema sigue mientras no existe una reglamentación”. A su juicio, “hoy por hoy el reconocimiento médico es una herramienta útil, aunque al 100% no se puede garantizar nada”, pero “es una ayuda al deporte y el deportista tiene que ser consciente de sus límites y disfrutar con la práctica saludable”.
Gaztañaga explica que a principios en el 2000 se planteó esta situación al Gobierno vasco y existe un proyecto de ley, pero está en suspenso. En estos momentos la única comunidad en la que existe un decreto por el cual se regulan todos los centros de medicina deportiva es Cataluña. En este sentido, aquellos centros que quieran hacer reconocimientos médicos tienen que tener unos medios físicos, unos recursos humanos establecidos ya por un decreto. Además para enero de 2015 tienen que estar censados y se exige que el médico este especializado en medicina del deporte.
Carreras populares
Desde la agrupación de Médicos del deporte de Gipuzkoa critican que las organizaciones de algunas pruebas populares creen que participará menos gente en estas pruebas si exigen el reconocimiento médico para poder tomar parte, pero “también es cierto que cada año tenemos algún problema”. En este sentido, recuerdan la muerte el pasado año en la Behobia-San Sebastián de una joven navarra de 30 años, quien sufrió una parada cardiorrespiratoria tras caer a la altura del puente del Kursaal, cuando se encontraba muy próxima a la meta. Además, en la pasada edición siete personas precisaron atención hospitalaria. Desde la organización de esta carrera popular que une Behobia con San Sebastián, con una distancia de 20 km, apuntan que su labor es “más formativa que de exigencia a nadie”. Por ello, lo que pretenden es que “la gente se dé cuenta de que la salud es importante y de que la tienen que cuidar” y con este propósito impulsan la realización de reconocimientos médicos entre sus participantes.
En otros países como en Francia se exigen reconocimientos médicos para poder participar en las pruebas deportivas. Sin embargo, desde la organización de la Behobia, se preguntan si “los médicos que los hacen tienen los parámetros que se supondría que tienen todos”, porque “hay veces que lo hace el médico de cabecera y hay veces que lo hace un médico especialista”. Gaztañaga recuerda que en España se pide “en algunos sitios no y en otro sí, depende más que nada de la organización de la prueba”, pero “al fin y al cabo hay un vacío”. Sin embargo, los organizadores de la carrera donostiarra indican que desde su experiencia, algunas de las personas trágicamente fallecidas “tenían hecho un reconocimiento médico” o sea, “el hecho de haber pasado un reconocimiento médico no garantiza el que no vaya a pasar nada”. En conclusión opinan que “lo que hay que hacer es educar a la población, a los deportistas y a todo el mundo de que cuiden su salud, que cuiden la alimentación, que cuiden los hábitos que se revisen y que hagan reconocimientos periódicos”.