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Ejército de impunidad

Exteniente del Ejército de Tierra Luis Gonzalo Segura, expulsado por denunciar la corrupción de su cúpula

Alba Díaz de Sarralde

“En el Ejército tenemos malversadores, tenemos estafadores, tenemos ladrones”. El exteniente del Ejército de Tierra Luis Gonzalo Segura fue expulsado de las Fuerzas Armadas por denunciar la corrupción en su cúpula. En una charla-coloquio este jueves en la Universidad del País Vasco, ha presentado su tercer trabajo, 'El libro negro del ejército español', en el que expone la situación actual de la institución en la que él mismo sirvió. “El ejército español actual es el ejército de Franco. Esta es la conclusión después de muchísimas horas de trabajo y de muchísima documentación recopilada”, asegura el exmilitar, quien añade: “Seguramente porque tenemos la sociedad de Franco”.

Plasma una sociedad que “aún no se ha democratizado”, un ejército que es su espejo y una institución franquista de impunidad hacia sus delitos internos: “Más de un centenar de oficiales y suboficiales están condenados por algún delito. La justicia militar absuelve sistemáticamente a más del 90% o no los procesa. Estoy hablando de un capitán que agredió sexualmente a 28 reclutas, lo condenaron y sigue en las Fuerzas Armadas. Un teniente condenado por intento de violación que sigue mandando sobre mujeres”. A Segura lo sustituyó el coronel Lezcano-Mújica, conocido por el caso Zaida.

Luis Gonzalo Segura escribió 'Un paso al frente' después de que sus denuncias sobre la corrupción en el Ejército nunca fueran atendidas, libro que le supuso cinco meses de cárcel militar en 2014. Mientras estuvo encerrado, escribió 'Código rojo' y lo publicó al año siguiente. Ese último libro le costó su puesto de Teniente del Ejército de Tierra, además de numerosas acusaciones de que ambas eran novelas de ficción. En 2017, publica 'El libro negro del ejército español', un libro sobre corrupción, abusos, homofobia, fascismo y más secretos internos.

“Por primera vez en mucho tiempo se presenta un libro crítico de las fuerzas armadas españolas”, afirma el exmilitar. 'El libro negro del ejército español' describe los acosos y las agresiones sexuales, el maltrato a la tropa, las malversaciones y los fraudes, los privilegios, una carrera armamentista surrealista, la indulgencia de la justicia militar, la negligencia de su cúpula, la existencia de delincuentes en sus filas -la mayoría oficiales- y un sinfín más de disparates. “Es un libro que ya está siendo saboteado y boicoteado por los altos mandos militares”, afirma Segura, “los cuales si pudieran lo retirarían del mercado”.

En el libro de Segura también hay espacio para el presupuesto de Defensa, los objetivos del Ministerio o la industria armamentística. “España se ha mostrado como un país absolutamente sin escrúpulos, incluso a la mala malísima Venezuela dirigida por el mismísimo Satanás, le hemos vendido armas”, relata con tono irónico. Habla también de las toneladas de armas que se embarcan aun sabiendo, según el autor, que “los países destinatarios no son los destinatarios últimos. Es sabido por todos que nuestras armas acaban, por ejemplo, en el ISIS”. Hace poco más de un año, un bombero se negó a custodiar armas para Arabia Saudí en el puerto de Bilbao. El exteniente Segura tuvo que enfrentarse, al igual que él, a represalias profesionales y conflictos personales por denunciar. “El sistema intenta silenciar permanentemente a esa voz que es crítica”, afirma Segura.

La Ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, disparó el presupuesto armamentístico en 2016 para pagar la deuda de este sector. España está hipotecada, al menos, hasta 2030. Su antecesor, Morenés, gastó “por la puerta de atrás” un 37% más de lo aprobado por el Congreso en 2015 y entre 2002 y 2011, el desvío fue de un 13%. En total, 30.000 millones de euros que se han destinado a los denominados Programas Especiales de Armamento, créditos para pagar esa deuda. 

Según el exteniente Segura, justo 30.000 millones de euros son los que España ha gastado en armamento que no necesita. Es más, que ni siquiera funciona: “Esto da para chiste. Tenemos un submarino que no flota. La joya de la corona. 4.000 millones de euros. Pero es que tenemos un avión que no vuela y un carro de combate que no disparaba, o carros almacenados porque no hay combustible, y se siguen comprando, es absolutamente surrealista”. Segura desataba risas en el auditorio mientras seguía relatando el derroche que se ha generado en las Fuerzas Armadas. Su tono se ensombrece al afirmar que “nadie se pregunta qué se va a comprar” con ese aumento del presupuesto de Defensa.

Segura relata que las Fuerzas Armadas son un Estado dentro del Estado: sanidad propia, policía propia, justicia propia… Todos, por supuesto, militares. “En este contexto es muy difícil erradicar la corrupción que hay”. Entre las causas incombatibles enmarca el tráfico de drogas -relatando la anécdota de Juan Sebastián 'Elgramo', un buque que cargó más de 125kg de cocaína en Colombia-, de homofobia, de abusos sexuales… Y no conoce a nadie que, como él, haya dado un paso al frente. “Denunciar corrupción es duro, no solo en el ámbito militar”. Ser contrario al funcionamiento le ha supuesto tres denuncias: una personalmente de la ministra Cospedal, otra de la Guardia Civil y otra de algunos oficiales de la Benemérita. Segura dice ser ahora un “enemigo público del sistema” y está dispuesto a llevar su caso a Europa.

Segura lamenta que “uno de los grandes calvarios” que sufren los denunciantes de corrupción “es ser desprestigiados”. Entre las presiones que ha sufrido desde el inicio de sus denuncias alude a una información de El Confidencial, que publica, entre otras cosas, que el exmilitar es “machista” y está “investigado por acoso sexual”. “Es una publicación que jamás olvidaré”, afirma Segura a este medio después de desmentir los extremos de esa noticia. Añade que ha emprendido acciones legales contra esa información y que está a la espera de que este año se celebre el juicio. De momento, encara con optimismo el proceso al haber logrado la imputación del medio de comunicación y que se fije una fianza de 250.000  euros, añade.

Ejército a pesar de todo

El exteniente Segura sirvió en el ejército durante trece años y en 2009 se dio cuenta de la corrupción existente en su cúpula. Le aconsejaron mirar hacia otro lado por un ascenso o alguna medalla, fruto de la impunidad sistemática de la institución. Le advirtieron de no seguir ese camino, incluso. Sus denuncias no fueron tenidas en cuenta, los tribunales militares le dieron de lado y los casos no llegaron a tramitarse.

Después de todo, el exteniente Segura afirma que quiere volver a las fuerzas armadas. Ha comenzado la charla-coloquio en la universidad afirmando que “seguro que aquí hay muchas personas antimilitaristas”. “Normal”, añade. Sin embargo, ha defendido la importancia de los ejércitos, haciendo sobre todo hincapié en la importancia de que, como ahora, sean una institución pública: “La podemos llegar a controlar o fiscalizar, en la teoría. En la práctica el sistema no lo va a poner fácil, pero si desaparece el público, ese espacio lo ocupará alguien: las empresas privadas. Sobre eso no vamos a tener ninguna capacidad de control”.

Autoproclamado de izquierdas, se lamenta de que no haya más interés por lo militar. “Ahora mismo el ejército está lleno de franquistas o personas muy de derechas, los altos cargos lo son, la mayoría de los nuevos soldados lo son”. Esa es la razón principal de Segura para defender un Ejército público en el que participen más personas “de izquierda, o nacionalistas”. “Lo fácil sería quitarlo; lo difícil, cambiarlo”. Aboga por un ejército plural, experto en  Derechos Humanos, en geopolítica, que supere el adoctrinamiento del actual; porque “territorio no defendido, es territorio regalado”.

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