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La Navidad sin luz ni gas de una mujer y sus dos hijos en Bilbao: “El juez ha parado el desahucio, pero me quieren echar”

Jennifer Jiménez, madre de dos niños a la que le han cortado el gas y la luz de la vivienda en la que vive en el barrio de Otxarkoaga, en Bilbao

Maialen Ferreira

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El pasado día de Nochebuena, Jennifer Jiménez, madre de dos hijos menores de edad, se despertó temprano, fue al baño de su casa y se dio cuenta de que no había luz. Incrédula, pensó que se trataba de un fallo del servidor, pero al ver que pasaban las horas y no funcionaba ni la luz ni el gas, empezó a sospechar, con acierto: le habían cortado el suministro. Jennifer lleva cinco años de alquiler en un piso de Otxarkoaga, en Bilbao, que previamente había tratado de comprar. Para ello, pidió un préstamo hipotecario al banco BBVA, que con su sueldo de 885,08 euros no pudo pagar, por lo que el banco le ofreció la posibilidad de seguir viviendo en la casa con un alquiler acogido al Foro Social de Viviendas. Sin embargo, en 2018, el BBVA vendió el 80% de la inmobiliaria que hasta ese momento fue la titular de la vivienda de Jennifer a Cerberus y ahí comenzó la pesadilla de la bilbaína.

“Vendieron el piso sin avisarme y, desde entonces, han hecho lo posible para echarme, pero como un juez ha paralizado el desahucio, han visto que no podían. Me ofrecieron dinero para que me fuera, pero no tenía a dónde ir, así que no lo acepté. Ahora lo que han hecho ha sido dejarme sin luz ni gas desde el día de Nochebuena”, lamenta Jennifer, de 32 años, en una conversación con este periódico.

El desahucio fue suspendido por el Juzgado de Primera Instancia nº9 de Bilbao por tratarse de un hogar vulnerable sin alternativa habitacional y basándose en el Real Decreto-ley 2/2022. No obstante, la intención de Cerberus y de la inmobiliaria es clara: que Jennifer y sus hijos abandonen la vivienda cuanto antes. “Llevamos más de 10 días yendo a ducharnos a casa de familiares porque no tenemos agua caliente, con velas en casa por no tener luz y no sabemos qué más hacer. No me puedo creer que dejen a dos niños pequeños en estas condiciones en Navidad. A mí un juez me ha dejado estar en mi casa y no me voy a ir porque no tengo dónde quedarme”, asegura la mujer, que el pasado 27 de diciembre interpuso una denuncia ante el Juzgado de Guardia de Bilbao por un presunto delito de coacciones.

“La inmobiliaria ha presentado una demanda por impago de rentas y no de suministros, ya que está al día de su pago, y viene presionándola por teléfono, incluso ofreciéndole dinero para que abandone voluntariamente la vivienda, y ahora, ha procedido a llevar su coacción al máximo, aun siendo conocedora de la suspensión del desahucio, dando la orden de dar de baja los contratos de gas y luz que el BBVA tiene suscritos con Jennifer desde que, en 2017, firmó el contrato de alquiler sujeto al Fondo Social de Vivienda”, denuncian desde la plataforma Stop Desahucios.

Facturas abonadas, pero sin respuesta

Los días van pasando y ni las denuncias sociales ni las realizadas ante la Justicia van teniendo resultados positivos para Jennifer y sus hijos. La mujer critica que lleva desde hace más de dos semanas tratando de ponerse en contacto con la inmobiliaria y el banco, pero que no recibe ninguna respuesta. “Hablo con un contestador, digo que tengo una incidencia, la dejan registrada, pero no me responden nada, nadie me da una solución y, mientras tanto, mis hijos y yo seguimos sin luz pese a haber pagado todas las facturas”, asegura la mujer, que justifica lo que dice enseñando los recibos de luz y gas que ha pagado en el último año de un total de 405,09 euros por el gas y de 626,19 euros por la luz, siendo la fecha del último abono de los importes a Iberdrola el pasado 15 de diciembre.

“Exigimos que los responsables BBVA, la Inmobiliaria Divarian y Cerberus, a la mayor urgencia, den de alta el contrato y los suministros cortados”, señalan desde Stop Desahucios, que para agilizar el proceso se ha puesto en contacto con el área de Acción Social del Ayuntamiento de Bilbao, que, según confirma, “conoce la situación de su vulnerabilidad y ya ha contactado con el banco” en busca de una solución para Jennifer y su familia.

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