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La reapertura de las casas de apuestas se cuela entre el endurecimiento de las medidas de Euskadi contra la pandemia

Máquinas tragaperras.

Rubén Pereda

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Este miércoles, con la entrada en vigor de unas nuevas medidas con la etiqueta de “más restrictivas” para hacer frente a la expansión de la pandemia en Euskadi —con hasta 800 casos en las última jornada—, vuelven a subir la persiana, sin embargo, los salones de juego y las casas de apuestas. La tuvieron que bajar a principios de noviembre, con el cerrojazo general a la hostelería, pero si bien los bares volvieron a abrir a mediados de diciembre, estos establecimientos hubieron de permanecer cerrados. Ahora, se les presenta una “apertura condicionada” y con la misma normativa que la hostelería, “tanto en medidas que cumplir como en horarios que respetar”.

La reapertura de los establecimientos de apuestas y juego ha llegado por sorpresa. En un contexto de empeoramiento de la pandemia y de consecuente endurecimiento de las restricciones, esta medida ha sido, junto con el regreso del deporte escolar, la única flexibilizadora. La consejera de Salud del Gobierno vasco, Gotzone Sagardui, ha alegado en una entrevista concedida a Radio Euskadi que la decisión se ha tomado tras atender a los consejos brindados por la comisión técnica de la mesa de crisis. “En estos momentos, pasadas las fechas navideñas y viendo en qué situación nos encontrábamos, se veía que [los establecimientos de juego] podrían funcionar, como venían haciéndolo los establecimientos hosteleros”, ha justificado.

La reapertura sí queda condicionada a las mismas medidas a las que está sometida la hostelería. Deberán cerrar a las ocho de la tarde y no podrán abrir antes de las seis de la mañana. Además, será condición indispensable que el municipio en el que se encuentran no esté en la 'zona roja'; esto es, que no tenga una tasa superior a los 500 contagios por cada 100.000 habitantes. El decreto que actualiza esta lista de municipios se publica el jueves y el lunes.

La consejera ha aprovechado para poner deberes a estos establecimientos: “Su apertura está condicionada por el cumplimiento de unas medidas que ya se estaban aplicando para otro tipo de establecimientos. Y también con unos horarios y formas de funcionamiento que eran no tan propios”. Ha recalcado la necesidad de hacer una labor de “asimilación”. La modificación del decreto que entra en vigor este miércoles hace unas matizaciones adicionales, específicas para este tipo de establecimientos. “Las actividades de juego y apuestas deberán realizarse de modo individual y las personas deberán permanecer sentadas”, apunta, al mismo tiempo que fija un aforo máximo del 50%. “Se deberá guardar la distancia interpersonal de 1,5 metros entre jugadores. En cada cambio de persona participante en una posición de juego se deberá garantizar la limpieza del espacio utilizado y que no se produce intercambio de objeto alguno”, matiza en lo relativo a la higiene.

La Asociación de Salones de Juego de Euskadi ha sido beligerante y se mostró especialmente crítica con el decreto de diciembre, pues sintió que discriminaba estos locales frente a la hostelería. “¿Por qué se abren unos comercios y se cierran otros? Por motivos sanitarios no parece que pueda ser, porque los salones de juego son lugares seguros frente al COVID-19 y no se ha detectado ningún foco de contagio en Euskadi en todo este año 2020”, protestaba, con “absoluto desconcierto y estupor”, en un comunicado en el que aludía al “peligro de muerte” que suponía para los salones permanecer cerrados.

Las restricciones y las excepciones a las restricciones han dado pie a algunas contradicciones en el ámbito del deporte, otro de los ámbitos en los que se han introducido cambios flexibilizadores. En principio, el deporte en grupo puede practicarse, sin contacto físico, siempre y cuando los grupos no superen las seis personas. Es requisito indispensable que el municipio tenga una tasa de incidencia inferior a los 500 casos por cada 100.000. Cuando esta se supera, “queda suspendida —según la respuesta que da el Gobierno vasco a algunas de las preguntas más frecuentes— cualquier tipo de actividad deportiva en grupo, tanto en entrenamiento como en competición. Quedan exceptuados, pudiéndose realizar los entrenamientos y competiciones deportivas de los equipos inmersos en competición profesional o semiprofesional, cursos o actividades programadas en gimnasios, clubes deportivos o polideportivos y la práctica de la actividad física y deportiva al aire libre en grupos de hasta seis personas”.

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