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Seis meses de pandemia, seis meses sin ninguna comparecencia del director general del Servicio Vasco de Salud

Juan Diego, en primer plano, junto a Murga y a Urkullu en mayo en el hospital de Cruces

Iker Rioja Andueza

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La próxima semana se cumplirán seis meses desde la llegada del primer caso de coronavirus a Euskadi, diagnosticado a una doctora del hospital de Txagorritxu de Vitoria. Y se cumplirán también seis meses sin que el director general del Servicio Vasco de Salud (Osakidetza), Juan Diego, haya ofrecido ni una sola comparecencia pública. Diego, al que se presupone en primera línea del gabinete de crisis, ha quedado completamente opacado y su única aparición pública en la pandemia que ha puesto en primer plano el papel del organismo que él dirige fue acompañando al lehendakari, Iñigo Urkullu, y a la consejera de Salud, Nekane Murga, a una visita al hospital de Cruces, en Barakaldo, en la que fueron abucheados por representantes sindicales. El Gobierno ha difundido algunas otras fotografías de visitas a infraestructuras sanitarias en la que también estaba presente junto al lehendakari y a Murga.

Diego, que maneja un presupuesto de 3.000 millones anuales y dirige un equipo de más de 35.000 personas, no solamente no ha ofrecido ninguna rueda de prensa o entrevista, sino que no se le ha visto en muchas reuniones de seguimiento. Además, tampoco formó parte comité de crisis creado esta semana para gestionar la nueva emergencia sanitaria, denominado LABI, y en el que sí estaba presente en la fase anterior. Antes de la pandemia, era habitual que explicase la situación de las listas de espera o también los avatares de las oposiciones médicas de 2018, ahora investigadas por la Justicia y que sacudieron a la organización. Fue entonces cuando Diego, exasesor del lehendakari y exgestor de EiTB aunque sin experiencia en materia sanitaria, llegó al cargo en sustitución de María Jesús Múgica (el mismo caso motivó la salida del consejero Darpón y la designación de Murga).

Aunque ha sido Murga quien se ha multiplicado durante la pandemia tanto en comparecencias públicas como en reuniones internas, junto a ella han tenido un papel destacado su 'número dos', el viceconsejero Iñaki Berraondo, o incluso también el responsable de Salud Pública, Juan José Aurrekoetxea. También ejerció como portavoz durante la primera fase de la pandemia Mikel Sánchez, aunque ya no ha vuelto a comparecer, y más recientemente ha concedido algunas entrevistas el responsable de los 'rastreadores', Ignacio Garitano. En las numerosas reuniones entre Salud y la oposición para informar de una manera más discreta también ha tomado parte la jefa de gabinete, Isabel Octavio. Y, desde luego, quien ha adquirido un protagonismo especial es la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, que ya fue comisionada por el lehendakari en la desescalada y que ahora también ha ejercido la portavocía en esta segunda ola, incluso por momentos por encima de la responsable de Salud.

El máximo responsable del Servicio Vasco de Salud ha pasado a segundo plano en plena pandemia. Hace ya meses, en abril, Murga explicó en una rueda de prensa que ella y Diego mantenían una relación normal “de trabajo, como no podía ser de otra manera”. “Osakidetza y el Departamento son uno y lo están demostrando. Tenemos cada uno unas funciones... Le he llamado en los últimos días, me reúno con él y tratamos los aspectos. De trabajo y de colaboración. Yo, si no confío en alguien, lo quitaría. Y más en una situación como ésta. No sé si queda claro. Afortunadamente soy la consejera y tengo capacidad para tomar ese tipo de decisiones”, explicó.

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