15.000 mujeres mayores de 75 años no cobrarán la ayuda de Monago, porque no hay dinero
Una limosna, una caridad para “calmar conciencias”. Un dinero, 83 céntimos diarios, que no arregla nada ni compensa los sufrimientos de la guerra y posguerra, y que olvida además a los que también sufrieron, los hombres. Así ha repudiado este martes la directora del Instituto de la Mujer de Extremadura (Imex), Elisa Barrientos, la paga de 300 euros anuales que un mes antes de las elecciones aprobó el Gobex de José Antonio Monago.
“No se puede poner esto al mismo nivel que el reconocimiento de la memoria histórica porque no cumple ninguno de sus principios. Esas mujeres que tanto sufrieron seguramente prefieren poder enterrar dignamente a sus muertos, que esos veinticinco euros al mes”.
Además los cálculos económicos no estaban bien hechos, según añadió Barrientos y adelantó el diarioex . Se han recibido ya casi 49.000 solicitudes y apenas hay dinero para 34.000, con lo que 15.000 se quedarán sin cobrar ya que la Junta no va a ampliar el presupuesto.
La directora general de la Mujer comparecía ayer en una comisión de la Asamblea de Extremadura para responder a una pregunta del PP sobre la supresión, anunciada por el Gobierno regional, de próximas convocatoria de esta subvención anual de 300 euros a las mujeres de más de 75 años.
“¿Qué pinta usted?”
“¿Qué pinta usted como directora general del Instituto de la Mujer?”, le recibió la diputada popular Gema Cortés acusándola de no haber defendido a las mayores frente a la decisión tomada por la Junta de Extremadura.
“Pues fui yo quien propuse al presidente de no volver a convocar esta ayuda”, explica Elisa Barrientos, que intentó desarmar las “mentiras” de esa “limosna o caridad, no solidaridad”, aprobada por el Ejecutivo de Monago poniendo de esa manera, a un mes de las pasadas elecciones autonómicas, “precio al voto de las mujeres”.
El Gobex del PP dudó en su momento de si dar ese dinero vía reducción en la declaración de la renta, o como una subvención, y finalmente se decidió por esta última.
El decreto de convocatoria, dotado con 10,1 millones de euros, daba por tanto para pagar a 33.680 mujeres, no las 35.000 estimadas, y reservaba 400.000 euros para los colegios profesionales que colaboran en los trámites; esos 10,5 millones en total han salido de la política social y renta básica –5 millones que la Junta de Vara ha tenido que devolver a su fin inicial- y otros 5 de endeudamiento público.
El mismo decreto de convocatoria decía que quedaba agotado en cuanto se acabara el dinero, a no ser que se ampliara el crédito, y no le daba a la paga carácter vitalicio ya que había que pedirla cada año y cumplir varios requisitos.
En vez de las 35.000 beneficiarias pregonadas, la realidad es que a 5 de octubre han llegado a la Junta 48.672 solicitudes, de las que han sido revisadas 27.500, y de ellas son favorables y están pagadas 14.456; desfavorables son 1.370, 622 están en período de subsanación de errores y las restantes 11.052 pendientes. “Pagaremos 33.680 en total que era lo presupuestado”, anuncia Elisa Barrientos.
Por otro lado Hacienda ha advertido que estos 300 euros los considera incremento de patrimonio, por lo que algunas beneficiarias a las que por IRPF les devolvía dinero ahora no lo verán, o tendrán que pagar en renta; y todas además tendrán que hacer declaración de IRPF el año que viene, asegura Barrientos, al estimar Hacienda que hay dos pagadores.
Una consecuencia más: 500 mujeres ingresadas en residencias de la Junta, al recibir ese dinero, tendrían que pagar más cuota, pero “no lo vamos a hacer, no se les va a subir”, asegura la directora del Imex.
“Compensación” al sufrimiento
La diputada Gema Cortés defiende esa paga como una compensación a unas mujeres que sufrieron mucho tras la guerra civil: “Mujeres que han sostenido a tres generaciones; a sus padres, hijos y ahora a sus nietos, no es ningún dislate como ha dicho la consejera de Hacienda”.
La Junta repone por el contrario que trescientos euros “no mejoran la vida de nadie, ustedes creían que el voto de las mujeres extremeñas tenía un precio. Una limosna, una caridad para calmar conciencias”, según Elisa Barrientos. “Nosotros tenemos como prioridad a las mujeres de más de 75 años, pero también a las de menos y a todos los hombres”.
“Dejen de poner precio a la dignidad de las personas, y no hablen de compensar”, añadió la directora general. “La memoria histórica se basa en la verdad, la justicia y la reparación, y en esta ayuda no hay verdad al mezclar víctimas y verdugos, carece de justicia porque se excluye a los hombres, y no hay reparación alguna”.