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Un contenedor perdido por un buque llena de pequeñas bolas de plástico la ría de Noia

Pequeñas bolas de plástico en Corrubedo.

Beatriz Muñoz

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Una marea blanca de pequeñas bolas de plástico está afectando a la costa de la ría de Muros e Noia, en la provincia de A Coruña. Miden solo unos milímetros, se dispersan con facilidad y recogerlas se vuelve un reto laborioso. Iban a bordo de un buque que perdió parte de su carga el 8 de diciembre frente a la costa norte de Portugal, cerca de Galicia. Según indican los ministerios para la Transición Ecológica y de Transportes, cayeron al mar varios contenedores, uno de ellos lleno de sacos con estas pequeñas bolas.

Pocos días después, empezaron a llegar a las playas de Galicia. Conocidas como lágrimas de sirena, pellets o nurdles, son la materia prima para elaborar objetos de plástico. El primer punto en el que consta que aparecieron los sacos que transportaba este buque -el Toconao, con bandera de Liberia, según ha podido saber elDiario.es- es Corrubedo, en el municipio de Ribeira, el 13 de diciembre.

El gestor del barco informó al centro de coordinación de Salvamento Marítimo de Fisterra, que a su vez se lo comunicó a Costas y a la Delegación del Gobierno. Se dio aviso también a los ayuntamientos, según relatan los ministerios.

En Ribeira los servicios municipales de emergencias se hicieron cargo de la limpieza, aunque fuentes del Ayuntamiento consideran que no era su competencia. El alcalde, Luís Pérez Barral (BNG), explica que “por suerte” allí los sacos llegaron todavía bastante enteros y su contenido no se había dispersado tanto como en otros lugares en los días siguientes. Poco a poco, el material fue apareciendo más hacia el interior de la ría, en los municipios de Porto do Son y Noia. Esta semana son las playas de Muros las que han recibido la peor parte. El regidor se queja de que la Xunta no haya activado ningún plan de contención, dado que se trata elementos contaminantes y los ayuntamientos “no tienen medios suficientes”.

La asociación Noia Limpa empezó a denunciar a finales de diciembre en sus redes sociales la presencia de grandes cantidades de estas bolas de plástico en zonas de rocas y arenales del sur de la ría. Estas han aparecido en sacos identificados con el nombre de una empresa con sede en Polonia, Bedeko Europe. En el agua, esos sacos se han roto y han liberado parte de su contenido, que se deposita en la costa. Con el temporal de las últimas jornadas, han llegado a otros puntos más al norte. El miércoles aparecieron en la playa de Area Maior, en Muros.

Noia Limpa ha ido situando sobre el mapa los puntos de la costa en los que se han encontrado estos plásticos -algunos han sido encontrados en la costa de Lugo, pero la asociación dice que no tiene confirmado que sea el mismo episodio- y ha ido informando de los hallazgos a través de sus redes sociales, en las que ha pedido también colaboración para documentar lo que está ocurriendo. Según su información, al menos 60 sacos han llegado a la costa. La asociación pide una investigación para determinar tanto la cantidad perdida de material como a los responsables. Avisan del daño que producen estos plásticos en el ecosistema y de la dificultad de retirarlos.

La bióloga de la cofradía de pescadores de Noia, Liliana Solís, explica que muchas criaturas marinas ingieren estas pequeñas bolas de plástico porque piensan que son alimento y se les acumulan en el estómago: “Esto puede causarles infecciones o inanición”. Este es el principal efecto sobre la vida marina. La científica añade que el material queda, en principio, “confinado en el tubo digestivo” del organismo que lo ingiere, pero con el tiempo se degrada en el medio y se convierte en microplásticos, que pueden entrar en la cadena alimentaria y llegar también a los humanos.

Con la aparición de los pellets en diferentes puntos, los ayuntamientos han ido activando a sus propios equipos de limpieza. María Lago (BNG), alcaldesa de Muros, explica que son varios los arenales afectados en el municipio. Las labores de limpieza se estaban viendo dificultadas este jueves por la marea alta en la primera parte del día. Con la bajada del nivel del agua esperaban que apareciesen más sacos. Algunos de ellos en esta zona, dice, siguen enteros. Pero recoger las bolas cuando ya están sueltas es complicado. “Hay preocupación. Son bolitas muy pequeñas y es muy difícil retirarlas. Nuestros efectivos están ahora mismo literalmente barriendo la playa con una escoba porque los camiones de limpieza de playas tienen un tamiz por el que se cuelan. La limpieza tiene que ser manual”, explica Lago.

En Ribeira han retirado por el momento 52 sacos de estos pellets. En Muros, el miércoles se retiró un vehículo tipo pick-up lleno de sacos de la costa de Muros. La cantidad este jueves era menor, pero la alcaldesa señala que se mantienen vigilantes porque “vienen mareas vivas” y la carga que perdió el barco “es más de lo que llegó hasta ahora”, así que prevén que siga apareciendo material en los próximos días. También Lago se queja de la falta de apoyo de Xunta y Estado. En el caso de su municipio, dice, solo disponen en estos momentos de dos trabajadores para hacer estas tareas. Son los del servicio de emergencias y si, por ejemplo, hay un accidente “tienen que dejar la playa e irse a atenderlo”.

La Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galiza (Adega) reclamó a través de un comunicado que la Xunta y la Demarcación de Costas de Galicia activen el plan de contingencias por contaminación marina accidental para hacer frente a la llegada de estos plásticos que, señala, pueden entrar en la cadena alimenticia.

Por su parte, el Ministerio para la Transición Ecológica asegura que, para movilizar sus medios, primero tendría que activar la Xunta su plan territorial y elevarlo a situación de emergencia 2 para pedir entonces medios del denominado Plan Ribera, previsto para episodios de contaminación en el mar. Señala que va a hacer un “seguimiento del vertido en la zona” y de la “potencial afección a las especies de fauna marina, en coordinación con las entidades e instituciones locales”.

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