Nicanor Acosta: “El 15-M supuso reencontrarme conmigo mismo”
Nicanor Acosta, de 76 años, es un conocido activista en la ciudad de A Coruña. Desde hace unos años lidera con su megáfono las manifestaciones y las concentraciones de todo tipo de movimientos sociales, desde los preferentistas hasta los desahuciados, para defender unos derechos que considera esenciales. Tal es la lucha que está llevando durante estos años que fue multado en numerosas ocasiones. Sanciones que esperan aún una resolución judicial tras los recursos presentados por sus abogados. Este lunes ha vuelto al juzgado, esta vez por una acción de hace tres años para reclamar la tramitación de la ILP por la dación en pago. Es la tercera vez que se enfrente a la justicia y ha vuelto a reclamar “libertad de manifestación” y que “dejen de sancionar a los movimientos sociales”. Su entrega al activismo político no comenzó hace tan poco tiempo. Ya durante los últimos años de la dictadura española abanderó la Xunta Democrática en Galicia y, tal y cómo él cuenta, sufrió la represión del franquismo. Hablamos con él sobre el pasado, el presente y lo que está aún por pasar.
¿Cómo afronta otra nueva visita a los juzgados?
No estoy nada preocupado por lo que pueda ocurrir con esta vista o con las otras. Las respuestas judiciales no van a alterar mi línea de conducta. Mi actuación es una respuesta de mi conciencia cívica, que llevo y llevé a cabo durante toda mi vida.
¿Se siente uno de los referentes del activismo político?
Yo no había querido ser un referente. Prefiero ser uno más. Además, al mismo tiempo que yo estaba en la calle, también se estaban movilizando muchos más. Creo que la gente es más consciente y no pienso que yo sea una excepción. Mi trabajo se sitúa del lado de los movimientos sociales, en el corazón de los mismos, por lo que cuando me multaron, estaban multando a los movimientos sociales. Y ellos lo sabían. Al mismo tiempo, cuando intentan amenazarme, amenazan también a la gente más consciente, aquella que se moviliza.
Hablar de sí mismo no es uno de sus puntos fuertes...
No. Es que lo particular no es lo importante. Lo relevante son los problemas que afectan a esta sociedad, como el machismo o la represión. Esto es lo que estamos viviendo todos. Yo, individualmente, no tengo ningún problema. Quien lo tiene es el establishment con el pueblo, con la gente del común, y yo me encuentro al lado de esa gente. Estas personas tienen muchas dificultades en su vida, muchas más de las que tengo yo. Además, mucha gente corriente no tiene quien los defienda. Yo tengo unos abogados que me cubren. Y desde luego, mi conciencia también está muy cubierta.
Sorprende que después de tantos años de activismo uno no esté cansado.
No. Llevo ligado al activismo muchos años y este tiempo no es diferente. Esto solo es la continuación de una línea de conducta que no me la van a cambiar. Lo que estoy haciendo no es una conducta excepcional y seguiré en la línea de defender los derechos de la gente y los míos, como la libertad de reunión y o la de expresión.
Usted vivió el activismo tanto en el franquismo como en la democracia. ¿Cuál es la comparación que hace de ellos?
Pienso que mirar hacia atrás sirve de bastante poco. Cada tiempo tiene sus características. Es cierto que viví tiempos de mucha movilización durante la dictadura. Por ejemplo, una de las mayores movilizaciones,y que para mí cambió por completo la historia de este Estado, fue el entierro de los cinco abogados de Atocha en 1977. La gente allí presente que nos estábamos manifestando lo hacíamos en el más absoluto silencio. Aquel atentado, que se llevó a cabo por grupos de la ultraderecha española en confabulación con parte del gobierno y del establishment de aquel tiempo, tenía como cometido acabar con la democratización que se estaba dando en el Estado español. El resultado fue en contra de ellos. No querían dar a la democracia más y, a mi parecer, ese hecho se lo dio. Fue el apogeo del movimiento popular que facilitó la llegada de la democracia. Ese entierro lo tendré grabado toda mi vida.
¿Y alguna otra movilización que recuerde especialmente?
Otro de los momentos más significativos durante mi vida sucedió en 1972. El 10 de marzo de aquel año la policía mataba a dos obreros que luchaban por sus derechos en Ferrol (Amador Rey y Daniel Niebla). Yo estaba de camino a Catalunya para reunirme con la Junta Democrática de allí. En cuanto llegué, pedí solidaridad con el pueblo gallego. La respuesta que dieron fue sorprendente. A la mañana siguiente, todas las bocas del metro de la Ciudad Condal estaban llenas de panfletos en solidaridad con Galicia. La organización del pueblo catalán era increíble y, actualmente, sigue a ser mucho más superior que la del resto del Estado. Todo ese movimiento democrático es muy difícil de olvidar. No obstante, en la actualidad, el activismo político está resurgiendo. El movimiento del 15-M es uno de los puntos cruciales de la historia política actual. Para mí, el movimiento de las plazas significó encontrarme de nuevo a mí mismo. Creo que la organización, como la que allí se dio, es imprescindible para hacer frente a tanto destrozo.
Y usted se implicó de lleno...
En ese tiempo, en la plaza de A Coruña, propuse formar unas redes que creasen un contrapoder en la sociedad ante tanta barbarie y crueldad. Aquello fue bastante aceptado pero no fue demasiado debatido. Durante estos últimos años, creo que la gente se está enterando de que esto es muy necesario. Yo simpatizo mucho con la visión de que se precisa una rebelión organizada y democrática. Necesitamos de un movimiento popular, me da igual como le quieran llamar, pero el concepto debe mantenerse intacto.
La democratización de todas las instituciones tiene que ser inminente, hasta llegar a las europeas. Y todo esto debe comenzar en los países periféricos, los que más sufrieron y sufren la crisis. Para lograrlo, debemos de poner los cinco sentidos todos, los que se consideran activistas y los que no. Todos los que se sean conscientes del momento político actual debemos de dar un pasito hacia delante.
Llegamos a un momento de precampaña electoral en Galicia mientras que en Madrid siguen sin ponerse de acuerdo para formar gobierno. ¿Cuál es su opinión cara este panorama político?
De cara al futuro yo siempre digo que es necesario formar un movimiento popular de amplia base social que le haga frente a esta situación catastrófica que estamos viviendo. Que debata únicamente los puntos esenciales. Aquellos que precisa la gente en su día a día, y que así se consiga lo mínimo para que todo ciudadano tenga lo básico para vivir. De cara a las elecciones gallegas, se debe dar la coincidencia elemental básica de todos los grupos sociales y de todos los partidos que se dicen de izquierdas. Es esencial. Me da igual que unos tengan el interés especifico en Galicia, como otros que también lo tengan en todo el Estado español. ambas posturas son complementarias, no se excluyen. Y es allí donde todos tenemos que coincidir.
¿Estamos hablando de una coalición del BNG con En Marea?
Claro. Esto es elemental. Además, a mi parecer está claro desde hace mucho tiempo. Los programas políticos de estas dos formaciones son muy similares, con muchísimos puntos en común. Repito de nuevo, estos programas son complementarios, no excluyentes.