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Os Peares, el pueblo que elige cuatro alcaldes mimado por Feijóo, el nieto de la estanquera

Feijóo con vecinos en Os Peares en la campaña de las autonómicas de 2016, imagen que preside la cuenta de Twitter del presidente gallego

David Reinero

Hay un lugar en Galicia en el que el próximo domingo sus habitantes elegirán cuatro alcaldes distintos. Pero gane quien gane, al día siguiente su principal dirigente político seguirá siendo Alberto, el nieto de la estanquera, el presidente de la Xunta y del PP gallego cuyas administraciones están ejecutando o planificar obras que suman un mínimo de 8 millones de euros públicos en Os Peares, el enclave con menos de 200 habitantes repartido entre cuatro ayuntamientos de Ourense y Lugo en el que nació Núñez Feijóo. Una inversión que duplicaría la media por persona que corresponde a cada gallego de las arcas autonómicas.

Al igual que en su momento hizo Manuel Fraga con su Vilalba (Lugo) natal, también Feijóo está mimando su lugar de nacimiento, del que se marchó de niño a estudiar internado en León. Cuando nació allí, en 1961, los 11 núcleos poblacionales que conforman Os Peares, una unidad social dividida administrativamente por los ríos Miño, Sil y Bubal y repartidos entre los ayuntamientos lucenses de Carballedo y Pantón y los ourensanos de A Peroxa y Nogueira de Ramuín, sumaban más de 800 habitantes. El fin de las obras de los embalses de la zona, la emigración y la mejora de las comunicaciones con la ciudad de Ourense fueron reduciendo progresivamente esa cifra, como en muchos otros municipios del interior rural gallego, y a comienzos de este siglo ya había bajado de los 200 habitantes. Hoy los dos núcleos principales, Os Peares que da nombre al conjunto (en el Ayuntamiento de A Peroxa, donde está la estación de la línea de tren Ourense-Monforte) y A Granxa (en el Ayuntamiento de Carballedo), que en 1960 tenían 213 y 189 habitantes respectivamente, cuentan según el Instituto Gallego de Estadística con 65 y 56 vecinos. El lugar de O Coitelo, en el Ayuntamiento de Nogueira de Ramuín, donde estaba el estanco que regentaba la abuela de Feijóo, pasó de 120 a 21 habitantes en ese mismo período.

La caída demográfica de Os Peares y el abandono de sus inmuebles queda reflejada en los estudios realizados en el marco del denominado Plan Especial de Protección, Infraestructuras y Dotaciones del Consorcio Local de Os Peares, documento aprobado inicialmente a finales del pasado año por el Gobierno gallego en una reunión presidida por el propio Feijóo. En él se planifican diversas infraestructuras y obras de mejora del lugar que suman un total de 15 millones de euros, de los que al menos 4,5 millones serían aportados por las arcas públicas para la obtención de suelo y actuaciones de urbanización, según detalla el propio plan. El resto correspondería con obras de rehabilitación de inmuebles que deberían ser acometidas por sus propietarios particulares, que podrían a su vez beneficiarse de ayudas públicas tras la declaración de la zona por parte de la administración como Área de Rehabilitación Integral.

El Plan de Os Peares está impulsado conjuntamente por la Xunta y el Consorcio de Os Peares, creado en 1999 y del que forman parte la propia administración autonómica, las diputaciones de Ourense y Lugo y los ayuntamientos de Pantón, Carballedo, A Peroxa y Nogueira de Ramuín que se reparten ese enclave, alejado de las respectivas capitales municipales. Para su propio funcionamiento, el consorcio, integrado presupuestariamente desde hace un par de años en la administración autonómica, recibe cada año de la Xunta 24.000 euros, cifra similar a la que aporta cada diputación, a la que se suman cuantías muy inferiores de los cuatro ayuntamientos a razón de 12 euros por cada habitante con que cuente cada municipio en ese enclave compartido.

De todas esas administraciones, sólo la Diputación de Lugo, controlada por el PSdeG, no está en manos del PP. En el caso del Ayuntamiento de A Peroxa, el control popular se produce incluso sin cambios en el nombre del regidor, Manuel Seoane, desde que se hizo con la alcaldía en las primeras elecciones municipales de 1979. Ahora vuelve a aspirar a la reelección. Pero más famoso fue el alcalde entre 1976 y 1995 de Nogueira de Ramuín: José Luis Baltar Pumar, condenado por enchufismo en la Diputación de Ourense que presidió hasta 2012 y que heredó su hijo. En los cuatro municipios los pasados comicios generales, en los que el PSdeG obtuvo un notable ascenso en toda Galicia, siguieron manteniendo al PP como fuerza más votada, oscilando entre el 40% de los votos de las mesas electorales del Ayuntamiento de Carballedo correspondientes con la zona de Os Peares, hasta el 53% de las mesas del enclave emplazadas en el Ayuntamiento de Nogueira de Ramuín.

El principal proyecto del Consorcio de Os Peares es el citado plan urbanístico para esa zona compartida de los cuatro ayuntamientos, que retoma trabajos previos después paralizados realizados en 2004, cuando Feijóo era conselleiro de Política Territorial en la Xunta de Fraga. El propio documento fija un plazo estimado de 12 años para su desarrollo, en buena medida con dinero público autonómico. Como también fue inversión autonómica el nuevo puente que la Xunta construyó allí sobre el Miño, primera conexión directa entre los ayuntamientos de A Peroxa y Nogueira de Ramuín, que evita al vecindario un rodeo en coche de cinco kilómetros por Carballedo y Pantón o, en su defecto, tener que atajar a pie por una estrecha pasarela del puente del tren que une A Peroxa con Pantón.

El nuevo puente autonómico fue una promesa del propio Feijóo lanzada en Os Peares en mayo de 2010, un año y un mes después de llegar a la Xunta. En aquel momento había anunciado que el viaducto, junto a la que había sido su casa, estaría finalizado en 2012 tras una inversión de 1,7 millones de euros. Sin embargo, el puente no se abrió hasta cuatro años más tarde, coincidiendo con las elecciones autonómicas de 2016 y tras elevarse el su coste a cerca de 2,8 millones.

También en Os Peares en los últimos años la Xunta, en colaboración con el consorcio local, ha reformado el acceso a la estación del tren, actuación que ascendió a unos 300.000 euros, y mejoró el abastecimiento de agua con 230.000 euros. En la misma zona la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, durante el tiempo en que estuvo controlada por el PP, dedicó 335.000 euros a una senda peatonal.

En total, entre las inversiones ya ejecutadas y las previstas con dinero público para los próximos años a través del plan urbanístico de mejora de la zona, Os Peares recibirá en una década inversiones por, al menos, más de ocho millones de euros procedentes de administraciones controladas por el PP gallego que preside Feijóo, a un promedio de unos 4.000 euros por habitante y año. Como comparación, el reparto per cápita de los cerca de diez mil millones de euros de presupuesto anual de la Xunta (cifra que incluye el gasto ordinario y en la que la inversión supone sólo una décima parte) entre los 2,7 millones de gallegos ofrece una cifra de 3.700 euros por persona y año.

Este domingo los habitantes de Os Peares volverán a elegir cuatro alcaldes con la tranquilidad de que, gane quien gane, el enclave es para Feijóo el “punto del mapa más importante del mundo”.

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