La presión del PP mantiene encallado el informe europeo sobre las rías gallega
Las rías gallegas siguen esperando. El informe sobre su estado continúa paralizado nueve meses después de la visita de los eurodiputados enviados a Galicia por la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo, que no consiguen consensuar un texto. Después de este último aplazamiento, el dictamen acumula ya tres retrasos, una situación inaudita provocada por un “bloqueo político” que varios eurodiputados atribuyen a la “presión y las maniobras” del PP, que intenta evitar que se cuestione el papel de las administraciones en la lamentable situación de las rías de O Burgo, Ferrol y Vigo, que siguen esperando por las medidas propuestas para frenar su contaminación.
En el pasado mes de julio, la presidenta de la Comisión de Peticiones de la Eurocámara, Erminia Mazzoni, accedió a consultar con los servicios jurídicos para aclarar así el procedimiento que se debía seguir, después de que eurodiputados del PP europeo bloquearan el informe al enviarlo a los servicios jurídicos para revisar su procedimiento, por no aceptar que simplemente se abriera el texto a las enmiendas hasta el final del verano.
Esta semana, y después de aquel segundo retraso, Mazzoni ha comprobado en una reunión en Estrasburgo que la división entre los tres europarlamentarios enviados a Galicia seguía vigente. En lugar de presentar un texto pactado y consensuado, tal y como se les había requerido, el conservador Philippe Boulland llevó uno apoyado por el PP, en el que se evitan críticas a la gestión de las administraciones, se obvia su responsabilidad y se destacan los esfuerzos realizados por la comunidad autónoma y las administraciones locales para resolver la contaminación. No obstante, la eurodiputada Tatjana Zdanoka, de Verdes-ALE, y la liberal Angelika Werthmann fueron mucho más críticas, destacando las continuas denuncias ciudadanas y ecologistas sobre la situación de las rías – en especial la de O Burgo – y relatando una contaminación que en declaraciones tras su viaje a Galicia no habían dudado en calificar de “escandalosa” y en la que hablaban de “inmundicia injustificable”.
Las diferencias no han llegado siempre a ese punto. Boulland, que es presidente de la delegación enviada a Galicia, había quedado impresionado con la situación de las rías gallegas, especialmente con la de O Burgo. Su idea era la de hacer un informe muy crítico, tal y como había advertido y como recuerdan varios eurodiputados. Pero fue cambiando de posición y finalmente optó por redactar su texto sin contar con las otras europarlamentarias, en el cual se obvian las críticas a las administraciones debido a las presiones del PP, según denuncian parlamentarios que advierten de una situación anómala, nunca vista y que provoca un retraso insólito en informes de este tipo.
Zdanoka y Werthmann censuran la actitud cerrada y empecinada de Boulland y continúan firmes en su intención de describir con fidelidad lo visto en Galicia y de denunciar la situación de abandono de las rías. “Si no se acepta su parte, votarán en contra y habrá dos informes: están sorprendidas por algún intento de manipulación, pero no van a aceptar ninguna presión”, relata un europarlamentario consultado por este diario.
La presidenta de la Comisión de Peticiones de la Eurocámara, Erminia Mazzoni, no es favorable a que se presenten dos textos, pero la imposibilidad de consensuar un informe la ha obligado a aceptar que se incluya una parte descriptiva en la que se incluyan los relatos de ambas partes. Con o sin acuerdo entre los miembros de la comisión que viajaron a Galicia, ese será el texto que se incluya en la próxima reunión de la Comisión a finales de mes.
Los eurodiputados podrán presentar enmiendas en el apartado de las conclusiones y, tras su debate, será sometido a aprobación. Será aquí cuando los diferentes grupos tendrán que mojarse y donde serán claves los socialistas, que se encuentran entre dos orillas, al aceptar la grave situación que se describe sobre las rías gallegas, pero que intentan no molestar demasiado a las autoridades locales viguesas – a las que se critica pero también se le reconocen los avances hechos con la depuradora – por los defectos comprobados en la ría de Vigo.