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Los remolcadores logran desembarrancar el 'Blue Star' tras dieciocho días encallado en la costa de A Coruña

El Blue Star, remolcado hacia el puerto exterior de Ferrol

Miguel Pardo

Desencallado. 18 días después, el dispositivo de rescate del Blue Star, el barco quimiquero encallado en la costa de Ares (A Coruña), ha consiguió por fin su objetivo poco antes de las 14.30 horas de este martes, 10 de diciembre. Los remolcadores contratados por la empresa SMIT Salvage han logrado sacar el buque de las rocas donde había quedado embarrancado el pasado 24 de noviembre, cuando un incendio y un posterior problema en la sala de máquinas lo habían dejado la merced de un fuerte temporal que lo acabó llevando contra las rocas de la costa de As Mirandas, en Ares.

Ha sido en el tercero intento desde este pasado lunes cuando, con la pleamar prevista para las 15 horas, la acción coordinada de los remolcadores Boka Pegasus y Unión Princess, ambos ejerciendo presión desde la popa y babor, han logrado desencallar el Blue Star con la ayuda de unas olas que han sido finalmente mayores de lo que se había pensado en un primer momento.

Tras sacar el buque de las rocas, los remolcadores de SMIT han logrado llevarlo hasta el centro de la ría de Ares, a donde se acercaron los barcos Vehintiocho y Don Inda, que prestaron apoyo. A continuación, el Blue Star fue remolcado hacia el puerto exterior de Ferrol, donde será sometido a una revisión para evaluar los daños que presenta, tanto los que sufrió por las casi tres semanas que ha estado encallado, como los que provocó el incendio en la sala de máquinas que acabó por desencadenar el accidente.

Un incendio a bordo tras estar resguardado del temporal

Fondeado desde el jueves 21 en la ría de Ares, abrigado ante el temporal, el barco decidió poco antes de las 22 horas de aquel viernes salir de la ría hacia A Coruña. Desde la torre de Control Marítimo lo habían instado a que se colocase a una distancia prudente para poder ser remolcado en una maniobra normal en la zona y en esas condiciones.

Sólo unos minutos después, el buque pierde velocidad tras un incendio a bordo, se queda sin máquina y se acerca peligrosamente a las piedras. Apagado el fuego, pero a la deriva, el remolcador María Pita decide salir desde A Coruña y llega poco antes de las 12 de la noche a una zona a la que se incorporan, después, una embarcación Salvamar y el helicóptero Helimer. Con el quimiquero encallado, y desde primeras horas de la mañana, el vecindario empezó a acercarse a la zona con el fantasma del Prestige en cabeza cuando se cumplían 17 años de aquel siniestro.

Las dificultades para remolcar el Blue Star fueron evidentes desde un principio. Remolcadores con más potencia, como el Don Inda o el Ibaizabal, no pudieron tampoco retirar el buque tras romperse varios cabos en varios intentos. Finalmente, el armador contrató a la empresa SMIT, que tuvo que presentar un plan de reflote ante Capitanía Marítima. El Gobierno central, ante el riesgo de vertido, advirtió de que la prioridad de cualquier plan tendría que ser el vaciado del fuel y del gasóleo, una operación que debía hacerse antes de intentar el remolque.

Así se hizo. Durante días, muchos de ellos con un mal tiempo que dificultó las operaciones, se llevaron a cabo trabajos para el vaciado de los líquidos contaminantes. Fue necesario construir pistas para el acercamiento de los camiones cisterna a los acantilados, asentar el terreno y montar una tirolina para trasladar las mangueras y otras herramientas al buque. Finalmente, el pasado lunes, finalizaba el trasvase de las más de 120 toneladas de gasóleo, fuel y aceites.

Quedan ahora, como casi siempre, los análisis que vendrán tras la retirada del buque y el fin de cualquier riesgo. Las cuestiones sobre cómo un buque fondeado entre dos grandes puertos exteriores, el de A Coruña y el de Ferrol, acaba encallado y con problemas a pocos kilómetros de cada uno de ellos. O si es recomendable que acabe siendo una empresa holandesa la que se ocupe de un problema que es cotidiano en la costa atlántica gallega, especialmente en el norte. O también si una zona que actúa como fondeadero no debería tener remolcadores con mayor potencia de tiro dispuestos a actuar desde un primero momento.

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