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Un blog sobre leyes y tecnología por y para iLetrados digitales. Derecho para todos los públicos de la mano de Jorge Campanillas, Marina Franganillo, Miriam García, David Maeztu, Jorge Morell, Andy Ramos, Ruth Sala, Alejandro Sánchez, Alejandro Touriño y Roberto Yanguas.

La liga pierde el partido por el .com

La LFP no ha logrado recuperar el dominio laliga.com

Jorge Campanillas

No le damos realmente importancia a los dominios hasta que los perdemos, no los tenemos o hemos logrado una notoriedad suficiente para que, en ese momento, queramos a toda costa recuperar lo que consideramos nuestro.

Es lo que le ha pasado, por ejemplo, a la Liga de Futbol Profesional, entidad que quería “recuperar” el dominio laliga.com, y que se ha encontrado con una decisión arbitral que le niega dicha posibilidad. La OMPI, Organización Mundial de Propiedad Intelectual, que es uno de los centros encargados de dirimir las disputas por los nombres de dominio, ha dictado una decisión en la cuál, como decimos, deniega la solicitud de transferencia del nombre de dominio basándose, prácticamente, en que no existe mala fe del actual titular al no utilizar el nombre de dominio con ningún afán comercial, de venta del nombre de dominio, etc. Recuerda además que se trata de un uso informativo del término “la liga”. Otra situación se hubiera dado si la web se utilizase con fines lucrativos y bajo apariencia, por ejemplo, de oficialidad.

Pero esta no es la situación, y ahora a Liga de Futbol Profesional no puede disfrutar de su querido laliga.com como sí lo hace del .es. Estas situaciones no son nuevas y se han ido produciendo a lo largo de los años. Por ejemplo, los equipos de fútbol tampoco han estado exentos de estos disgustos, como la Juventus, que no consiguió recuperar ante la OMPI el dominio juventus.net o la Sampdoria de Italia con el dominio sampdoria.com

En estos casos, ¿qué salidas le queda a la Ligal de Futbol Profesional si quiere realmente ese dominio? Básicamente dos: o recurrir en instancias judiciales el laudo arbitral (no creo que éste sea el lugar para hablar del proceloso mundo de los procedimientos judiciales) o comprar el nombre de dominio, si es que su legítimo titular lo quiere vender.

Realmente le quedaría otra, olvidarse del .com y registrar un laliga.futbol. ¿Qué os parece? Ciertamente, la terminación hace mucha referencia a lo que nos vamos a encontrar como contenido de la web y puede proteger aun más al titular de los derechos. Dependerá, por supuesto, de las intenciones que se tengan, puesto que en algunos casos es una forma de protegerse recuperando todos los dominios que se consideran idénticos a los tuyos, y otras veces realmente lo que se busca es funcionar con ese ansiado dominio, y quizá, en ese caso, haya que buscar alternativas.

Hasta la actualidad, los dominios eran también un bien relativamente “escaso”. Si bien las terminaciones eran unas cuantas, desde el famoso .com, pasando por los .org o .net hasta los territoriales como el .es, el éxito del .com hace recaer la importancia sobre él. Por ello las escasas posibilidades de registro y uso que nos encontramos (dejaremos de lado muchos ejemplos de malas prácticas que han generado esa temida escasez).

En este 2014, estamos ante una liberalización de las terminaciones para que cualquier persona o entidad pueda tener el dominio que quiera bajo códigos como el .tienda, el citado anteriormente .fútbol, .email u otros todavía más extraños. ¿Acaso no quieres ser un “.guru”, tener las habilidades de un “.ninja” o tener una tienda de bicis.bike? La ICANN, ante las presiones recibidas desde muy diferentes instancias, ha procedido a ir liberando estos dominios mediante un sistema de solicitud, oposiciones y revisiones bastante complicado y costoso, pero que permite que esa escasez actual remita y quizá también la “ciberocupación” de los dominios.

En el plano teórico tal vez sea así. Ahora podemos tener un sinfin de posibilidades de dominios y terminaciones, pero habrá que ver cómo se comportan los usuarios y qué acogida tienen. Una sociedad muy acostumbrada a dominios “.com” (o que incluso desconoce su existencia, puesto que “internet es Google” y no existe la barra de direcciones sino la casilla de búsqueda) dota de especial relevancia a esta terminación por encima de otras. Por ello, en muchas ocasiones, es el verdadero objeto del deseo. Quiero mi “.com”, aunque haya otras terminaciones que me permitan funcionar.

Ha comenzado el juego y quizá te quieras posicionar con una terminación que destaque tus habilidades y además permita protegerte y regatear a la competencia.

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La imagen principal de este artículo es propiedad de la Liga de Fútbol Profesional

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