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“¡Escribid menos y explicad más!” y otras plegarias que los programadores rezan a los periodistas

Stijn De Brouwere, miembro del programa Open News de las fundaciones Knight y Mozilla (Foto: Ramiro Chanes en Flickr)

Analía Plaza

¿Te imaginas un café en Malasaña con el Twitter de El País? ¿Que lo siguiente que anuncie Pedro Jota sea un bar con iPads para leer Orbyt? En mitad del eterno debate en el que están los periódicos desde internet, The Guardian ha hecho algo así: coger todas las tendencias en medios online y meterlas en una cafetería que abrió en mayo en Londres.

Se llama The Guardian Coffee (#theguardiancoffee), tiene iPads, una pantalla con fotos, el timeline de Twitter y visualizaciones de datos y hasta un guiño a los artículos largos: si lo tuyo es la “lectura reposada”, allí puedes leer The Long Good Read, un periódico con historias para disfrutar del papel, con una taza de café a tres euros, sobre una mesa de madera. También puedes hacer una foto de la escena, subirla a Instagram, que salga en pantalla y tener una experiencia interactiva. Bienvenido al futuro del periodismo.

¿En serio? Aprovechando que estamos en Londres y que además de la tecnología nos gusta el periodismo, pero que sobre todo nos gustan los dos juntos, quedamos en la 'disruptiva' cafetería de The Guardian con alguien que sabe del tema para que nos ilumine. ¿De verdad el futuro de los medios era esto? ¿Qué podemos hacer para mejorarlo?

Stijn De Brouwere es uno de los integrantes de la última promoción de Open News, una idea de las fundaciones Knight y Mozilla que promueve precisamente eso: aunar lo mejor del periodismo y la tecnología para innovar en una industria a la que, como a tantas, el siglo XXI pilló un poco desprevenida.

Cada año seleccionan a varias personas, con cualquier tipo de formación pero que sepan programar, para trabajar en grandes redacciones, de The New York Times a BBC pasando por La Nación, Die Zeit, Der Spiegel, The Boston Globe o ProPública.

Él estuvo en The Guardian: aunque estudió Filosofía, se mueve entre la usabilidad, la analítica web y la gestión de procesos y ha escrito sobre la disrupción en la industria de los medios y la arquitectura de la información en medios online. Pero su bio lo resume mejor: su trabajo es ayudar a la gente a hacer webs de noticias. Esto es parte de lo que sabe sobre ellas.

Ayudas a la gente a hacer webs de noticias. ¿Cómo? ¿Qué necesitan?

En la mayoría de webs de medios siempre hay un grupo de desarrolladores y programadores y otro de diseñadores, pero no suele haber nadie detrás que piense: ¿por qué hacemos esto? ¿Qué queremos construir? Mi trabajo es todo eso que generalmente asumen desarrolladores y diseñadores. El año pasado trabajé en analítica web; antes estuve en Iowa en un periódico local y un canal de televisión. Allí querían hacer más periodismo de comunidad, en el que no sólo escribes sobre la comunidad sino que interactúas con ella. Ayudé con cómo podíamos hacerlo, porque es un gran concepto.

¿En qué tipo de problemas trabajaste en The Guardian?

Su mayor problema ahora mismo es que hay un montón de cosas ahí. Tienen muy buenos periodistas y programadores, pero es una gran organización. Son unos 500 periodistas, alrededor de 80 personas en el departamento técnico y cada uno hace su trabajo, especialmente los periodistas. Así que, por ejemplo, cuando ves las críticas de cine... a lo mejor la misma película está comentada por cinco periodistas, cinco veces. A veces a propósito pero otras porque simplemente nadie habla con los demás.

Si tienes 500 periodistas, no todo el mundo va a leer lo que hace el resto. Así que llegas a situaciones como ésta. No tengo los números exactos, pero alrededor del 1% de los artículos que se publican online hacen el 80% de las páginas vistas.

¿Cómo lo solucionasteis?

No creo que lo solucionara. Para mí el problema es más que el periódico es tan grande que ni siquiera la gente que está dentro sabe cómo funciona. Mucho del trabajo que hice fue analítica. ¿Cuántas críticas hemos publicado esta semana? ¿Cuántas piezas de cultura? ¿Y de deporte? Cuando le preguntas a algún periodista o editor cuánto creen que han publicado un día cualquiera, creo que el 90% de ellos no tendrá mucha idea y te dará un número aleatorio. Quizá cien, quizá mil.

El paso para solucionar eso era mi trabajo: análisis de contenido de cada tema. Entender, recolectar todos los artículos sobre ello. Por ejemplo, con el nuevo Papa escribimos unos 150 artículos. Es interesante ver qué se lee y qué no. Y darse cuenta de que de esos 150, tres o cuatro se llevan la mayoría de las páginas vistas.

¿Y merece la pena publicar 150 artículos?

Bueno. Creo que, de nuevo, es porque no todo está tan coordinado como debería. Otra cosa es que no sabemos de antemano qué artículos van a tener tráfico. Si miras cómo funciona Buzzfeed, que es un gran ejemplo porque el tráfico es casi lo único que les preocupa, publican cientos de artículos; saben que es muy aleatorio y no siempre sabes qué va a gustar a la gente, aunque sí sepas ciertas cosas y por eso publiques tantos gatitos. Pero publican todo lo posible para ver qué funciona.

En cierto modo eso se puede aplicar también a The Guardian: enfocarse en menos artículos que sean mejores, que tengan más autoridad, de forma que la gente sienta que si realmente quiere saber algo sobre este tema irá a The Guardian porque lo tendrá allí.

Decías en tu blog que 'las noticias eran difíciles de entender'.

Exacto. Pero también tiene que ver con la forma en la que está escrito. Soy de Bélgica, pero no suelo seguir las noticias de Bélgica porque ya no vivo allí. De vez en cuando, una vez a la semana o una vez cada dos semanas, me meto en un periódico belga y suele pasar que... ¡Oh! Esto está sucediendo. Pero, ¿de qué va? Los periodistas o los medios a menudo asumen que lees todos los días, pero no.

Hay estos días un debate sobre 'storytelling' y la utilidad de artículos interactivos tipo Snowfall de The New York Times. ¿Tú qué opinas?Snowfall

Este tipo de historias pueden funcionar, pero si miras los números mucha gente no llega hasta el final y no lo termina de leer.

¿Tú lo terminaste?

¡No! Me leí un cuarto y luego me di cuenta de que me gustaría llevarlo a mi Kindle, pero era un poco lío meterlo en el Kindle. Aquí lo que hay que recordar es que ese tipo de experiencias interactivas requieren equipos de dos a veinte personas que trabajarán en ellas de una semana a dos meses…

Imaginemos que las páginas vistas son muy buenas, que generalmente lo son, diez o veinte veces mejor que el artículo medio. Vale. Pero si en ellas pones cien veces más esfuerzo que en el resto, sigue siendo malo en términos de retorno de la inversión. Así que la mayoría de la gente hace este tipo de historias como forma de marketing, de 'branding', porque en ellas se pierde dinero. Pero como marca dices: hey, que soy The Guardian, que soy The New York Times. Y este es el tipo de periodismo que hago.

En una charla contaste que algunos periodistas te pedían más trabajo interactivo. ¿Estamos un poco obsesionados con súper formas de presentar el trabajo?

Desde que la web se hizo popular la gente se ha preguntado cómo debería mostrarse el periodismo en ella. Y ves todas las tendencias, no simplemente las historias interactivas... Por ejemplo, cuando salió el iPad. La gente se preguntaba: ¿es el iPad el futuro del periodismo? Y así. Casi con cada innovación la gente salta y finge que será el futuro.

¿Cuál es la última innovación (útil) que has visto?

¿En webs de noticias? Honestamente, no creo que hayan mejorado en absoluto en diez años. No sé, algunas son un poco más bonitas, más amables, pero en términos de cómo trabajan casi todos los sitios de noticias son un follón y cuando entras a la portada hay veinte historias que captan tu atención. Es lo de siempre.

¿Algún ejemplo que lo haga bien para fijarnos?

Algo que intentaría sería: si miras a los estudios de 'eye-tracking', verás que la barra de la derecha se ignora casi de forma universal. Lo mismo con las portadas. La portada de The Guardian o de The New York Times, que es de... ¿Unos 50.000 píxeles de largo? Es 'scroll' y 'scroll'... Y probablemente puedas cortar la mitad y no pasaría nada. Y a cambio tu sitio cargaría más rápido y eso sí que marca la diferencia, porque cuanto más lento cargue menos gente va a quedarse en él. El problema es que si eres The Guardian o The New York Times y publicas 400 artículos al día tendrán que ir a algún sitio, ¿no?

Un artículo sin visitas es como una de esas bolas de paja en el desierto...

Lo irónico es que cuando estaba en The Guardian veía a la gente del departamento técnico pedir a los periodistas y editores: ¡por favor, escribid menos! Pero escribid artículos más profundos. Más páginas de temas, o resúmenes, de forma que si alguien no ha seguido una historia durante un par de semanas tenga algo que leer.

Dices que este es el negocio de la información, no de las historias; que deberíamos pensar en información y no en historias.negocio de la información, no de las historias

Se puede aplicar a algunos tipos de periodismo, no a todos. Yo sigo leyendo mucho periodismo de formato largo, que es justo lo contrario, lo importante es la historia y no la información. Pero cuando miras a las noticias diarias, presentamos a la gente estos bits, estas piezas de información anecdóticas. Y si miras a lo bien o mal que está informada la gente, resulta que quienes leen el periódico todos los días saben sólo un poco más sobre lo que está pasando en el mundo que quienes no lo hacen, que siguen estando bien informados.

Si sigues un asesinato y el proceso se reparte en cien artículos, no hay forma de saber lo que realmente ha pasado. Con una visión un poco más centrada en la información podrías seguir haciendo cien artículos pero estructurarlos de forma en la que digas: pasó esto, luego esto. Y así la gente se hace una visión global. Algunos de los sitios que más éxito han tenido en los últimos años han hecho este tipo de cosas.

Politifact es interesante. Tiene un montón de información estructurada. Un político dice algo: quién es ese político, cuándo lo ha dicho, qué ha dicho exactamente, ¿es cierto? Lo comprueban, listan todas sus fuentes, explican para qué elecciones lo ha hecho... Si tienes toda esa información es bastante fácil para la gente buscar sobre ello. Ganaron un Pulitzer.

Todo el mundo apunta “tendencias”, como las que vemos en esta cafetería... ¿De qué crees que vamos a oir hablar?

Yo soy un poco cínico porque lo que veo año tras año, y a lo que en cierto modo contribuyo, es a gente diciendo: haremos esto y haremos esto. Y luego nunca pasa nada. No sé si va a haber algo especial. Creo que muchas web van a ser 'responsive'... Y verás webs más simples, con letra más grande y menos interrupciones. Si miras a Medium o al rediseño de Wired, van en esa dirección. Y más gente aprenderá algo de estadística, querrá saber analítica... Y bueno, es muy fácil decir: ¡veremos más vídeo! o ¡veremos más periodismo interactivo! Pero son cosas que vienen y van.

He oído hablar mucho de periodismo de datos e infografías.

Hay un movimiento para estandarizar parte de ese trabajo. Si ahora quieres crear un mapa simple tienes opciones que requieren poca programación, pero para otro tipo de visualizaciones necesitas a programadores que lo hagan. Creo que la gente se está dando cuenta de que necesita hacer ese tipo de historias como forma de marketing, aunque en muchos casos sea una pérdida de tiempo. Así que lo que hemos visto y seguiremos viendo es a gente creando herramientas para hacer visualizaciones fácilmente. Eso afecta a los periodistas, porque con esas herramientas tienes más poder para crear en vez de necesitar a otros que lo hagan por ti.

También afirmas que todo el mundo debería aprender a programar. ¿Deberían los periodistas aprender a programar?

Sí, eso lo ha dicho mucha gente, pero creo que va más allá. ¡Cualquier persona! Para cualquier trabajo. Imagínate un doctor: necesita 'trackear' muchos archivos y a veces necesita ver tendencias, pero la mayoría de los doctores no tienen habilidades estadísticas o de programación para hacer algo con todo eso. También alguna gente de negocios, o economistas, meten información de forma manual en hojas de cálculo cuando existen formas automáticas de hacerlo.

Con periodistas, por ejemplo, uno de los proyectos que hice en Iowa fue 'trackear' las Cortes: escribí un pequeño 'script' que automatizaba las búsquedas de casos, así que si querías saber si había pasado algo nuevo simplemente le dabas a un botón. Algo que a alguien le estaba costando horas se solucionaba con un par de minutos.

Mucho del trabajo que los periodistas hacen muchas veces tiene que ver con tendencias y cambios. Si sabes un poco de estadística, puedes coger todos esos números y buscar historias en ellos. Hay un mundo entero de información que está a disposición de los periodistas pero necesitas una forma de extraerlo y darle sentido y eso es programar. Y es así en casi cada trabajo.

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