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Que tiemblen Disney y Universal: los reyes de internet invaden el cine y la televisión

Desde hace un tiempo, los gigantes tecnológicos se han adentrado en la industria audiovisual

Pilar Chacón

Con internet es bastante fácil ver una película o algún episodio de una serie. Tan sólo necesitamos un ordenador, ADSL y un bol de palomitas. A diferencia de la televisión, aquí no dependemos de ningún horario y podemos entretenernos con lo que más nos apetezca. No importa si lo que más nos atrae es Dirty Dancing. Nadie descubrirá nuestro placer culpable.

Ventajas como éstas han convertido al vídeo 'online' en una de las grandes estrellas de internet. Según la consultora estadounidense Comscore, más de 190 millones de americanos vieron alguno el pasado mes de julio. Y los españoles no nos quedamos atrás: de acuerdo con los datos de la consultora, vemos una media de 237 vídeos al mes.

Hoy en día podemos hacerlo en multitud de pantallas. Según la firma alemana de investigación de mercados GFK, el 41% de los internautas españoles se conecta a internet con su televisor, y de los siete millones de dispositivos con acceso a la Red que hay en nuestro país, 2.7 millones son televisores inteligentes.

Todos estos datos no han pasado desapercibidos por las grandes compañías tecnológicas, que han comenzado a desarrollar proyectos que poco tienen que ver con su negocio habitual y a adentrarse en un sector, el audiovisual, que genera grandes beneficios. Cada cual, eso sí, a su manera.

Del videojuego al dibujo animado

A Rovio, vender peluches, camisetas y mochilas de los personajes de su mítico juego, Angry Birds, ya no le parece suficiente. A la compañía de videojuegos no le basta con tener al usuario aplastando cerdos durante horas para animarle a que compre 'merchandising'. Si quiere ganar su simpatía, nada mejor que hacerlo con una serie de dibujos animados.

Angry Birds Toons nació a principios del pasado año. Llevan de momento 52 episodios, de tres minutos de duración y disponibles en su canal digital, Toons TV. “Tenemos una gran cantidad de historias alrededor de los pájaros, los cerdos y la isla de Piggy, que la gente no ha visto en los juegos o en los libros. La animación, por tanto, era el paso lógico que teníamos que dar”, explica a HojaDeRouter.com Nick Dorra, director de estrategia de contenido de Rovio Entertainment.

Según Dorra, el canal de vídeos de los pájaros enfadados ha alcanzado los 3.000 millones de visualizaciones. Tal ha sido el éxito que ya están trabajando en la segunda temporada de la serie y esperan lanzar a finales de este año las aventuras de Stella, otro famoso personaje del juego.

A Rovio no le asusta que le copien. “Muchos de nuestros amigos del espacio del videojuego ya están haciendo cosas similares, creando contenido para sus personajes y contando historias”, señala Dorra. “Estamos seguros de que muchos de ellos empezarán a distribuir un contenido en vídeo de forma similar a como lo hacemos nosotros, porque es una forma increíble de alcanzar a los fans y enganchar a la audiencia”.

Y no sólo la competencia directa. Desde Rovio también observan cómo en la industria audiovisual se están introduciendo poco a poco las tecnológicas. “Definitivamente vemos una convergencia de las compañías de distribución digital que quieren crear y tener su propio contenido, y que pueden ofrecer de forma exclusiva y construir, así, grandes franquicias”.

La clave del éxito: el control

En 2013, las cinco principales productoras estadounidenses (Viacom, Disney, Time Warner, NewsCorp y NBCUniversal) ganaron, con sus contenidos, más de 28.000 millones de euros gracias, en parte, a las beneficios que obtuvieron de sus programas y series para televisión.

Un dato que muestra que el contenido televisivo tiene tirón y eso lo sabe bien Netflix. Con 13 nominaciones a los Emmy, House of Cards, la serie estrella del videoclub 'online', se ha metido al público en el bolsillo. En concreto, se calcula que seis millones de suscriptores estadounidenses vieron el estreno de su segunda temporada. De ahí que no resulte extraño que Netflix se haya animado a meterse en una nueva producción, prevista para ver la luz en español y con México de telón de fondo.

Amazon también quiere explotar la gallina de los huevos de oro. En 2012, el gigante de las compras 'online' lanzó Amazon Studios, una división de la compañía que se encarga de financiar series y películas de directores y guionistas independientes si el episodio piloto funciona bien en internet. Y todo para nutrir de contenido su plataforma de 'streaming', Amazon Instant Video, que funciona mediante alquiler o tarifa plana, al estilo de Netflix o Hulu, para las personas sucritas a Amazon Prime.

Whit Stillman es uno de esos guionistas y directores. Hace un par de años, la compañía compró los derechos de su guión, Metropolitan, y tras comprobar que podría tener éxito como película, dicidieron grabarla. La experiencia fue bastante buena y hoy Stillman repite con una serie, 'The Cosmopolitans', cuyo piloto ha visto la luz el 28 de agosto gracias a una productora que no se parece mucho al resto.

“Amazon Studios parece más flexible en su intento de crear nuevas series”, afirma el cineasta. “Es una nueva idea y están intentando hacer cosas con métodos nuevos, como, por ejemplo, lanzar los pilotos para ver los comentarios y las reacciones”.

A pesar de que Netflix y Amazon se dediquen a vender servicios distintos, la estrategia que siguen es la misma. Según Alejandro G. Lavilla, consultor audiovisual y productor independiente, el contenido es la clave para el éxito de estas compañías. De ahí que prefieran tener ellos mismos el control de su creación, en lugar de encomendárselo a un tercero.

“La producción original te hace único, tienes garantizado el estreno, los pases que quieras y puedes comercializarlo a terceros”, explica. “Ahora los videoclubs o librerías 'online' son los nuevos distribuidores de contenidos, es razonable que sigan el camino de las 'majors' que controlan la producción, distribución y, en ocasiones, la exhibición”.

Mejorar lo que se tiene

Sin duda, el rey de los contenidos audiovisuales en internet es YouTube. Según datos de Comscore, Google encabeza la lista de empresas con mayor número de espectadores, unos 19.8 millones en España que, sin embargo, no siempre se plantan ante la pantalla del ordenador para ver contenido de calidad (los gatitos y los fenómenos virales campan a sus anchas).

El gigante tecnológico lo sabe y por eso en 2012 puso en marcha los Youtube Space, unos centros de formación para 'youtubers' procedentes de América, Europa y Asia. ¿El objetivo? Enseñar a los creadores a mejorar sus vídeos.

Con cuatro estudios en Los Ángeles, Nueva York, Londres y Tokyo, los 'youtubers' aprenden a manejar cámaras profesionales, controlar aspectos como la iluminación, editar vídeos, usar un croma o, simplemente, conseguir audiencia.

“El mensaje que ellos lanzan es que están menos preocupados por las visitas totales y más preocupados por la cantidad de suscriptores, porque consideran que lo que hay que hacer es generar una audiencia real que te siga”. Así nos lo cuenta Carlos, uno de los fundadores de La Supercafetera, una serie que se publica en YouTube, que cuenta con 29.426 suscriptores, y cuyos vídeos ha logrado mejorar gracias a su estancia en el Youtube Space Londres.

Carlos llegó a la capital británica de la mano del concurso que YouTube lanzó en 2012. Junto con otros 25 'youtubers' más de Europa, en una semana aprendió las técnicas necesarias para que sus vídeos pudieran competir con uno profesional. David Calle, profesor y creador de Unicoos, el canal que enseña matemáticas, física y química, también estuvo entre los participantes. “Desde que vine de Londres, he intentado hacer vídeos más serios, que estén mejor editados”. Y aunque él es más bien de números, ha aplicado bien la lección. “Sobre todo, lo que tiene que ver con luz, con la cámara, y ya solamente en el tema del sonido se nota”.

Más jugadores en el tablero

Rovio, Amazon, Netflix y Google no son las únicas compañías tecnológicas que están metiendo la cabeza en la industria audiovisual. Según fuentes propias de The Information, Facebook se ha puesto en contacto con las 'majors' de Hollywood para crear contenido adaptado a su última adquisición, las gafas de realidad virtual Oculus Rift. No ha trascendido nada de estas conversaciones, ni están siquiera confirmadas, pero revelan el creciente interés de la red social por el sector audiovisual.

Además, hace un par de días Amazon compró Twitch Interactive, la plataforma de emisiones en directo especializada en videojuegos, una de las webs que más tráfico generan en Estados Unidos (por encima de la propia Facebook en las horas punta). Una adquisición que les ha costado 735 millones de euros y que podría haber supuesto un duro golpe para Google, que pretendía hacerse con los servicios de Twitch para integrarlos en YouTube.

Lavilla lo tiene claro. “La televisión 'online' ha llegado para quedarse. El consumo de vídeo por internet es imparable y crece exponencialmente. La publicidad convencional, que financia los programas de televisión en abierto, es cada día más ineficaz. La vieja televisión no desaparecerá, pero tendrá que ceder cuota de audiencia al visionado de contenidos en 'streaming'”.

Una audiencia que podrá decidir qué película o serie quiere ver, dónde y cuándo quiere verla, y que podrá también suscribirse a vídeos de otros fans a través de YouTube o Twitch. La competencia va a ser feroz. Que tiemblen las 'majors'.

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Las imágenes de este reportaje son propiedad, por orden de aparición, de Wikimedia Commons, The Conmunity, Wikia, captura de la serie House of Cards, CDNDS, Thomas van de Weerd y Team Beyond

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