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Josep Melià, candidato de El PI a presidir Balears: “Estamos dispuestos a investir a Prohens (PP) o a Armengol (PSOE)”

Josep Melià, en la redacción balear de elDiario.es

Esther Ballesteros / Angy Galvín / Francisco Ubilla

Mallorca —

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“Nosotros no nos vemos gobernando con ningún extremismo, ni con Vox ni con Podemos. Nosotros somos un partido centrista, un partido moderado, un partido de tranquilidad, un partido de mayor unidad y de defensa de las Illes Balears”. Quien así se manifiesta es Josep Melià (Madrid, 1972), candidato de la formación regionalista Proposta per les Illes (El PI) a la presidencia del Govern balear. El veterano político, sobre quien hace más de diez años recayó la labor de enderezar el destino de Unió Mallorquina (UM) cuando ésta daba sus últimos coletazos acuciada por la corrupción y, posteriormente, lideró Convergència per les Illes, no quiere que el partido del que en la actualidad es portavoz forme gobierno a cualquier precio.

En una entrevista con elDiario.es, Melià, hijo de Josep Melià Pericàs, quien fue secretario de Estado para la Información bajo la batuta de Adolfo Suárez, reconoce que su formación puede ser decisiva en los futuros acuerdos de gobernabilidad, pero deja claro que no pactará “con extremistas que niegan la violencia contra la mujer” o “protegen la okupación ilegal de viviendas”. Asimismo, recrimina que durante estos años no se hayan producido avances en cuanto a diversificación económica, entre otras razones porque “no se ha revisado el sistema de financiación y continuamos siendo los que más pagamos y los que menos recibimos”. En este sentido, denuncia que, durante 40 años, el Estado “se ha pasado por el arco del triunfo el precepto constitucional” de destinar más recursos al archipiélago para compensar la insularidad. Su discurso habla de sobrepoblación, lo que le ha valido críticas por “racismo” y “xenofobia”, aboga por incentivar fiscalmente a los propietarios para que haya más viviendas en el mercado de alquiler y apuesta por un mayor consenso en materia turística y otras áreas con los agentes sociales.

Las encuestas vaticinan que El PI puede ser decisivo para la formación del futuro Govern. ¿Estarían dispuestos ustedes a investir a Marga Prohens como presidenta de Balears? ¿Y a Francina Armengol?

Todos los partidos, y El PI también, se presentan para gobernar. Como es improbable que, como el resto de formaciones, obtengamos mayoría absoluta, entonces se tendrán que producir unos pactos. Y dentro de esos pactos nosotros estamos dispuestos a investir a Marga Prohens o a Francina Armengol, cuyas listas seguramente serán las más votadas. A nosotros, desde ese punto de vista, lo que nos importa no es tanto si sale Marga Prohens o Francina Armengol, sino las ideas y los proyectos de legislatura de quien vaya a presidir el Gobierno balear. Eso es lo que nos interesa. Si va conforme con nuestros ejes fundamentales, pues a lo mejor podemos investirlas. Si no va en sintonía con nuestros ejes fundamentales, pues evidentemente no las podemos investir. Es una cuestión mucho más de ideas, de fondo y de ideología que de personas.

Entendemos que para sus votantes sería difícil de justificar que apoyen la investidura de Marga Prohens si, para hacerlo, la candidata popular necesita el apoyo también de Vox, un partido claramente contrario a la lengua y cultura propia de Balears.

Nosotros no nos vemos gobernando con ningún extremismo, ni con Vox ni con Podemos. Nosotros somos un partido centrista, un partido moderado, un partido de tranquilidad, un partido de mayor unidad y de defensa de las Illes Balears. Y evidentemente no nos vemos gobernando con un partido que niega la violencia a las mujeres y niega que se tengan que hacer políticas activas para combatirlo, que quiere cargarse todo el autogobierno y la autonomía de Balears, como tampoco con otros partidos que protegen la okupación ilegal de viviendas, que se ponen de perfil y que se muestran comprensivos con una práctica claramente ilegal y contraria a los derechos de propiedad, o que también dan pábulo a la venta ambulante ilegal, que es una competencia desleal para nuestro comercio de proximidad.

No nos vemos gobernando con un partido que niega la violencia a las mujeres y que quiere cargarse todo el autogobierno de Balears, como tampoco con otros partidos que protegen la okupación ilegal de viviendas o que dan pábulo a la venta ambulante ilegal

¿Cuáles serían entonces las líneas rojas de El PI a la hora de gobernar?

Nosotros no queremos hablar de líneas rojas ni utilizar un lenguaje chulesco. Nosotros somos gente tranquila, responsable. Lo que tenemos que hacer es intentar dar a Balears un gobierno de equilibrio, de positivismo, acabar con el prohibicionismo, que ha acabado generando un rechazo social importante, e intentar ayudar a las actividades económicas, que haya trabajo y que haya prosperidad. Estamos en una línea muy sensata.

¿Cree que el catalán está en retroceso en Balears? ¿Están a favor de la actual normativa que permite la exención del catalán a los sanitarios que desempeñan su labor en áreas consideradas deficitarias de personal?

Es una realidad que el catalán está en retroceso. No hay ningún científico que diga lo contrario, entre otras cosas porque evidentemente ha habido un incremento poblacional tan brutal que, por lógica, ha provocado un impacto sobre la situación de una lengua que es la propia de las Illes Balears. Nosotros somos defensores de la lengua y la cultura de las islas. Pensamos que hay que protegerla y dinamizar y por lo tanto consideramos que los niños, cuando acaban el colegio, tienen que saber las dos lenguas oficiales. Consideramos que un servidor público, un funcionario, tiene que saber las dos lenguas oficiales porque da servicio a una sociedad que en teoría tiene dos lenguas oficiales. Y nosotros consideramos que la lengua propia tiene que ser conocida. El bilingüismo consiste en que todo el mundo domine las dos lenguas, no en que los catalanoparlantes también sepan castellano y los castellanohablantes no tengan que saber nada de catalán. Eso no es el bilingüismo, eso es otra cosa. Lo que defendemos, por tanto, es que cuantas más lenguas conozca la gente, mejor. Y sobre todo las dos lenguas oficiales.

¿Cuáles han sido los principales aciertos del Pacte?

Yo siempre he ensalzado la renta social garantizada que se impulsó en la primera legislatura del Pacte y que en el actual mandato se ha ampliado por razones muy conectadas con la COVID y con la crisis económica. Nosotros pensamos que ese es el gran acierto del gobierno Armengol. Evidentemente, garantizar un mínimo a las personas que están en una situación vulnerable y que haya más cohesión social nos parece una política acertada en general. Puede haber algún matiz, porque siempre hay algún fraude, gente que se aprovecha excesivamente de estas prestaciones públicas. También aprobamos la lucha contra la pandemia desde un punto de vista sanitario por parte del Gobierno español. Era evidentemente un gran riesgo y se lo debo reconocer. Tenemos que partir de la base de que nosotros no jugamos al blanco y negro, posición que ejercen el PP y el PSOE indistintamente, dependiendo de su posición en un momento dado. Nosotros, cuando el gobierno hace una cosa buena, le damos apoyo, y cuando hace una cosa que consideramos incorrecta desde nuestro punto de vista, nos oponemos y decimos que no nos gusta.

Yo siempre he ensalzado la renta social garantizada que se impulsó en la primera legislatura del Pacte y que en el actual mandato se ha ampliado por razones muy conectadas con la COVID y con la crisis económica

¿De qué errores estaríamos hablando?

Para nosotros existen dos fracasos clamorosos. El primero es la diversificación económica. Uno de los grandes objetivos de la investidura de Armengol en 2015 era que la economía de Balears estuviera más diversificada y hoy dependemos tanto del turismo como en 2015. O sea, no hemos avanzado nada. Y en materia de vivienda, que es el segundo gran fracaso, pues es indiscutible que para un joven de Balears es mucho más difícil acceder a una vivienda asequible hoy que hace ocho años. Es decir, las cosas han empeorado con quienes todo el tiempo nos explican que son grandes defensores del derecho a la vivienda. A veces digo, de una forma un poco sarcástica, que es como el cirujano o el médico que sale del quirófano y dice la operación ha ido muy bien, pero el paciente ha fallecido. Si las políticas no tienen resultados positivos es que son un fracaso. Nos pueden explicar lo que quieran en diversificación, en vivienda y en otras cosas, pero es evidente que la gestión del Govern necesita mejorar mucho.

Nos pueden explicar lo que quieran en diversificación, en vivienda y en otras cosas, pero es evidente que la gestión del Govern necesita mejorar mucho

Entonces, ¿qué proponen ustedes para diversificar la economía?

Primero de todo, tener un Régimen Especial de Balears (REB) de verdad y no una tomadura de pelo como la que nos han hecho, porque la parte económica, que era un fondo de insularidad al que llamamos factor de insularidad, en teoría tenía que suponer recursos suplementarios para Balears a fin de compensar la insularidad y al final no ha habido recursos suplementarios. Debemos recordar que Balears siempre está a la cola en inversiones del Estado. Lo poco que invertía el Estado antes lo llamábamos convenio de carreteras, ahora lo llamamos factor de insularidad. Se trataba de que hubiera nuevos recursos para compensar la insularidad, que es bueno recordar que es un precepto constitucional que el Estado se ha pasado por el arco del triunfo durante 40 años. Así que la parte económica es una tomadura de pelo absoluta y la parte fiscal está totalmente limitada por la normativa europea. Para diversificar en el sector primario y en industria necesitamos tener igualdad de oportunidades para competir. Y mientras no tengamos igualdad con el continente, vamos a tener muchas dificultades para diversificar en el sector primario y en la industria. Eso por una parte.

Luego está la innovación. No tenemos una inversión pública fuerte porque, entre otras cosas, no han revisado el sistema de financiación y, en Balears, continuamos siendo los que más pagamos y los que menos recibimos. Y, evidentemente, se necesitan recursos que el Gobierno balear no tiene y que debería tener porque los generamos recursos vía impuestos. La gestión en innovación ha sido un desastre. Dividida en diferentes direcciones generales, sin una línea clara, con unos presupuestos irrisorios... Continuamos siendo la Comunidad Autónoma a la cola Innovación de España. Por lo tanto, los resultados no son boyantes.

No tenemos una inversión pública fuerte porque, entre otras cosas, no han revisado el sistema de financiación y, en Balears, continuamos siendo los que más pagamos y los que menos recibimos

En cuanto a competencias, ¿qué reclamaría El PI al Estado?

En competencias, lo primero que hacemos es reclamar que se cumpla una ley orgánica que se llama Estatuto de Autonomía, que no es de hace un año sino de 2007. Es de hace más de 15 años. La situación es bastante patética. Lo primero que reclamamos es que se cumpla el Estatuto. ¿Y el Estatuto qué dice? Pues dice que Justicia tiene que ser transferida a Balears, por ejemplo. Dice que podemos tener unas competencias en seguridad y en policía autonómica. También que tenemos que tener un papel decisorio sobre nuestros aeropuertos. Y nada de eso se cumple. En los últimos ocho años nos han transferido costas y litoral, pero con una perversión absoluta, porque el canon de las concesiones, el dinerito, se lo ha quedado el Estado. Primera cosa inaceptable. Pero es que además se ha quedado la decisión final, porque antes de dar una concesión o una autorización por parte de la Comunidad Autónoma, tiene que obtener un informe favorable del Estado. Es como si cada vez que tuviéramos que ejecutar una construcción o llevar a cabo una reforma en un centro sanitario necesitáramos el visto bueno del Estado. ¿Dónde se ha visto eso? Nosotros pedimos que se negocie y que tengamos la autonomía plena en costas y litoral, no este sucedáneo que nos han dado. Eso es lo primero que reclamamos.

Lo segundo, reclamamos sobre todo financiación, y por eso nosotros defendemos un concierto económico. Que todos los impuestos que se paguen en Balears sean recaudados por la Comunidad Autónoma y, al igual que Navarra y País Vasco, demos una cuota al Estado para gastos comunes en concepto de solidaridad. Pero ya está bien de enviar 4.000 millones de euros cada año fuera de Balears para que no vuelvan y tengamos los servicios públicos peor dotados de todo el Estado, además de tener la peor ratio de médicos por paciente. Para nosotros es un tema capital que haya un avance significativo en materia de autogobierno. Nosotros hemos dado mucha, mucha guerra con el tema de los puertos de interés general, porque consideramos que solo el Puerto de Palma, y sólo la parte realmente dedicada a mercancías, tiene sentido que sea competencia del Estado. Todas las instalaciones náuticas, puertos deportivos y clubes náuticos tendrían que ser son competencia exclusiva de la Comunidad Autónoma, pero el Estado se los queda. ¿Pero por qué se los queda? Para obtener una financiación, no por que sean estratégicos para la economía estatal.

Comentaba antes que no se han producido avances en materia de vivienda. ¿Qué propone El PI para solucionar esta problemática en las islas? ¿Cómo valora la ley estatal de vivienda?

La valoramos fatal, negativamente, por varias razones. La primera, porque es una invasión competencial en toda regla. La competencia exclusiva en vivienda es de la Comunidad autónoma y el Estado no tiene que ponerse a hacer leyes en este sentido. Lo que tiene que hacer el Estado es poner dinero para que las Comunidades Autónomas puedan hacer políticas de vivienda. Y lo que tienen que hacer el Estado es ponerles suelo a disposición para que se puedan construir viviendas. Son Busquets, por ejemplo. Pero resulta que el Estado prefiere hacernos leyes pero no ceder Son Busquets para que hagamos vivienda. Es el mundo al revés. En segundo lugar, estamos en contra porque no creemos en absoluto en limitar los precios de alquiler. La política de vivienda tiene que consistir en incentivar que haya más viviendas que ahora están vacías y que salgan al mercado de alquiler. Esa es la política de vivienda acertada. Más viviendas en el mercado de alquiler, no menos viviendas en el mercado alquiler.

No creemos en absoluto en limitar los precios de alquiler. La política de vivienda tiene que consistir en incentivar que haya más viviendas que ahora están vacías y que salgan al mercado de alquiler

Hace un momento defendía los derechos de propiedad. ¿Eso no sería expropiación?

No si el propietario, voluntariamente, pone su vivienda en alquiler porque hay incentivos para que lo haga. Incentivos fiscales, incentivos de garantías jurídicas en caso de impago de la renta, garantías de recuperación inmediata del inmueble. Si el propietario las tiene, a lo mejor conseguimos que haya más viviendas en el mercado de alquiler. Pero si limitamos el precio, lo que vamos a conseguir es que haya más propietarios reacios a sacar su vivienda al mercado y, por tanto, más viviendas vacías, lo cual es contraproducente y contrario a lo que debemos perseguir. Y, en este sentido, yo creo que la ley de vivienda es un fiasco en toda regla y un ataque al derecho de propiedad.

¿Qué medidas concretas proponen entonces?

Cuando hablamos de vivienda, queremos constatar una cosa, que es la sobrepoblación. Hay un proceso de sobrepoblación en Balears brutal. En 40 años hemos doblado la población. No hay ninguna región de Europa que tenga ese crecimiento poblacional. El Instituto Nacional de Estadística dice que en los próximos 15 años vamos a crecer en 300.000 habitantes más. Entonces, si esa tendencia no se para, es muy difícil que el tema de la vivienda se pueda resolver. El tema de la vivienda, el tema de las depuradoras, de las carreteras, del transporte... Porque la Administración no tiene el ritmo de elaboración de políticas públicas tan rápido como ese crecimiento poblacional. Es algo inviable. Y eso nos lleva a esa sensación de saturación.

Hay un proceso de sobrepoblación en Balears brutal. En 40 años hemos doblado la población. No hay ninguna región de Europa que tenga ese crecimiento. La Administración no tiene el ritmo de elaboración de políticas públicas tan rápido como ese crecimiento

Por lo tanto, nosotros proponemos una política de estabilización de la población e intentar frenarla con medidas turísticas, intentando bajar la presión turística con medidas urbanísticas. El camino no es el que ha hecho el gobierno municipal de Palma, un plan general con 60.000 nuevos habitantes, sino con medidas de control de fronteras, evitando el efecto llamada. Son toda una serie de políticas complejas, pero que hay que abordar. Eso por un lado.

Por otro, queremos continuar y potenciar la política de de aumentar el parque público de viviendas, que es la única política real del gobierno. Nosotros entendemos que el porcentaje de vivienda pública en Balears es bajísimo en relación a los estándares europeos y evidentemente tenemos que incrementarlo. Y a partir de ahí empiezan nuestras medidas. Beneficios fiscales en la compra de la primera vivienda, eliminación del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y la exención del Impuesto de Bienes inmuebles durante cuatro o cinco años para los habitantes con más de diez años de residencia en Balears. Nuestra segunda medida: crear una alternativa a la vivienda de protección oficial, es decir, crear otra categoría que sería la de vivienda a precio máximo, a precio tasado, limitado, a cambio de beneficios urbanísticos como más viviendas o más alturas en un solar determinado.

En tercer lugar: medidas de cambio de uso de locales y de hoteles obsoletos y de baja calidad. En cuarto lugar, algo a lo que ya me he referido antes: más protección e incentivos para que los propietarios pongan sus viviendas de alquiler en el mercado. Creemos que hay muchas cosas que se pueden hacer, muchas más cosas de las que se están haciendo en materia de vivienda.

¿Cabe entre estas medidas la limitación de compra de vivienda por parte de extranjeros?

Nosotros creemos que que el gobierno tiene que tener la posibilidad de tomar medidas en ese sentido. Pero no somos defensores de una prohibición en general, porque si un extranjero compra una possessió, esto no afecta al derecho de vivienda de nuestros jóvenes, ni afecta a la sobrepoblación. Es una cosa absolutamente puntual. Entonces, lo que tenemos que intentar es establecer medidas que favorezcan el derecho a la vivienda y que intenten estabilizar la población. Creemos que debe ser un debate serio y no de brocha gorda, como vemos que plantean algunos partidos. Debe afrontarse con rigor.

¿Qué responde a quienes les tachan de racistas o xenófobos con sus medidas frente a la sobrepoblación?

Que están en su derecho de insultar. Pero, por otro lado, los que nos insultan son quienes se erigen como ecologistas, a quienes les interesa mucho la sostenibilidad, pero crecer 300.000 habitantes cada 15 años no es sostenible desde ningún punto de vista y eso genera contaminaciones, residuos y otros problemas ambientales importantes. El buenismo teórico es muy bonito y es muy propio de la izquierda. Pero, evidentemente, antes del buenismo tiene que haber realismo. Y el realismo es que no podemos crecer en 300.000 personas. A no ser que quieras ser Hong Kong y veo que a algún partido a lo mejor le encantaría. Pero no es nuestro proyecto. ¿Por qué? Entre otras razones, porque nosotros queremos defender la calidad de vida de todos los que vivimos actualmente en Balears. Y estamos perdiendo calidad de vida. Si eso es ser racista, a lo mejor habrá que cambiar el concepto.

El buenismo teórico es muy bonito y es muy propio de la izquierda. Pero, evidentemente, antes del buenismo tiene que haber realismo. Y el realismo es que no podemos crecer en 300.000 personas. A no ser que quieras ser Hong Kong

Pero está hablando de controlar las fronteras.

Nosotros nos enfocamos en todo, porque lo que no puede ser es que creamos que el tema de la sobrepoblación sólo puede afectar a los ricos, a los pobres o a la clase media. Tiene que afectar a todo el mundo. ¿O a determinada gente no le puede afectar porque así lo han decidido desde su apriorismo ideológico? Nosotros decimos que les tiene que afectar a todos, a los que tienen más y a los que tienen menos. Si no es así, estamos hablando de otra cosa, no sobre población.

¿Qué opinan sobre el actual impuesto turístico? Una de las principales críticas que ha recibido es la finalidad de los fondos, que no siempre van destinados al medio ambiente.

Nosotros queremos recuperar su su origen, la finalidad original para la cual fue creado el impuesto turístico, que era para el medio ambiente y la mejora turística, no para ser un cajón desastre de la financiación de la Comunidad Autónoma, que es, en definitiva, en lo que se ha convertido. Esa deriva no nos gusta. En segundo lugar, queremos que el 50% de lo que se recaude quede en la zona turística, porque al final queremos que los que pagan ese impuesto, que son los turistas, vean, al menos parcialmente, que ese dinero se está reinvirtiendo en algo dentro de la zona que ocupan. Ya sé que se mueven por toda Mallorca, pero básicamente su impacto radica en una zona determinada. Por lo tanto, eso de que haya zonas turísticas donde se recaudan muchos millones de euros de cuotas y, en cambio, no han visto ni una inversión no nos parece el camino correcto. Y, en tercer lugar, queremos cambiar la Comisión, porque tenemos un gobierno que habla todo el día de diálogo y consenso y grandes palabras, pero que no lo practica nunca. Y en la Comisión no quiere tener minoría y tener que consensuar los proyectos que se van a financiar con esta tasa. Nosotros queremos que el gobierno tenga minoría y que realmente se obligue a llegar a un consenso con los agentes sociales. Pero claro, lo que hacen es lo que hacen: aprobar los proyectos que sólo a ellos les interesa.

A finales de año tendremos elecciones generales. ¿El PI se presentará?

No lo sabemos aún, lo decidiremos en su momento. Ahora estamos donde estamos, que son las elecciones autonómicas y municipales.

¿Qué cree que les hace falta a los partidos mallorquinistas, como MÉS per Mallorca o El PI, para conseguir conectar con los electores y obtener representación en Madrid?

Sobre todo, tener repercusión mediática, porque compiten en una desigualdad brutal con otros partidos que tienen repercusión, sobre todo en las televisiones estatales, y eso les da una plataforma de conocimiento y de difusión de su mensaje que evidentemente los partidos de Balears. Eso provoca que muchas de nuestras ideas y propuestas sean absolutamente ignoradas. A veces digo que es como una guerra entre Estados Unidos y un país muy pequeñito. Claro, Estados Unidos tiene un arsenal, un poder, un potencial militar tan brutal que es muy difícil competir con ellos. Pues las grandes partidos estatales son maquinarias de poder y nosotros somos una cosa mucho más humilde. Esa es la realidad. Y entonces nos cuesta mucho competir con esas grandes maquinarias de poder por razones evidentes, porque no tenemos ni la repercusión mediática, ni el poder económico ni tantas otras cosas que sí tienen ellos.

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