Tres excargos de Vox acusan a la cúpula de exigirles desviar “ingentes cantidades” de dinero público a la fundación privada del partido
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Tres ex altos cargos de Vox en Balears, Idoia Ribas, Agustín Buades y Maite de Medrano, han denunciado este jueves las presiones a las que aseguran haber sido sometidos por parte de la formación de extrema derecha para “desviar ingentes cantidades de dinero” del grupo parlamentario a Disenso, la fundación privada que preside Santiago Abascal a título nominativo.
Los tres diputados en la actualidad no adscritos han comparecido en rueda de prensa para responder a las acusaciones efectuadas por el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, quien este miércoles los calificó de “estafadores”. “Que el señor Garriga se atreva a llamarnos a nosotros estafadores es un ejercicio de cinismo bochornoso e intolerable”, ha recriminado Ribas, exportavoz de Vox en el Parlament balear, máxime cuando, ha aseverado, una de las primeras decisiones de su sucesora, Manuela Cañadas, fue “pasar de transferir un 10% a un 50% del dinero del grupo” al partido. Preguntados por estas acusaciones, desde Vox señalan a elDiario.es que el partido no entrará a valorarlas.
Ribas ha asegurado que, cuando era portavoz de Vox en la Cámara autonómica, se negó a “transferir más de un 10%”. “No se nos pidió autorización para ello cuando formábamos parte del grupo, y por tanto éramos responsables de la gestión del dinero del mismo”, ha incidido, aseverando que “esos son los intereses de Abascal: el dinero”. “Y mientras se forran, le venden humo a la gente. Van enganchando adeptos con un discurso patriótico y, silenciosamente, aplican un descomunal giro político al partido, abandonando los principios liberalconservadores que fueron los pilares de la creación de Vox para abrazarse a una derecha populista y radical que podemos calificar como la deriva Buxadé, exmilitante de la Falange Española que odia todo lo que huela a libertad”.
Cabe recordar que Disenso nació en 2020 con un capital de 30.000 euros del partido, el mínimo legal para constituirla. Las fundaciones son instituciones privadas sin fines lucrativos, cuentan con beneficios fiscales y, por tanto, la obligación de presentar balances (las vinculadas a partidos están fiscalizadas por el Tribunal de Cuentas). Entre los fines de Disenso, considerados de interés general, se cita la “promoción de la defensa de la vida y la familia”, “la reivindicación de la herencia de la civilización occidental” o “la defensa de la libertad, la unidad y la soberanía de España”.
Como desveló elDiario.es, Vox ha transferido millones de euros a Disenso durante los últimos ocho años. Se trata de dinero principalmente procedente del partido de extrema derecha, que recibe 10 millones de euros de dinero público cada año (según los resultados electorales, los partidos políticos perciben una cantidad determinada para su funcionamiento) y unos 5 millones anuales de donaciones privadas. Tras conocerse además un informe del Tribunal de Cuentas que alertaba de irregularidades en las donaciones, la cúpula del partido sustituyó al gerente, presentando el cambio como “una renuncia por voluntad propia”.
La actividad de Disenso se basa en organizar congresos, eventos, coloquios, promover ideas, editar informes y, de manera muy destacada, difundir noticias en La Gaceta de la Iberosfera –antes conocida como La Gaceta de los Negocios, propiedad de Julio Ariza, gurú mediático de la derecha más conservadora y dueño de Intereconomía–.
Por otro lado, Ribas también ha aludido, tal como desveló en una entrevista concedida a elDiario.es, a las intenciones de Cañadas de forzar elecciones anticipadas en abril de 2024, refiriéndose a varios mensajes remitidos por ésta al inicio de aquel año, en los que, según ha apuntado, aludía a la intención de la dirección nacional de dinamitar el acuerdo de investidura alcanzado entre PP y Vox en Balears y forzar así la convocatoria de unos nuevos comicios. “La intención de Vox no era avanzar en las políticas, sino dinamitar la legislatura”, ha remarcado.
Según ha señalado, la oposición a esta estrategia fue la que dio origen a las presiones y a una “purga” por parte de la dirección nacional, lo que desembocó en la implosión del grupo parlamentario.
Como señaló Ribas a este periódico el pasado mes de junio, el plan de la dirección nacional y provincial del partido era “dinamitar” el Ejecutivo presidido por Marga Prohens (PP): “Querían bloquear la acción de gobierno para que, llegado abril, un año después de las elecciones, Prohens se viera abocada a convocar elecciones anticipadas. La propia Cañadas nos informó a los diputados de Vox por Mallorca que tenía a una persona que le había informado de esto dentro del partido”. En la misma entrevista, la exportavoz parlamentaria aseguró que se opuso a esta idea porque “ya había sido la que había tenido que dar la cara firmando un acuerdo con el que Vox no entraba en el gobierno”. “No quería ser, además, la que provoca unas elecciones anticipadas, porque si luego gana la izquierda toda la vida iba a tener yo la etiqueta y el peso de haberlo provocado. Al final, la que da la imagen pública y la que se quema soy yo”, sentenció.
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