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Trump se indigna por los “100 ataques” de Irán contra Arabia Saudí e ignora los 20.000 de los saudíes contra Yemen

Un niño yemení mira a través de un agujero de una casa bombardeada.

Javier Biosca Azcoiti

Trump tiene su armamento “cargado y preparado” para responder a Irán por su papel en el ataque de este sábado contra Arabia Saudí. Poco después del bombardeo a la mayor planta de procesamiento de productos petrolíferos del mundo, EEUU ya había manifestado su indignación, había culpado a Irán y Trump había llamado al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, para dejar claro que contaba con el apoyo de EEUU en su ejercicio de la defensa propia.

Las milicias hutíes, apoyadas y equipadas por Teherán, han reivindicado el ataque, que ha llegado a reducir a la mitad la capacidad de producción de petróleo de Riad. Sin embargo, tanto Arabia Saudí como EEUU han acusado solo a Irán y sugieren que los misiles o drones no salieron de Yemen. Irán niega tener relación con lo sucedido. “Teherán está detrás de 100 ataques contra Arabia Saudí mientras Rouhaní y Zarif fingen ejercer la diplomacia”, ha señalado el secretario de Estado, Mike Pompeo. “Instamos a todas las naciones a condenar pública y absolutamente los ataques de Irán”, remató.

Estados Unidos, sin embargo, no ha mostrado la misma contundencia con los ataques en Yemen de la coalición internacional liderada por Arabia Saudí. Desde que se formó en marzo de 2015 para combatir a los rebeldes hutíes, la coalición ha lanzado 20.000 bombardeos por los que han muerto 8.441 civiles, según recoge Yemen Data Project. Más de 12 bombardeos y cinco civiles muertos al día, sobre los que no se ha producido la correspondiente queja estadounidense. Yemen vive la peor crisis humanitaria del mundo.

El gobierno de Trump ha hecho numerosos gestos para proteger a la monarquía absoluta a pesar de sus abusos internacionales en el país. “Los Gobiernos de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos están tomando acciones demostrables para reducir el riesgo civil de las operaciones militares”, afirmó Pompeo en 2018. La ONU, en el último informe del Consejo de Derechos Humanos sobre Yemen, no dice lo mismo: “Un examen de la información disponible plantea preocupaciones porque el mecanismo de investigación de la coalición para evaluar el cumplimiento del derecho internacional humanitario no cumple lo criterios establecidos por ley para asegurar la rendición de cuentas”.

En junio de 2017 Trump notificó al Congreso que iba a reactivar la venta de bombas de precisión a Arabia Saudí que había suspendido Obama por la muerte de civiles. Un año después, una de esas bombas procedentes de EEUU cayó sobre un autobús escolar matando a 40 niños y 11 adultos. En diciembre de 2018, Washington amenazó con vetar una resolución redactada por Reino Unido que exigía rendición de cuentas por crímenes de guerra en Yemen y pedía el fin del bloqueo. Finalmente se adoptó una resolución mucho más rebajada.

Entre la lista de acciones de EEUU para proteger a su fiel aliado también se incluye cuando Pompeo dejó a Arabia Saudí fuera de una lista negra de países que utilizan niños soldado a pesar de las recomendaciones de sus expertos, que concluyeron que la monarquía del Golfo ha estado utilizando menores en la guerra civil de Yemen, según informó Reuters. En su último informe, la ONU confirma el uso de niños soldado en la guerra (no acusa a Arabia Saudí) e incluso cita el testimonio de uno de ellos: “Mi responsabilidad era encontrar colaboradores y hutíes”. Poco después, Trump vetó tres resoluciones diferentes aprobadas en la Cámara de Representantes y en el Senado con apoyo de legisladores de ambos partidos que pretendían limitar la venta de armas a Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos por sus acciones en Yemen.

Trump justificaba así su apoyo a la coalición en otro veto de abril de 2019 a una resolución del Congreso que ordenaba acabar con toda participación de EEUU en las hostilidades en Yemen: “La resolución es un intento innecesario y peligroso de debilitar mi autoridad constitucional. Desde 2015, EEUU ha proporcionado apoyo limitado a los miembros de la coalición liderada por Arabia Saudí, incluido el compartir inteligencia. Damos este apoyo por muchas razones. Lo primero y más importante es nuestro deber de proteger la seguridad de más de 80.000 estadounidenses que residen en algunos países de la coalición que han sido atacados por los hutíes de Yemen. Los hutíes, apoyados por Irán, han utilizado misiles, drones armados y barcos explosivos para atacar objetivos civiles y militares en estos países de la coalición. Además, el conflicto en Yemen representa una forma barata para Irán de causar problemas a EEUU y nuestro aliado Arabia Saudí”, añadió el presidente entonces.

Uno de los últimos grandes ataques de la coalición fue el lanzamiento de siete misiles contra una prisión que dejó más de 100 muertos. En otra ocasión bombardearon un funeral, matando a 140 personas. También han atacado varias bodas, hospitales, escuelas, etc. De los 20.000 bombardeos registrados por Yemen Data Project, 6.896 han ido dirigidos contra objetivos militares, 6.280 contra objetivos civiles y en otros 6.814 se desconoce. Entre los objetivos civiles hay más de 2.000 bombardeos contra áreas residenciales, 38 contra universidades, 335 contra colegios e institutos, 67 contra hospitales, 51 contra mezquitas, 60 contra instalaciones deportivas... Y la lista continúa.

En relación con los objetivos civiles, el último informe del Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre Yemen ya señalaba que EEUU hace su propia interpretación de lo que constituye objetivo militar. “Para constituir un objetivo militar, debe satisfacer dos criterios: debe suponer una contribución efectiva a la acción militar y su destrucción, captura o neutralización debe ofrecer una ventaja militar. Aunque la formulación de la regla parece estar generalmente aceptada, EEUU parece interpretar los conceptos de contribución y ventaja militar de forma más amplia que la mayoría de Estados”.

La respuesta de Washington a este incidente responde a la política de máxima presión contra Irán iniciada por Trump. El presidente de EEUU ha revertido durante su mandato el cambio de política exterior en Oriente Medio promovido por Obama, quien apostó por alejarse de Israel y Arabia Saudí y mostrar una mayor aproximación hacia Irán.

Mientras tanto, la ONU sigue denunciando que ambas partes en el conflicto en Yemen están cometiendo violaciones de derechos humanos y del derecho internacional humanitario, al mismo tiempo que advierte de que Irán y EEUU no están haciendo lo suficiente para frenar la peor crisis humanitaria del mundo. “En Yemen, la responsabilidad de tomar medidas aumenta con el nivel de influencia que un Estado específico tiene sobre las partes. La responsabilidad de terceros Estados es especialmente relevante para EEUU, Reino Unido, Francia e Irán dada la influencia que tienen sobre las partes en conflicto”.

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