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Australia devuelve al confinamiento a un millón de personas por rebrotes en reuniones familiares y cumpleaños

Australia y N.Zelanda han relajado las medidas frente a la COVID-19 tras la contención de los contagios

Matilda Boseley

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Australia pelea contra un rebrote del virus en la segunda ciudad del país, alimentado por reuniones familiares y cumpleaños, que ha empujado al cierre a una zona amplia de Melbourne en un intento por detener la expansión de los contagios poco después de que las autoridades suavizaran las restricciones.

Un comité encargado de la salud pública ha recomendado que más de un millón de personas se quede en sus barrios ante una emergencia sanitaria que va a crecer. Las restricciones afectan por el momento al estado de Victoria. El gobierno regional está valorando convertir el consejo de quedarse en casa en norma de obligado cumplimiento.

Tras meses de confinamiento, la mayor parte de los estados y territorios de Australia han sido capaces de reducir el número de casos activos hasta casi cero, relajar el control de los límites territoriales y en el caso del estado de Queensland, abrir incluso recintos deportivos. En Nueva Gales del Sur, donde se encuentra Sidney, la vida casi ha regresado a la normalidad. Las escuelas y playas han reabierto y las restricciones en cuanto a distancias son laxas. En el oeste del país se permitirán concentraciones de hasta 30.000 personas para asistir a eventos deportivos desde el próximo sábado y los locales de música en directo abrirán sus puertas de nuevo.

Pero en Victoria las cosas no van tan bien. Alrededor del 83% de los 116 detectados en Australia en la última semana están en ese estado al sur del país. Y se atribuye gran parte de los contagios a la transmisión comunitaria.

El sábado, el máximo responsable del estado, Daniel Andrews, dijo que volverán a aplicarse restricciones. Se culpa a los encuentros familiares del aumento de casos. Se anunció que durante las próximas tres semanas el número de personas que pueden ser recibidas como invitadas en una casa se limitará de 20 a los 5 anteriores y que los grupos que se encuentren en público no podrán ser de más de 10 personas.

El responsable sanitario del estado, Bret Sutton, dijo que Victoria se encuentra ante un “punto de inflexión” y pidió a los habitantes de la zona que tomen precauciones. El domingo, el comité sanitario más importante del país, en el que se reúnen los responsables de cada estado con el ministro de salud federal recomendó que los habitantes de Victoria no salgan ni entren de las seis zonas más afectadas. El lunes, los habitantes de Nueva Gales del Sur recibieron la recomendación de evitar desplazamientos a Victoria durante las vacaciones escolares. Andrews dijo que se evaluaría un endurecimiento de las medidas si la transmisión comunitaria sigue aumentando.

 

Durante una rueda de prensa dijo: “Puede que suceda eso en los próximos días… y necesitaríamos, por ejemplo, volver a aplicar la orden de quedarse en casa excepto por motivos importantes” y añadió que “todos recordamos que fue muy frustrante pero efectivo… podríamos necesitar regresar a esa situación en algunas zonas concretas”.

Algunas voces han mostrado su preocupación por una manifestación del movimiento Black Lives Matter que se celebró en la ciudad hace dos semanas. Podría estar detrás del aumento de casos. Pero el máximo responsable sanitario en Victoria negó que fuera así.  “No creo que la protesta de Black Lives Matter haya tenido que ver. No vemos gente de la que podamos asegurar que se haya contagiado entonces”, agregó el lunes. De unas 30.000 personas que asistieron a las manifestaciones sólo se han registrado cuatro casos y sin pruebas de que el contagio fuera en la protesta.

Andrews cree que la culpa es de los encuentros de familias ampliadas. “Hemos tenido casos de gente que se reúne en grupos grandes en sus casas o en casas de miembros de su familia… aunque se ha dicho que se aíslen en sus propias casas. Hemos visto casos de gente que dio positivo y que, aunque se les pidió que se quedaran en casa y se aislaran, fueron a trabajar o a visitar a sus seres queridos. Y eso ha sucedido en grupos amplios”, añadió. “Los expertos nos dicen que, en general, los casos vienen de las familias, de familias que celebran reuniones grandes y que no siguen los consejos sobre distancia e higiene”.

Andrews dijo el sábado que la mitad de los casos de Victoria desde finales de abril corresponden a contagios en el seno de la unidad familiar. “Es inaceptable que las familias en nuestro estado pretendan que esto ya haya terminado sólo porque quieran que pase ”, criticó. “La gente en casa se siente tranquila. Baja la guardia. Deja que sus viejas costumbres se abran paso subrepticiamente. Pero todavía estamos en medio de una pandemia. Y la vida de la gente está en juego”.

Hasta ahora los brotes han causado que varias escuelas y algunas tiendas cierren para someterse a limpieza. Varias residencias de ancianos han sido confinadas porque alguno de sus habitantes ha dado positivo. En Australia han muerto 102 personas y se han detectado más de 7400 casos de coronavirus desde que comenzó la crisis.

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