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Israel quiere acabar con Hamás en Gaza: ¿es posible eliminar el grupo islamista?

Jóvenes palestinos muestran una bandera de Hamás durante una manifestación en Cisjordania.

Francesca Cicardi

Doha —

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El objetivo declarado de la ofensiva israelí contra Gaza es acabar con Hamás, después de que cientos de sus milicianos lanzaran un gran ataque sorpresa contra Israel el pasado 7 de octubre y mataran a unas 1.200 personas en las localidades hebreas próximas a la Franja. Sin embargo, eliminar esta agrupación política y armada, que gobierna el enclave palestino desde 2007 y que cuenta con seguidores también en Cisjordania, es una misión compleja que muchos analistas consideran imposible.

“Hamás no es sólo un grupo armado, es un movimiento político de masas que participa en la política palestina y lo ha hecho durante muchos años”, explica a elDiario.es el analista del Consejo de Oriente Medio sobre Asuntos Globales, Omar H. Rahman, agregando que ese apoyo quedó patente en las elecciones generales palestinas de 2006 –las últimas que se celebraron–, en las que Hamás, considerada organización terrorista por la UE y EEUU, se impuso con el 44% de los votos frente al nacionalista Al Fatah.

El experto considera que, incluso desde el punto de vista militar, el grupo no puede ser eliminado fácilmente. “Puedes matar a un hombre [de Hamás] pero vas a crear más combatientes que quieran ocupar su lugar, sobre todo si estás arrasando con Gaza, matando masivamente a civiles y niños, estás creando las condiciones en las que aumenta la resistencia y, en algunos casos, el apoyo a Hamás”, agrega el experto estadounidense-palestino.

¿Eliminar a Hamás o a la población de Gaza?

“Eliminar a Hamás no es factible, sobre todo de la forma en la que lo está haciendo Israel. Quizás pueda aplastar a los miembros de Hamás, destruir su infraestructura, pero creo que el objetivo de Israel es hacer de Gaza un lugar invivible para la población y empujarla fuera de la Franja”, dice el experto. Rahman señala que varios ministros del Gobierno ultraderechista de Benjamín Netanyahu y también otras voces próximas al Ejecutivo, incluso el propio jefe de Estado, Isaac Herzog, “han declarado abiertamente que quieren eliminar la propia Gaza” y a su población de 2,3 millones “asociándola con Hamás” o “expulsarla a otros países como Egipto”.   

El analista admite que no puede prever cómo saldrá Hamás de esta guerra ya que, más de dos meses después de su inicio, es difícil pronosticar cuál será el resultado final. “Por supuesto, no todos los miembros de Hamás van a ser eliminados ¡No sabemos ni siquiera cuántos milicianos han sido asesinados en Gaza junto a decenas de miles de civiles!”.

Desde el pasado 7 de octubre han fallecido en Gaza más de 18.800 personas, de las que alrededor del 70% son mujeres y niños, según los datos del Gobierno gazatí, considerados válidos por la ONU. Sin embargo, ni las autoridades locales ni el Ejército israelí han informado de cuántos milicianos de Hamás han perecido en estos más de dos meses de guerra. La oficina de prensa de las Fuerzas de Defensa de Israel no ha contestado a las preguntas de elDiario.es sobre cuántos miembros del grupo islamista calculan los militares que han abatido ni cuántos han arrestado en Gaza.

Algunos medios internacionales han publicado una cifra aproximada de 5.000 milicianos muertos y un portavoz del Ejército israelí ha confirmado a la cadena de televisión CNN que esa cifra se podría ajustar a la realidad y que esa proporción “es tremendamente positiva y puede que única en el mundo (...) si se compara con cualquier conflicto en una zona urbana entre militares y una organización terrorista”, declaró en una entrevista el coronel Jonathan Conricus, portavoz del Ejército israelí.

Si esa cifra fuera cierta, sería un porcentaje no muy elevado de los hombres armados que integran Hamás, que se calcula que son decenas de miles. “Según estimaciones internacionales, hay entre 30.000 y 40.000 combatientes en Gaza”, afirma a elDiario.es el portavoz del Ministerio de Exteriores de Qatar, Majed Al Ansari, integrante del equipo negociador de este país entre Israel y Hamás. Doha lleva desde 2006 acogiendo la oficina política del grupo islamista, encabezada actualmente por su líder Ismail Haniye, y no es la primera vez que media para poner fin a un estallido de la violencia en Gaza –que se han repetido de forma cíclica desde 2007–.

“La cuestión de Hamás no son los 30 o 40.000 combatientes de Gaza. Es la ideología de Hamás que permanecerá y probablemente será más fuerte” después de la guerra, dice Al Ansari. “Tenemos que ser realistas respecto a cuál es el objetivo final de Israel, porque decir que quiere acabar con Hamás por completo no es lógico”, afirma. El portavoz destaca que “la simpatía por la causa de la resistencia y la causa de un Estado palestino está presente entre todos los palestinos y también en la opinión pública” de los vecinos e, incluso en Occidente, “el apoyo por la causa palestina está creciendo”, asegura.

Tenemos que ser realistas respecto a cuál es el objetivo final de Israel, porque decir que quiere acabar con Hamás por completo no es lógico

Según una encuesta publicada esta semana por el Centro Palestino de Investigación Política y de Encuestas, el 70% de los palestinos de Gaza y Cisjordania cree que Israel no conseguirá eliminar a Hamás, y el 21% que sólo conseguirá debilitar el grupo y la resistencia armada. La mayoría de los encuestados considera que Hamás ganará esta guerra, aunque el porcentaje es menor en Gaza que en Cisjordania. El 72% prevé que Hamás logrará recuperar el control de la Franja tras la contienda, pero sólo el 38% de los encuestados gazatíes prefieren que los islamistas sean los que sigan gobernando.

La encuesta publicada el 13 de diciembre refleja que el apoyo a Hamás en Cisjordania se ha triplicado en tres meses y, en este periodo, ha aumentado también en Gaza pero no de forma notable; su líder en Gaza, Yehia Sinwar, el supuesto cerebro del ataque del 7 de octubre, es el más valorado (69%) de todos los actores del conflicto –Israel ha ofrecido 400.000 dólares por información sobre su paradero–.

Un futuro incierto

Más allá de que Hamás sea considerado un grupo terrorista por algunos o un movimiento de resistencia ante la ocupación israelí, su erradicación de la noche a la mañana es poco realista. El propio Gobierno israelí ha admitido que derrotar a Hamás puede llevar “varios meses”, en palabras del ministro de Defensa Yoav Gallant.

Analistas y observadores señalan que, si Hamás fuera expulsado de Gaza, el grupo resurgirá en otro territorio, ya sea en Cisjordania o en los países árabes amigos, como Al Fatah, que tuvo su base en Líbano, Argelia y Túnez en las décadas más duras del conflicto con Israel. Los milicianos de Hamás podrían actuar incluso más allá, como ya lo hicieron los palestinos hace décadas en su lucha armada contra el Estado judío y sus aliados. Uno de los ataques en suelo europeo que ha pasado a la historia es el que llevaron a cabo ocho terroristas palestinos del grupo 'Septiembre Negro' en los Juegos Olímpico de Múnich de 1972, cuando asesinaron a dos atletas del equipo israelí y tomaron como rehenes a otros nueve, que también acabaron muertos junto a cinco asaltantes y a un policía que intervino en la operación de rescate.

Este jueves, siete presuntos miembros de Hamás han sido detenidos en Alemania, Dinamarca y Países Bajos bajo la sospecha de que preparaban atentados terroristas en suelo europeo. Las autoridades alemanas han vinculado directamente a los individuos arrestados en el país con la cúpula de Hamás y han dicho que planeaban “posibles atentados contra instalaciones judías en Europa”. Desde Israel, la oficina del primer ministro israelí ha querido reivindicar su papel en esa operación policial: “Después de una investigación de inteligencia acelerada y completa”, han sido arrestados siete “terroristas” de Hamás y “ha sido abortado un ataque, cuyo objetivo era matar a civiles inocentes en suelo europeo”. El Gobierno israelí ha asegurado que “Hamás ha tratado de expandir sus capacidades operativas en todo el mundo, en concreto en Europa” para “atacar objetivos israelíes, judíos y occidentales a cualquier precio”, desde el 7 de octubre, aunque en Alemania las investigaciones sobre la red de simpatizantes y financiadores de Hamás son anteriores.

Sin duda, una de las armas más potentes contra Hamás sería cortar su financiación, aunque esa tampoco es una misión sencilla. El líder de la oposición israelí y exministro de Finanzas, Yair Lapid, ha escrito esta semana un artículo en el periódico Haaretz en el que argumenta que “la mejor forma para Israel de destruir Hamás y salvar vidas es atacar sus fuentes financieras” y explica cómo él mismo diseñó un plan para hacerlo. Su teoría respalda la opinión de que la vía militar no es la mejor opción para eliminar o debilitar el grupo islamista.

Según Rahman, “Israel nunca ha aprendido la lección y, por eso, ha estado luchando contra Hamás durante décadas; al mismo tiempo que ha ayudado a Hamás varias veces en su historia”, desde su fundación en 1987, para que el grupo islamista hiciera de contrapeso a Al Fatah y al liderazgo de Yasser Arafat. El analista y escritor no tiene dudas de que Israel, con su brutal ofensiva sobre Gaza, tiene otras intenciones aparte de eliminar a Hamás. “Creo que el objetivo es cambiar el estatus quo y alejarse de cualquier tipo de situación en la que los palestinos se gobiernen a sí mismos junto a las fronteras de Israel [como en los pasados 16 años en Gaza] y que resistan contra la ocupación israelí, tanto en Gaza, como en Cisjordania y en Jerusalén, y evitar la creación de un Estado palestino”.

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