Macron abre otra fisura en la UE con su propuesta de negociar con Putin
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, se ha convertido en un verso suelto en la Unión Europea (UE). El mandatario francés ha abierto una nueva fisura en la UE con su propuesta de diálogo sobre paz en Ucrania con el presidente ruso Vladímir Putin. La posición del presidente francés es totalmente contraria a la política que ha seguido hasta ahora la Unión ante Rusia, con la imposición de sanciones para debilitar a Moscú y obligarle a sentarse a negociar. Macron está respondiendo a la inestabilidad política interna y a la débil situación económica de Francia con su propia iniciativa en política internacional frente al dominio de Alemania de la política exterior de la UE.
Un claro ejemplo de este cambio de paso fue el fiasco alrededor de la utilización de los activos rusos congelados para financiar a Ucrania en su guerra con Rusia. La fórmula por la que se han sustituido los activos rusos es el endeudamiento conjunto avalado por el presupuesto europeo. Esta solución ha puesto en duda el polo de poder que regentaba Alemania en la UE. El canciller alemán, Friedrich Merz, junto a la también alemana presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, abogaba por utilizar los activos rusos, pero Macron desniveló la balanza cambiando las tornas de la respuesta europea.
Ahora llega una nueva 'provocación' con la oferta de diálogo a Rusia. Putin ya ha anunciado que está “preparado” para sentarse en una mesa de diálogo con Macron. Desde el Elíseo han declarado que “es bienvenida” la posición del Kremlin y que anunciarán “en los próximos días la mejor manera de proceder”.
París vs. Berlín
La percepción en Bruselas, impulsada por Berlín, era que la crisis institucional en París no le permitía tener un papel decisorio a la hora de definir la política exterior de la UE. “Es un cambio total de roles entre Macron y Merz. A lo largo de los últimos cuatro o cinco años, la tesis operativa en el Elíseo ha sido que la debilidad alemana ha comprometido la capacidad de acción de Europa. Ahora hay un canciller [alemán] que entiende la geopolítica, que quiere involucrarse y hacer más por Europa... pero ahora parecía que era París el que no puede cumplir con su parte del trato”, señala Mujtaba Rahman, jefe de Europa en Eurasia Group al Financial Times. Macron quiere acabar con esta percepción.
En esta pugna cobra sentido el anuncio de Macron de este domingo cuando informó que su país construiría su primer portaaviones en décadas. Francia prevé incrementar su presupuesto militar hasta los 64.000 millones de euros en 2027, en línea con el incremento del gasto militar de Alemania, que se prevé que llegue a los 153.000 millones en 2029.
La propuesta de negociación con Putin del presidente francés llega cuando se cumple un año de la llegada de Kaja Kallas al puesto de alta diplomática de la UE. Kallas siempre se ha mostrado partidaria de presionar con sanciones a Rusia para debilitar su posición en una hipotética mesa de negociación, aunque la responsable de exteriores europea siempre ha puesto en duda que Putin quiera negociar la paz.
Este lunes, el Consejo de la Unión Europea renovó durante otros por seis meses más, hasta el 31 de julio de 2026, las sanciones económicas contra Moscú por su guerra contra Ucrania. La UE aplica sanciones económicas contra Rusia desde la ocupación rusa de Crimea en 2014. Posteriormente, extendió las penalizaciones desde la invasión en febrero de 2022. Además de restricciones al comercio, las finanzas, la energía, la tecnología y la industria, la UE ha impuesto sanciones contra individuos y entidades rusas, incluyendo la prohibición de viajar al territorio comunitario y la congelación de activos rusos.
Ante las preguntas sobre las posibles conversaciones entre Macron y Putin, un portavoz de la Comisión Europea ha optado por no entrar en la cuestión desviando la respuesta: “No vamos a especular sobre quién podría representar a la Unión Europea en futuras hipotéticas rondas de negociaciones de paz. Cualquier esfuerzo que contribuya a asegurar una paz justa y duradera para Ucrania es bienvenido”. La incomodidad era patente entre los portavoces de la institución europea.
Georgina Wright, investigadora principal del German Marshall Fund, un think-tank estadounidense, comenta en Financial Times que “en Bruselas, hay una creciente sensación de que Francia está priorizando los intereses nacionales sobre los de la UE”.
Macron ya se erigió en 2022 como interlocutor europeo con Putin para tratar de desescalar el conflicto entre Ucrania y Rusia. Entonces, el presidente francés viajó a Rusia para entablar un diálogo que no solo fue estéril, sino que se convirtió en un chiste en redes sociales por las condiciones que impuso el Kremlin en la escenificación de la mesa de diálogo.
Ahora el presidente francés lo vuelve a intentar, aunque parece más una jugada dentro de las luchas de poderes internas de la UE que un movimiento que pueda tener consecuencias reales en la búsqueda de la paz en Ucrania.
¿Puede tener éxito la iniciativa de Macron? Tatiana Stanovaya, investigadora principal en el Centro Carnegie para Rusia y Eurasia, explica en X que “el movimiento se interpreta en Moscú menos como una apertura genuina hacia el diálogo y más como parte del esfuerzo de Macron por posicionarse dentro de un paisaje de negociación en evolución, moldeado por las iniciativas de EEUU y el papel de Berlín”.
En el mismo sentido, Mark Galeotti, de la consultora Mayak Intelligence, añade que “los países europeos individuales generalmente no van a ser tomados en serio por Putin”. “Ahora, sin embargo, con Europa esencialmente financiando la guerra en Ucrania, puede haber alguna posibilidad de captar su atención cuando estén unidos”, dice el experto, que en un artículo argumenta que Macron “simplemente ha reconocido que Rusia no va a desaparecer y que el patrón actual, en el que Donald Trump y su equipo llevan toda la iniciativa y un grupo de líderes europeos se apresura a cruzar el Atlántico para intentar convencerlo de que no prometa demasiado a Putin, es reactivo y miope”.
“Moscú no parece ver un fuerte incentivo para mantener conversaciones directas con Macron, ni cree que tal canal afectaría materialmente la trayectoria del conflicto o las negociaciones en torno a él. Putin puede hablar con Macron si este insiste, pero se trataría de un ritual diplomático formal y en gran medida vacío, en lugar de una vía de negociación significativa”, sentencia Tatiana Stanovaya.
Además, Galeotti recuerda los argumentos del presidente de Finlandia, Alexander Stubb, que ya ha advertido que las negociaciones con Putin no deberían hacerse país por país. “Stubb tiene razón: que los países europeos comiencen a reanudar el compromiso con Rusia de manera bilateral sería simplemente una invitación abierta para que Putin juegue a la estrategia de dividir y conquistar, un juego que conoce demasiado bien. En su lugar, debe haber una visión europea coherente, una que refleje un consenso continental en la medida de lo posible”.
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