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Nayib Bukele, el presidente 'millenial' de El Salvador que se ha autoproclamado el “más 'cool' del mundo”

Nayib Bukele recibe la credencial como presidente electo de El Salvador

César Castro Fagoaga

El Salvador —

Uno de sus secretos mejor guardados llegó, de acuerdo a los nuevos tiempos, vía Twitter. Tres semanas después de su investidura, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció el arma infalible de su propuesta contra la violencia: “Dios, guía nuestro plan”, escribió el 19 de junio.

El Salvador, uno de los países con mayor número de homicidios del mundo –nueve salvadoreños son asesinados de media cada día–, ha buscado con políticas represivas la solución a la violencia, causada en su mayoría por las maras o pandillas. Bukele, que ganó la presidencia en febrero, había prometido a finales de abril que el primer día de su Gobierno, el 1 de junio, presentaría al Congreso una propuesta integral contra la inseguridad en las calles.

Pero eso aún no ha ocurrido.

En su lugar, el presidente ha informado desde Twitter del inicio este 20 de junio de su 'Plan Control Territorial', un enorme despliegue policial y militar en las comunidades gobernadas por las pandillas. La propuesta recuerda los fallidos planes ya implementados por los gobiernos que le antecedieron de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), los partidos antagónicos que el presidente se ha encargado de calificar como “los mismos de siempre”.

Bukele, el fenómeno de moda de la política internacional por las órdenes que da a sus ministros a través de Twitter, ganó la presidencia bajo la bandera de GANA (Gran Alianza por la Unidad Nacional), un partido formado por el expresidente Antonio Saca, ahora condenado por delitos de corrupción, con miembros disidentes de la derechista Arena. El presidente, que en el pasado se definió como izquierdista radical, fue expulsado del FMLN, la formación de la exguerrilla que tras la guerra civil salvadoreña (1980-1992) se convirtió en partido político y que ha gobernado el país los últimos diez años.

Su paso como alcalde de la capital, San Salvador, (2015-2018) fue clave para cimentar su popularidad. Eso y una cuidada estrategia de marketing que permitió posicionar su nombre y los colores de su futura bandera política –al fracasar la inscripción de su partido Nuevas Ideas, vistió a GANA de cian– para las presidenciales de 2019. Como alcalde, su proyecto estrella fue la revitalización de una parte del centro histórico, un éxito que se explica, en parte, por la negociación que su administración tuvo con las pandillas que controlan el centro de la capital.

Antes de tomar posesión, Bukele ya era una estrella de las redes sociales. La única diferencia es que aún no despedía funcionarios ni daba órdenes a youtubers famosos a través de Twitter. En la primera semana como presidente, Bukele usó su cuenta para despedir a 35 funcionarios, bajo el argumento de que eran familiares del presidente saliente, Salvador Sánchez Cerén, o de dirigentes o diputados del FMLN.

Los despidos en línea, la pleitesía que le rinden los nuevos ministros o su autoproclamación como el presidente más cool del mundo no pasaron desapercibidos. Hace unos días, el presidente volvió a acaparar la atención internacional tras nombrar “por decreto” al español AuronPlay “ministro de Youtube”. Poco después de asumir el cargo La prensa de todo el mundo rápidamente lo bautizó como el presidente tuitero o el millenial. El presidente, por supuesto, concedió retuits.

Bukele, que en julio cumple 38 años, es solo un año más joven que Francisco Flores o Antonio Saca cuando asumieron la presidencia de El Salvador en 1999 y 2004, respectivamente. Entonces no había redes sociales para explotar como ahora Bukele, empresario y publicista que ha hecho de lo millenial su bandera, ha sabido potenciar para mostrarse como una carta irreverente frente al actual sistema político salvadoreño, al que considera corrupto y acabado.

Lo nuevo frente a lo vetusto. Lo cool frente a lo agrio. Lo moderno frente a lo arcaico. Bukele lo convirtió en mantra: él no es de “los mismos de siempre”, algo que el electorado –y la tuitósfera–, harto de los múltiples escándalos de corrupción (tres de los últimos cuatro expresidentes salvadoreños están presos, fueron procesados o son prófugos por casos de corrupción), ha comprado sin vacilar.

Más allá de Twitter la realidad parece contradecir al presidente. Su gabinete más cercano está formado por amigos, socios empresariales, exempleados e incluso familia: su tío es secretario de comercio; su secretario privado, que fue socio del presidente en varias empresas, está casado con su ministra de Vivienda; el nuevo ministro de Obras Públicas, sobre quien recae entre otras la responsabilidad de dirigir el transporte público, antes vendía motos para empresa familiar del ahora presidente.

Los vínculos familiares no es lo único que lo acerca con “los mismos de siempre”. Bukele también decidió reciclar funcionarios y personas cercanas al expresidente Saca. El responsable de aduanas es el mismo que ejerció con Saca. El nuevo secretario de prensa de Bukele trabajó en las radios del expresidente y fue uno de sus asesores en comunicaciones hasta antes de ser condenado.

El no tan novedoso plan de Bukele contra la violencia

Tres semanas después de su estreno como presidente, y con parte de la prensa preguntando por su propuesta para combatir la violencia, Bukele finalmente comenzó a descubrir su plan. Las medidas que recuerdan a las de los expresidentes Sánchez Cerén, Funes, Saca y Flores.

El 'Plan Control Territorial' ha comenzado en doce municipios. Seis de ellos vivieron una experiencia similar al inicio de la administración Sánchez Cerén, cuando fueron intervenidos por el ya extinto 'Plan El Salvador Seguro'. En aquel Gobierno, como en el de Funes, el presidente de turno también anunció que reforzarían a la Policía Nacional Civil y que cortarían las comunicaciones desde las cárceles –en El Salvador los pandilleros presos tienen acceso a teléfonos móviles–, lo que debilitaría las finanzas de las maras.

Las tres son parte de las nuevas propuestas de Bukele. “La diferencia es que ahora sí lo vamos a hacer”, ha respondido el presidente, lacónico, cuando ha sido cuestionado por la novedad y viabilidad de sus propuestas.

'Mano Dura', 'Súper Mano Dura', 'Medidas Extraordinarias'. Los nombres han cambiado pero las estrategias represivas, sin componentes preventivos, han fracasado con rotundidad en El Salvador, que en las últimas tres décadas ha visto crecer a las pandillas hasta convertirse en crimen organizado con una alta incidencia política: Arena, FMLN y hasta el mismo Bukele las han buscado para negociar.

En 1999, rodeado de policías, el expresidente Flores lanzó el plan 'Mano Dura'. Cinco años después, rodeado de policías y militares, el expresidente Saca lanzó el plan 'Súper Mano Dura'.

Bukele tuiteó una foto la madrugada del 20 de junio. Las siluetas de un grupo de policías en la plaza central de San Salvador. La acompañaba una frase: “Dios con ustedes”.

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