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Los países vecinos de España refuerzan la tercera dosis y el pasaporte COVID ante la nueva ola

Gente caminando en la plaza Trocadero, cerca de la Torre Eiffel,  París.

Icíar Gutiérrez

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El aumento de casos de coronavirus ha llevado a varios países del sur de Europa a mover ficha en los últimos días para encarar la temporada navideña y responder a la nueva oleada de contagios que atraviesa el continente. Francia, Portugal e Italia, con altas tasas de vacunación que hacen que sus curvas no sean tan pronunciadas como las de otros países del centro y el este de Europa, han optado en los últimos días por medidas que van desde la ampliación de las dosis de refuerzo hasta el endurecimiento de los pasaportes sanitarios exigidos en muchos espacios, pasando por la recuperación de las mascarillas.


Fuente: Universidad Johns Hopkins


Terceras dosis para todos los adultos en Francia

Francia ha decidido ofrecer desde este sábado la tercera dosis a toda la población mayor de 18 años a partir de los cinco meses desde la segunda. Lo ha anunciado este jueves, el ministro de Sanidad galo, Olivier Véran, quien también ha dado a conocer que la tercera dosis será necesaria para conservar el pasaporte sanitario que se exige en el país vecino para acceder a la mayoría de los lugares públicos, como restaurantes o teatros y también los mercados navideños. A partir del 15 de diciembre, este pase dejará de estar activo para los mayores de 65 años si la dosis de refuerzo no se ha administrado en los siete meses siguientes a la última inyección, una medida que ya se había anunciado. A partir del 15 de enero, esta norma se extenderá a todos los franceses mayores de 18. 

Este certificado también incluye la posibilidad de presentar un test negativo, pero las condiciones en este sentido se han reforzado este jueves: el período de validez de las pruebas PCR o de antígenos se reducirá de 72 a 24 horas.

Las mascarillas volverán a ser obligatorias siempre en los lugares públicos cerrados, incluidos los sujetos al pase –desde este verano el uso ya no era obligatorio en los lugares en los que se pide el pasaporte, aunque los organizadores o las autoridades locales podían exigirla–. “Francia vive ahora una quinta ola. Será sin duda más fuerte y más larga” que la cuarta, ha dicho Véran, quien ha asegurado que la población puede superar esta oleada “sin más limitaciones”, descartando por ahora un nuevo confinamiento o toque de queda.

Francia registra en estos momentos una fuerte tendencia al alza de los contagios y una incidencia de 358 casos por cada 100.000 habitantes en las últimas dos semanas, según el análisis de elDiario.es basado en los datos de Johns Hopkins (en España, este indicador, que hay que recordar que no es el más importante en este punto de la pandemia, se sitúa en 160).

Las muertes se mantienen comparativamente bajas por el momento respecto a oleadas anteriores. Las hospitalizaciones y los ingresos en las unidades de cuidados intensivos están repuntando y Jérôme Salomon, director general de Sanidad, ha asegurado que el impacto sanitario de la nueva oleada “es real, pero se reduce significativamente” gracias a la vacunación. Según las cifras recopiladas por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC), el 82% de la población gala mayor de 18 años está completamente vacunada (en España, esta cifra es superior al 84% según la misma fuente). El 69,4% de los franceses tiene la pauta completa.

“Sin la vacuna estaríamos sumergidos por esta nueva ola, porque la variante delta es más contagiosa y estaríamos confinados”, ha dicho Véran. “La proporción de franceses en cuidados intensivos habla por sí sola: los vacunados son diez veces menos frecuentes que los no vacunados”. Según ha indicado, “donde la vacunación es menor, se registran las mayores tasas de incidencia y de casos graves”.

'Super green pass' italiano

En Italia, el Gobierno decidió este miércoles, en un intento de responder al aumento de contagios y apretar las tuercas a las personas que no están dispuestas a vacunarse, reforzar el uso del certificado sanitario para restringir drásticamente el acceso a una serie de lugares y hacer que la vacunación sea obligatoria para un grupo más amplio de trabajadores del sector público.

Entre el 6 de diciembre y el 15 de enero, el certificado que se pide para actividades de ocio y demuestra que una persona se ha vacunado, ha superado la enfermedad o cuenta con un test negativo solo será válido en los dos primeros supuestos. Es lo que se ha denominado el super green pass, e implicará en la práctica que las personas no inmunizadas no podrán entrar en lugares como cines, restaurantes y eventos deportivos.

Desde el día 15, se ampliará la vacunación obligatoria, ya en vigor para el personal sanitario, a todo el personal escolar, la Policía y el Ejército. Además, el Gobierno tiene previsto abrir pronto la tercera dosis para menores de 40 años. Para el personal sanitario, la dosis de refuerzo es obligatoria.

“Estamos viendo que la situación en los países fronterizos es muy grave y también vemos que la situación en Italia está empeorando gradual pero constantemente”, ha dicho el primer ministro Mario Draghi. “Queremos ser muy prudentes para tratar de salvaguardar lo que los italianos han logrado en el último año”.

Los contagios mantienen una tendencia al alza en el país, que contabiliza una incidencia de 212 casos por habitantes en los últimos 14 días en estos momentos. Los fallecimientos crecen por el momento a un ritmo mucho menos que en olas anteriores. La tasa de mortalidad de los no vacunados es entre seis y nueve veces más alta que la de los vacunados con pauta completa, según el Instituto Superior de Sanidad. Draghi ha afirmado que la situación italiana “está bajo control, en una de las mejores situaciones de Europa, gracias a la campaña italiana que ha sido un éxito notable”. El 82% de los adultos están completamente vacunados (el 73% de la población total).

Más medidas en Portugal

Este jueves, el Gobierno portugués ha aprobado nuevas medidas para hacer frente a la subida de infecciones, entre ellas, recuperar el certificado digital obligatorio para entrar en restaurantes, hoteles, gimnasios y otros eventos. Será necesario también presentar un test negativo –también los vacunados– para las visitas a residencias, pacientes ingresados, grandes eventos sin asientos designados, recintos deportivos, discotecas y bares. La mayoría de las reglas habían decaído el 1 de octubre.

Además, desde el 1 de diciembre las mascarillas serán obligatorias en todos los espacios cerrados y se reforzarán los controles para entrar en el país por vía aérea, exigiendo a los pasajeros un test negativo aunque posean un certificado de vacunación. Asimismo, entre el 2 y el 9 de enero, habrá una “semana de contención de contactos” en la que el teletrabajo será obligatorio y los bares y las discotecas estarán cerrados para asegurarse que enero de 2022 no se acerque al “trágico enero de 2021” –momento en el que el vecino luso atravesó su peor ola hasta ahora–. Los colegios empezarán el 10 de enero.

“Estamos mejor que la generalidad de los países europeos, pero no estamos tan bien como querríamos. Por eso es el momento adecuado para adoptar nuevas medidas”, ha dicho el primer ministro António Costa. Con una incidencia de 286 casos por cada 100.000 habitantes en dos semanas, los contagios siguen creciendo. Las hospitalizaciones han aumentado, aunque los ingresos en UCI han tenido un incremento menos pronunciado y hay que poner los datos en perspectiva por la vacunación. Costa ha recordado que a pesar de los repuntes recientes, Portugal está en una situación “muchísimo mejor” que la de hace un año, gracias a sus elevadas tasas de inmunización, a la cabeza de la UE junto a Malta, con un 81,5% de la población total vacunada (el 92% de los adultos).

Costa ha asegurado que todos los mayores de 65 años con pauta completa desde hace más de cinco meses y los mayores de 50 que recibieron la vacuna de Janssen tendrán la dosis de refuerzo antes del 19 de diciembre.

Riesgo “muy alto” en Europa

Las vacunas siguen evitando con éxito las muertes y reduciendo las hospitalizaciones en Europa. Un nuevo estudio de la oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el continente y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) calcula que se han salvado al menos 470.000 vidas entre las personas mayores de 60 años desde el inicio de la inmunización contra la COVID-19 en 33 países europeos.

Este jueves, la Comisión Europea ha propuesto un límite de vigencia de nueve meses desde la segunda dosis para la validez del certificado de vacunación y sus ventajas, como la de viajar libremente, y ha abierto el camino para que las vacunas de refuerzo estén vinculadas a dichos pases.

El ECDC ha abogado esta semana por extender las dosis de refuerzo a los adultos, “que debería ser prioritaria para los mayores de 40 años”, al menos seis meses después de completar el esquema de vacunación primaria, alegando que ayudarán a mantener el control de la transmisión.

Los casos, las hospitalizaciones y los ingresos en las unidades de cuidados intensivos han aumentado en octubre y principios de noviembre en la mayoría de los países de la UE tras un periodo de descenso, “impulsado por la circulación de la variante delta en el contexto de una insuficiente aceptación de la vacuna y una relajación generalizada” de las medidas, según la última evaluación del ECDC publicada este miércoles.

La agencia de la UE señala que mientras que la carga de COVID-19 es particularmente alta en un grupo de países que experimentan una baja aceptación de la vacunación, “hay evidencia de una carga creciente incluso entre los países con una mayor aceptación”. El ritmo general de la inmunización se está ralentizando y está impulsado principalmente por el despliegue en los grupos de edad más jóvenes.

El ECDC recuerda que la temporada navideña está tradicionalmente asociada a actividades como las reuniones sociales, las compras y los viajes, que plantean riesgos significativos añadidos de que se intensifique de la transmisión. Y espera que el riesgo de COVID-19 sea “muy alto” en diciembre y enero “a menos que se apliquen ahora” medidas de salud pública destinadas a prevenir y controlar la transmisión y se aumente la aceptación de la vacunación en la población total.

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