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The Guardian en español

Despiden a una mujer por hacerle la peineta a Trump en la calle

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se baja de la limusina para caminar por la avenida Pennsilvania, durante el desfile inaugural de su investidura.

Joanna Walters

La mujer protagonista de una imagen viral en la que aparecía haciéndole la peineta a Donald Trump desde su bicicleta cuando la caravana presidencial le adelantaba ha sido despedida de su trabajo.

Juli Briskman estaba montando en bicicleta el mes pasado en Virginia cuando hizo el gesto de forma instintiva en respuesta a las políticas del presidente, afirmó. “Pasó por ahí y me empezó a hervir la sangre”, declaró Briskman a the Huffington Post. “Pienso en que se va expulsar a los beneficiarios de DACA; que retiró los anuncios para entrar en el Obamacare; que solo un tercio de Puerto Rico tiene electricidad. Y pienso en que otra vez [el presidente] está en su maldito campo de golf”. “Le hice la peineta a su caravana varias veces”, confesó.

Un fotógrafo que viajaba en la caravana presidencial hizo la foto a Briskman y la imagen se difundió rápidamente por las redes sociales y medios de comunicación. Muchos alabaron a Briskman como una heroína e incluso algunos dijeron que se debería presentar a las elecciones de 2020. Los cómicos de los programas nocturnos también recogieron la historia.

Briskman llevaba trabajando seis meses como especialista de marketing y comunicación para un contratista federal de Virginia, Akima. Pensó que sería mejor avisar al departamento de recursos humanos de su empresa del lío que se había montado en la red. Entonces cuenta que los jefes le convocaron a una reunión.

“Dijeron 'nos separamos de ti'”, declaró Briskman a the Huffington Post. “Básicamente, no puedes tener material obsceno y lascivo en las redes sociales”, recuerda que le dijeron. “Decían que hacerle la peineta era obsceno”, afirmó Briskman.

Birskman cuenta que a la empresa no le gustó que utilizase la imagen como foto de perfil en Twitter y Facebook y le dijeron que violaba la política de redes sociales y que podría dañar la reputación de la empresa como contratista del Gobierno.

Briskman alega que sus perfiles en las redes sociales no mencionan cuál es su trabajo y que el incidente ocurrió en su tiempo libre. También asegura que otro empleado había escrito un insulto a alguien en Facebook pero que, sin embargo, se le había permitido mantener su puesto de trabajo tras eliminar la publicación y ser advertido por sus superiores.

Virginia, sin embargo, tiene una legislación laboral “a voluntad”, lo que significa que el sector privado puede despedir a sus empleados por cualquier motivo. De pronto, esta madre de dos hijos se vio buscando un nuevo trabajo con 50 años.

Briskman, que vota al Partido Demócrata, planea buscar trabajo en un grupo activista en el que crea, como Planned Parenthood [planificación familiar] o People for the Ethical Treatment of Animals [Gente por el trato ético de los animales].

Después de salir de su campo de golf en Virginia y antes de adelantar a Briskman, la caravana de Trump pasó delante de un peatón que le hizo un claro gesto de desaprobación. Otra mujer le esperaba fuera de la entrada del club de golf con un cartel que decía “destitución”.

Al difundirse la noticia del despido, muchos usuarios de las redes sociales se preguntaron por qué se penalizaba a Briskman por ejercer su libertad de expresión durante su tiempo libre, protegida por la primera enmienda de la Constitución de EEUU.

Briskman aseguró que no lamenta la atención que ha recibido su demostración pública de desagrado. De hecho, aseguró que estaba contenta de ser una imagen de protesta. “En cierta forma, me va mejor que nunca”, afirmó. “Me enfada donde está nuestro país actualmente. Estoy en shock. Y esto fue una oportunidad para mí para decir algo”, declaró.

Traducido por Javier Biosca Azcoiti

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