Análisis Tembo: The Badass Elephant, un elefante con complejo de Rambo
Cuando alguien escucha el nombre Game Freak irremediablemente una saga de videojuegos aparece en su mente: Pokémon. El estudio saltó a la fama gracias a estos pequeños (y no tan pequeños) monstruos combatientes, que llevan 20 años en lo más alto. Pero aunque muchos no lo crean, estos desarrolladores tienen proyectos más allá de su franquicia estrella. Que no se les dé el mismo bombo ya es otro cantar.
Precisamente esta semana nos han ofrecido un juego totalmente nuevo, una divertida propuesta que nada tiene que ver con el famoso RPG. Se trata de un título de plataformas, desenfadado y colorido, protagonizado por un elefante con complejo de Rambo. Algo que en un primer momento puede llamar poco la atención, pero que sorprendentemente nos ha dado más de un rato agradable.
Hablamos de Tembo: The Badass Elephant, que gracias SEGA está disponible en PC, PS4 y Xbox One. ¿Quieres saber qué nos ha parecido? Pues sigue leyendo.
El juego tiene una trama sencilla. Es más, tan sencilla que ni hacen falta palabras para explicarla. Cuando arranca la partida vemos como unos alienígenas robóticos llamados Phantom invaden la Tierra. El ejército intenta combatirlos, pero al ver que es inútil, deciden pedir ayuda a su gran arma secreta, un veterano, un héroe de guerra... Tembo, el elefante, que abandona su jungla natal para volver a la civilización y dar caña a los alienígenas.
La historia poco importa en este juego, aunque los pequeños cómics entre misiones son bastante agradecidos y simpáticos. Y como decíamos, ni una sola palabra es requerida para entenderlos.
El juego está dividido en distintos niveles, agrupados en grupos. En concreto dieciocho fases repartidas en cuatro mundos (Shell City, Montañas de Greenville, Tierra Zappo y Fortaleza Phantom), en las que el principal objetivo será eliminar a todos los enemigos posibles. ¿El motivo? Para desbloquear las siguientes fases hace falta haber acabado con un número determinado de alienígenas, así que no solo vale con correr hacia la meta como en Super Mario.
Además, cada nivel cuenta con coleccionables. El primero consiste en salvar a todos los civiles que están atrapados en el escenario, y el segundo aplastar a todos los enemigos. Además, también tendremos que recoger cacahuetes dorados, que servirán para aumentar nuestro número de vidas. Inicialmente empezamos a jugar con 5 vidas, pero cada vez que recojamos un número determinado de estos frutos secos nos dan otra.
Todos los movimientos de nuestro elefante guerrillero están desbloqueados desde el primer momento, lo cual nos permite interactuar completamente con todas las partes del escenario desde el minuto 1. Tembo es veloz, fuerte y con muchos recursos, y eso lo demuestra en cada nivel.
Principalmente, el elefante puede esprintar, llevándose por delante a enemigos pequeños y derrumbando las estructuras dañados (por ejemplo, paredes de cemento, cajas de madera, etc.). También puede aplastar enemigos y destrozar edificios saltando hacia arriba, saltando y dando “culazos” o bien arreando golpes con su trompa. Además, si mientras está corriendo le ordenamos saltar, podemos convertirlo en una auténtica bola de demolición que rueda tanta distancia como sea posible.
Por supuesto, y aunque en los primeros niveles lo parezca, no todo es arrear golpes. Para avanzar tendremos que superar obstáculos de otra clase, por ejemplo incendios que nos cortan el paso, o puertas indestructibles. Para sortearlos tendremos que encontrar palancas que abran esas puertas, o utilizar el poder manguera de Tembo, es decir, recoger agua con la trompa y usarla para apagar las llamas. También podemos usar ese agua para regar plantas y hacer que crezcan, permitiéndonos alcanzar otras zonas.
En cada nivel nos encontraremos mini-jefes a cada cual más peculiar (por ejemplo una bola gigante de discoteca), y para enfrentarnos a ellos tendremos que seguir una estrategia, no atacar a lo loco. Por ejemplo, tendremos que esquivar sus acometidas y rodearlos para alcanzar sus puntos débiles, rociarlos con agua o usar elementos del terreno para golpearlos. Básicamente lo mismo que hemos visto una y otra vez en esta clase de juegos.
Respecto al nivel de dificultad, Tembo nos ha sorprendido gratamente. Cuando empezamos a jugar parecía que todo podía solucionarse con una buena estampida, pero enseguida nos dimos cuenta de que no era así. Las minas, trampas y enemigos grandes nos lo impiden, y no pasan muchos niveles antes de que tengamos que ir despacito y con cuidado, analizando cada paso.
Eso sí, la duración es irrisoria, lo cual es una gran pega. Como hemos dicho solo hay 18 fases, que pueden durar más si nos centramos en encontrar a todos los civiles y en acabar con todos los enemigos. Sin embargo, si nos dedicamos a cargar hacia delante y cumplir los objetivos mínimos para pasar a la siguiente fase, podemos completar el juego en un máximo de cuatro horas.
La falta de otros modos de juego, por ejemplo un cooperativo, o nuevos retos que se desbloqueen tras acabar la partida por primera vez, no hacen más que empeorar la sensación de que dura demasiado poco.
Técnicamente, el juego es muy sencillo, aunque da el pego. Nos encontramos con niveles muy similares en lo que a jugabilidad se refiere, en los que solo cambia el decorado, por así decirlo. Eso sí, las animaciones y movimientos de Tembo y los enemigos son muy correctos y no hay ningún tipo de problema de rendimiento, resolución, texturas, etc.
Artísticamente, Tembo: The Badass Elephant es una gozada. Los escenarios y personajes parecen sacados de un cómic, y mezclan elementos 2D y 3D consiguiendo un resultado impecable. La pena es que muchas veces los mapas parecen desangelados, con grandes espacios “en blanco” tras las plataformas con las que interactuamos.
Por otro lado, la música no es uno de sus elementos fuertes. Nos encontramos con distintas melodías que recuerdan a películas bélicas, pero cargadas por supuesto de algún que otro guiño cómico, pero no son variadas y se repiten hasta la saciedad, por lo que podemos acabar cansándonos un poco. Los efectos de sonido son más decentes, especialmente los berridos trompeteros con los que Tembo nos sorprende de vez en cuando. Eso por no hablar de esas explosiones y “efectos” que recuerdan tanto a las máquinas recreativas de los 90.
Lo mejor:
- Es divertido y frenético, y tan adictivo como un buen juego de plataformas puede ser.
- El estilo cartoon, las animaciones... En definitiva, el envoltorio, que lo hace muy original y desenfadado.
- La dificultad, que hace el juego más desafiante de lo que puede parecer a simple vista.
Lo peor:
- La duración es muy, muy escasa, y no invita a rejugar.
- Algún modo adicional, niveles extras, etc., le habrían venido que ni pintado.
Conclusiones
ConclusionesAnálisis Tembo: The Badass Elephant, un elefante con complejo de Rambo
¿Qué podemos decir de Tembo: The Badass Elephant? Primero de todo que es un juego de pretensiones, que intenta resultar cómico y entretenido de jugar, y eso lo consigue con creces. Mientras probábamos el juego llegamos a picarnos a muerte hasta conseguir todos los coleccionables y acabar con todos los enemigos, y pasamos un muy buen rato.
¿El problema? Que ese “rato” acabó siendo más “ratín”. La duración del juego es demasiado escasa, y ese es su principal problema. Además, echamos en falta retos adicional que inviten a rejugar, ya sea un nivel de dificultad mayor, escenarios o enemigos especiales, etc. Una pena, porque el juego te deja con ganas de más, siendo el típico título que te encantaría tener a mano cuando estás esperando en la consulta del dentista.
En definitiva, Tembo: The Badass Elephant es un descubrimiento positivo, con algunos errores, pero que sin duda cumple su objetivo: divertir.
Por: Álvaro Alonso
Análisis Tembo: The Badass Elephant, un elefante con complejo de Rambo
07/23/2015
7 / 10 estrellas