Rocco Siffredi, exactor porno, confiesa en Venecia su “grave adicción al sexo”
Convertido ya en exactor porno -aunque no ha dejado de producir, dice que es “su negocio”, lo que ha venido haciendo durante los últimos 30 años-, Rocco Siffredi ha acudido a la Mostra de Venecia para enseñar al mundo una confesión en forma de película. El documental Rocco, que nos interna en la trastienda de sus películas y en su transición desde el porno hacia la vida familiar, cuenta de forma ciertamente explícita cómo los actores y actrices pasan horas en los plató, a veces a costa de su salud mental y física. Es justamente por la primera... por lo que Rocco decidió hacer la película: “Mi vida pasó por diferentes etapas y las cosas empezaron a complicarse: con la familia, con el trabajo, con las adicciones...”, confesaba en una entrevista con Kinótico. “Me di cuenta de que sufro una adicción al sexo, una grave adicción. Y cuando me ofrecieron la película decidí hacerla por los fans, por la gente que me sigue. Esas personas merecían saber cómo es mi vida real”.
Aún así, Siffredi asegura que no se arrepiente de nada de lo que ha hecho en la vida, y cree que Venecia es un buen sitio para presentar su película... porque él es un artista. “¡Claro que sí! No hay mucha gente que sepa hacer lo que yo sé hacer. Tan simple como eso. No porque sea sexo, no porque haya que desnudarse. Muchos pintores han usado la desnudez. Es porque el arte te pertenece a ti, le pertenece a la gente que es especial”, aseguraba el director y actor. ¿Qué diferencias encuentra en la industria del porno entre aquellas primeras películas... y las que hace ahora? “Ahora el sexo se ha convertido en algo muy mecánico. Parece una actuación teatral y no sexo. A mí me encanta usar las manos, mi fuerza, mis ojos, el olor. Yo utilizo todos los sentidos. Me encanta fundirme con la mujer. A los chicos de hoy no les gusta. Pueden hacer solo una cosa a la vez. Y la mayor parte de las veces... esa parte es su polla”.
Siguen los western en Venecia
Siguen los western en Venecia
En la competición oficial, dos nuevos títulos se han sumado este martes a la lucha por el León de Oro, que se entregará el próximo sábado. La primera de esas películas es The bad batch, una serie de western postapocalíptico ambientado en Estados Unidos y dirigido por Ana Lily Amirpour. Se desarrolla en una gigantesca zona vallada donde la policía suelta a elementos indeseables de la sociedad. Y allí, para sobrevivir, el canibalismo está a la orden del día. En la cinta vemos a Jason Momoa, al que conocemos de Juego de Tronos, a Jim Carrey, Keanu Reeves... y la protagonista es la modelo y actriz Suki Waterhouse.
La otra película a competición de la que hablamos es Une vie, (Una vida), del francés Stéphane Brizé. Es durante dos horas asistimos a la historia de la vida de una noble venida a menos en la Francia del XIX, de sus amores, de sus errores, de su familia... Está rodada en un formato cuadrado y cámara al hombro, lo que le da a esta cinta de época un aire diferente.