Amhara Coffee: grano a grano para un mundo más justo
Amigos desde la infancia y compañeros de fútbol y de aula en Ingeniería de Caminos, Adrián Barea y Mario Imaz emprenden una nueva aventura en común: Amhara Coffee. Una empresa social de café que surge, como cuenta Barea, de la “ilusión” por tener un trabajo que genere un “impacto positivo” en la sociedad. “El café es uno de los productos más injustos que hay con las comunidades de origen productoras”, cuenta, en referencia a la explotación infantil y la influencia en el cambio climático. A estas razones se le suma una tercera, aquí en La Rioja: “democratizar el acceso al café de especialidad”. “Queremos intentar cambiar un poco cómo se entiende el café en nuestro país, todavía somos uno de los países dónde se produce café torrefacto”, cuenta al respecto. El nombre plasma la esencia de esta empresa: “Queríamos que trasladase nuestro café a los orígenes. Amhara es una de las regiones cafeteras de Etiopía, donde cuenta la leyenda que se descubrió el primer café”, explica.
Amhara Coffee cuenta con mes y medio de vida, vendiendo diferentes paquetes de café desde su web y en la tienda logroñesa Ohanna Coffee Pastry. Su objetivo es poder dedicar sus dividendos a diferentes proyectos sociales en apoyo al cultivo de café, estando en contacto ahora con la ONG Ben Voyage, en Costa Rica. Esta, como explica Barea, ayuda a mujeres caficultoras propietarias de pequeñas fincas, a través de unas becas, denominadas Care Trade, acompañándolas en establecer mejoras y recibir información en materia de producción, eficiencia y sostenibilidad.
Este café solidario cuenta, en la actualidad, con cuatro tipos de paquetes de café diferentes, tanto en grano como molido, procedentes de Nicaragua, Colombia, México y Etiopía. El feedback del público, cuenta, es positivo: “El café gusta mucho, es bastante diferente al que la gente está acostumbrada porque en España hay una tradición cafetera de cafés quemados, pero al igual que seguro que nadie se tomaría unas lentejas quemadas, es súper raro que el café se tome quemado”, explica. Este es “mucho más afrutado, más suave, incluso para tomar sólo está muy rico”.
Próximamente, ofrecerán también cápsulas de especialidad biodegradables con el mismo café de especialidad, pues son en estas monodósis donde ven “el futuro” de la bebida. También, en su propósito de democratizar el café de especialidad, estos dos amigos les gustaría poder vender su café en bares y oficinas. Personalmente, Barea, tiene una línea preferida: la de Colombia, procedente de la finca El Horizonte. “En Sudamérica y Centroamérica el café viene de la finca que tú quieres que venga”, pone en valor, a diferencia de otras cooperativas en las que resulta complicado saber la procedencia exacta. Así, estods dos amigos ponen sus grano, de café, para cambiar el mundo.
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