Ana Isabel Pascual: “Está muy bien dar referentes pero me gusta mostrar que la Ciencia la hacemos personas normales y corrientes”
Ciencia con los pies en la tierra, huir del mito, de la imagen de genialidad y brillantez excepcional y mostrar a las niñas y niños que las personas que se dedican a la Ciencia son “normales, de carne y hueso”, que se pueden encontrar “en un laboratorio en Cambridge”, pero también en la Universidad de La Rioja. Este es el objetivo principal de Ana Isabel Pascual Lería, directora del Grado de Matemáticas de la Universidad de La Rioja e investigadora en el grupo de Dinámica No Lineal de La Rioja, cuando ha participado en actividades de divulgación de su profesión en colegios e institutos. “No tenemos por que ser ningún premio Nobel para estar contribuyendo a la Ciencia, la Ciencia necesita de muchas pequeñas aportaciones”, defiende. Lo importante “es sumar un pequeño grano de arena a toda la montaña que hay por hacer”.
En estas charlas divulgativas, a Pascual le gusta comenzar planteando siempre la misma pregunta: “¿A qué científicos conocéis?”. La respuesta, como afirma siempre es Albert Einstein y Marie Curie. A la que continúa: “¿Pero vosotros sabéis que hay científicos en Logroño?”. “Y todos contestan con un ¡oh!, se quedan alucinados”, afirma esta docente e investigadora. “Está muy bien dar referentes, como Marie Curie o Sofía Kovalévskaya, contar vidas de matemáticos o matemáticas, pero también me gusta que perciban los estudiantes que la Ciencia la hacemos personas normales y corrientes”.
Con motivo del Día de La Mujer y la Niña en la Ciencia, que se conmemora este sábado, Ana Isabel Pascual Lería describe a Rioja2 cómo es su profesión, tanto en su faceta como docente como investigadora. “En el grupo de investigación tratamos de explicar distintos fenómenos en campos muy diversos como la Mecánica celeste y la Física atómica y molecular, en Matemáticas no solamente estamos echando cuentas, como muchas veces la gente ve, va mucho más allá, echamos cuentas porque es nuestra herramienta, pero realmente es dedicarte a modelar”.
De esta manera, a través de estructuras matemáticas tratan de dar explicación a fenómenos -desde movimiento de satélites o asteroides a el comportamiento de reacciones químicas- que no pueden demostrarse sencillamente de manera empírica. Su grupo está conformado por dos mujeres y tres hombres, dos matemáticos y tres físicos, por lo que “es muy interdisciplinar, los físicos aportan la visión del fenómeno real y nosotros la matemática en sí del propio problema”.
En las aulas del Colegio Universitario de La Rioja y en su último año de estudios en Zaragoza, lugares dónde se formó como Matemática, Pascual afirma que no notó un mayor número de hombres que de mujeres. “Cuando yo estudié no tenía esa sensación de distinción entre chicos y chicas, no había más chicos que chicas, de hecho nunca me planteé ser un bicho raro por ser mujer y dedicarme a la Ciencia, para nada”, recuerda. En el Departamento de Matemáticas y Computación, de 65 docentes, una cuarta parte eran mujeres, una minoría que, como afirma, también se ve en congresos. “Yo nunca me he sentido discriminada por ser mujer, siempre he tenido las mismas oportunidades y responsabilidades que el resto de mis compañeros fueran hombres o mujeres y tampoco he visto discriminación hacia ninguna otra compañera por el hecho de ser mujer”.
Ademas, en el caso concreto de la Universidad de La Rioja, son cinco mujeres las que están a la dirección de estudios de la Facultad de Ciencia y Tecnología: María Teresa Martínez Soria en Química, Zenaida Guadalupe Mínguez en Enología, Cristina Menéndez Menéndez en Ingeniería Agrícola y María Vico Pascual Martínez-Losa como vicedecana y directora de estudios en Ingeniería informática, sumándose Ana Isabel Pascual en Matemáticas.
Como profesora, si bien en el grado de Matemáticas no hay una diferencia notable entre el número de alumnos y alumnas, esta situación sí se ve en otras carreras: “En Enfermería hay más mujeres y en las Ingenierías Industriales la mayoría son hombres”, diferencia. “Este viernes tenía un examen en la Escuela de Ingenieros, se han presentado 31 alumnos y eran 31 chicos y no es algo que sea excepcional”.
Vocación y comprensión
“Realmente tuve muy claro lo que quería estudiar desde más o menos tercero de BUP, no tengo a nadie de mi familia que se hubiera dedicado a esto, pero a mí me parecía muy fácil, muy lógico, que todo encajaba, muy bonito”, recuerda. Entre el gran abanico de aplicaciones de las Matemáticas, esta docente destaca entre lo más fascinante que “es un lenguaje con el que se puede explicar muchos fenómenos de la naturaleza”. “Aprender Matemáticas te condiciona tu forma de pensar, desde que nos ponen los primeros números en el colegio estamos entrenando de una determinada manera nuestro cerebro, a ser lógicos, a ser críticos, es una forma de pensar que sirve para resolver muchos problemas”, pone en valor también.
Así, como consejo sobre qué estudios elegir, esta matemática lo tiene claro: “Si está en un momento que le quedan años para cursar una carrera le diría que tiene que estudiar día a día, aprender lo que son las bases en lo que luego se va a apoyar la investigación, que lea muchísimo, que aprenda a escribir, a razonar, que no se conformen con memorizar”, anima, señalando que en Logroño hay muchas actividades participativas para pequeños y pequeñas amantes de los números, gracias a espacios como la Casa de las Ciencias, talleres o al grupo de divulgación Vaya Primos, de la UR, ideado por varios estudiantes, algunos ya egresados.
Así, para este 11 de febrero, la institución ha programado el espectáculo de divulgación Ciencia a lo grande, a las 18:00 en el Aula Magna del Edificio Quintiliano y los talleres de Vaya Elementos y Vaya Primos, en el vestíbulo del mismo edificio a las 16:30, entre otras actividades que se han ido desarrollando a lo largo de la semana. “En Logroño hay mucho movimiento”, asegura y anima Pascual.
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