El poder de Roca Rey y el magisterio de Urdiales inundan La Ribera

El poder de Roca Rey y el magisterio de Urdiales inundan La Ribera

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Puerta grande para el riojano Diego Urdiales y el peruano Roca Rey con dos tauromaquias diferentes que arrollaron el albero de La Ribera. Morante de la Puebla paseó un apéndice en tarde triunfal.

Se han corrido toros de Núñez del Cuvillo y uno, el cuarto bis, de Juan Pedro Domecq, bien presentados excepto el segundo, de juego desigual, destacando el cuarto y el quinto y el sobrero que hizo de cuarto fue manejable. Cuarto y quinto aplaudidos en el arrastre. Casi lleno en los tendidos.

Se esperaba, y mucho, a Morante y se notó desde su saludo capotero por verónicas al primer toro de Núñez del Cuvillo. Después de la suerte de varas su condición cambió a protestón y cabeceando, detalle que se notó que al de La Puebla no le gustó por lo que después de unas tandas de derechazos sin ajustarse y justo probarlo por la izquierdo, cogió el estoque y lo pasaportó. Pitos.

En cuarto lugar salió otro toro Núñez del Cuvillo falto de fuerzas y que claudicó en varias ocasiones. Tras el tercio de varas y un desencuentro presidencial de nuevo, Morante tiró al toro, que no debía ser de su gusto, para que saliera el sobrero de Juan Pedro. Lo consiguió y lo saludó por verónicas. Quitó por delantales. Parecía que ya era de su gusto el toro y empezó su faena por alto. Le dio varias tandas por ambos pitones gustosos y tirando de recursos de adornos al final de las mismas. Su tauromaquia llegó al público y tras una estocada cortó una oreja.

No se lució Urdiales con el capote en su recibo al segundo del Cuvillo que ya hizo amago de colarse por el pitón derecho. Quitó por chicuelinas y rematando con una serpentina. Brindó al público. Faena de bragueta la primera de Urdiales a un toro que sabía lo que se dejaba atrás. Comenzó la faena por alto sacándolo hasta los medios. Las primeras tandas no fueron brillantes pero fue ahormando a un animal que se le colaba cada dos por tres. Continuó muy firme por el izquierdo ante un toro cada vez más peligroso. Media estocada y tres descabellos.

Y salió el quinto y aunque no se estiró en el saludo capotero, comenzó su faena casi en los mismos medios a un toro que de salida fue soso y al que Urdiales viendo la condición del toro le dio por el derecho un par de tandas metiendo al toro en las telas. Dos soberbias tandas de trazo extra largo por el derecho a un toro humillando y con buen tranco hicieron levantar al público que estalló en algarabía. Si buenas fueran esas dos tandas, qué decir de los naturales que selló, lo más torero de la tarde. Terminó por el derecho con dos trincherazos que fueron dos carteles de toros. Estocada y dos orejas.

De poca transmisión el tercero de la tarde lo saludó por verónicas rematando con una revolera. Lo dejó crudito en varas y ya en la faena dejó algún derechazo de buen gusto a un animal que medio sacó peligro con el que Roca Rey se mantuvo firme y no dio un paso atrás. Le robó a esas embestidas algún natural de calidad pero emborronó con la espada una faena que hubiera tenido premio mayor de no haber fallado.

Y llegó el sexto, tras las dos orejas de Urdiales, y Roca Rey salió a revienta calderas a por todas desde el capote. Chicuelinas ajustadas, verónicas y medias fue su recibo capotero. Ya tenía al público en el bolsillo. Empezó su faena en el medio del anillo con pases por la espalda y por delante a pies juntos. Tras ese comienzo apoteósico dejó varias tandas de toreo profundo y de trazo largo. El toro se fue parando y Andrés terminó en las cercanías donde se siente muy cómodo y tiró de recursos para enloquecer y poner a la plaza en pie. Media estocada que dejó al toro sin puntilla y de forma fulminante. Dos orejas y fuerte petición del rabo.

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