Rubén Galán, bombero forestal: “La tensión y los nervios siempre están ahí, pero hay que intentar gestionarlos”

Rubén Galán, bombero forestal: "La tensión y los nervios siempre están ahí, pero hay que intentar gestionarlos"

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Rubén Galán lleva trabajando 26 años como bombero forestal, de estos, 25 en uno de los dos retenes en Cornago, compuesto por siete personas en invierno y nueve en verano. Un trabajo que requiere de verdadera vocación, como el mismo admite, para poder sobrellevar la tensión y actuar con rapidez. “Cada incendio es un mundo, todos son distintos, la tensión y los nervios siempre están ahí, pero hay que intentar gestionarlos para que puedan ayudar o por lo menos, como solemos decir, perjudicar lo menos posible y siempre teniendo los protocolos muy presentes”, reflexiona como encargado de su retén.

Ha sido este uno de los verano para destacar a su largo de su trayectoria, “ya no tanto en La Rioja Baja, sino también en La Rioja Alta”, unos meses estivales de “bastante tensión” para su retén. “Hemos tenido bastantes actuaciones entre rayos, intencionados y ayudar a otras comunidades, no voy a decir que el que más pero sí uno de los que más activos hemos estado, no sé si esta será la tendencia o ha sido puntual”.

Así, recuerda en especial el calor del incendio en el Moncayo. “Acercarte al fuego era matador, el equipo pesa, con casco y con todo, la temperatura, el calor del fuego y el equipo... se hace agotador, pero es el oficio que tenemos, el que hemos escogido”, hace balance. “Trabajar como bombero forestal te tiene que gustar porque no es un trabajo normal, homogéneo, aquí pasas de estar normal a tener el corazón a 170 pulsaciones”.

Además, destaca tres avisos por conato de incendio en Peña Isasa. “Se ha llegado muy pronto y solo ha sido un susto, no ha pasado a más”.

Modo de actuación: rapidez y antelación

“Los avisos los solemos recibir o por radio o por teléfono, normalmente si estamos en la base en aviso por altas temperaturas -que se activa a 30 grados- estamos con el EPI puesto y la salida es inmediata, si no estamos en la base y nos encontramos trabajando en algún monte de La Rioja Baja en el momento que nos dicen que vayamos a ese incendio dejamos la actividad que estamos haciendo y priorizamos la extinción”, relata sobre su día a día en el trabajo.

Por otro lado, la intuición y el saber adelantarse también es fundamental en el trabajo. “Hay veces que lo intuyes, porque por la radio se empieza a ver el humo que lo detecta una torre y te vas acercando antes de que active el SOS Rioja, depende de la cantidad del humo y dónde lo ubiquen las torretas puedes ir intuyendo si es un incendio grande, forestal, pequeño, agrícola...”

El objetivo: “llegar lo más rápido posible, que sea un conato y no un incendio”.

Concienciación y demandas laborales

En La Rioja actúan, como explica, un total de doce retenes. Así, recuerda que en sus primeros veranos “no había tanta educación medioambiental, la gente quemaba más, había más incultura del fuego y ahora la gente tiene más educación y se han sacado más leyes que lo prohíben, hay más vigilancia, el Gobierno de La Rioja tiene un dispositivo bastante potente”, agradece este bombero.

“Ni yo ni mis compañeros podemos entender que alguien tenga la desfachatez de ir a un monte e intentar quemarlo, es patrimonio de todos”, critica.

Además, Galán suscribe las demandas laborales que otros compañeros de diferentes comunidades autónomas han expresado a lo largo del verano. “Más continuidad, más preparación, dedicar más tiempo a la extinción...”, enumera. “Las reivindicaciones son claras”, cuenta en referencia a otras comunidades en las que los bomberos no trabajan de continuo todo el año. “No puede ser dejar estas situaciones a gente que entra cada año en verano, que a veces es la misma y otras distinta, en la línea de fuego hay gente que ha pasado hasta miedo, es que es normal si te meten para tres meses y en la primera semana te llevan a un incendio grande, es que asusta”, se solidariza.

“El Estatuto de Bombero lo tienen que aprobar de una vez, no se entiende cómo un bombero forestal es distinto en La Rioja, en Andalucía, en Madrid... en uno es una empresa privada, en otro pública, todo eso tiene que estar homogeneizado, que sea todo el año continuo y que se profesionalice de una vez”.

Galán admite que el incendio de 2005 en Guadalajara, en el que fallecieron once personas que trabajaban en su extinción, iba a ser un punto de inflexión, “pero vemos que nada, que eso pasó”, se entristece.

Así, urge “se tiene que dar el paso ya, no sirven las palabras o que este verano este de moda echarnos fotos con los bomberos o sacar artículos, es hora de que el Gobierno español presione y a las comunidades no les quede otra”.

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