Segunda semana de juicio por el crimen de Los Lirios: expertos analizan las heridas en el cuerpo de la víctima
Expertos del servicio de criminalística del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses -pertenecientes a los servicios centrales del Ministerio de Justicia- precisan que la víctima de Los Lirios presentaba una herida por un corte profundo en el cuello, realizado con un objeto de borde cortante y afilado, compatible con el cuchillo que se encontró en el lugar de los hechos y que también analizaron. Heridas -han definido- de “degüello”.
Como han querido dejar claro este tipo de heridas pueden ser compatibles con un suicidio porque suele haber muchas tentativas, como presenta el cuerpo de la víctima (lo que se conoce como cortes adicionales), pero tampoco pueden descartar el homicidio.
No hay que olvidar que, además de esa herida, el cuerpo de mujer presentaba otras cinco, cuatro en tórax y una en abdomen, todas ellas también compatibles con el cuchillo remitido, según se desprende del estudio de heridas por arma blanca y soluciones de continuidad en ropa que realizaron estos profesionales en el Instituto de Madrid.
Segunda semana de juicio
Este lunes se ha reanudado el juicio contra A.E.M., el hombre acusado de asesinato con alevosía al, presuntamente, matar a su mujer en el domicilio de Los Lirios de Logroño el 13 de octubre de 2020, al conocer que ella se quería divorciar.
Se da la circunstancia de que el acusado se encontraba en un municipio de Burgos ayudando a su hijo con la vendimia pero el Ministerio Fiscal sostiene en su acusación que la noche de los hechos, el procesado cogió un coche, llegó a Logroño, mantuvo una discusión con su mujer y, finalmente la mató. Después volvió al pueblo de Burgos.
El Fiscal y la Acusación solicitan 22 años de cárcel para el acusado mientras que la defensa niega todos los hechos que incriminan a su cliente.
Tras una primera semana centrada, sobre todo, en informes de los agentes de Policía Nacional y numerosas declaraciones del entorno tanto del acusado como de la víctima, estos últimos días del juicio -se prevé que dure hasta el día 31 de octubre- se centrará, entre otras cuestiones, en las pruebas periciales.
Por parte del Instituto Nacional de Toxicología, los expertos han declarado por videollamada que su trabajo consistió en analizar lo que el médico forense les aportó del caso; fragmentos de piel de la víctima, sobre todo del cuello, así como prendas de ropa (camiseta y pantalón de pijama) y un cuchillo. También recibieron partes de piel del tórax y abdomen de la víctima, presentando un total de cinco heridas en estos puntos.
En la camiseta del pijama también hay “agujeros derivados del uso del cuchillo” y se causan las heridas “con la ropa puesta”, compatibles también con dicho arma, han dicho.
Entre 18 y 22 horas antes
Por su parte, otro equipo de expertos del Instituto Nacional de Toxicología datan la hora de la muerte de la mujer -de 56 años en el momento de los hechos- con una horquilla de entre 18 y 22 horas antes de que el médico forense tomase la primera muestra en el cuerpo de la víctima, recogida el 13 de octubre a las 23,00 horas.
Aunque no es preciso, sí que descarta -entonces- que el suceso hubiera podido ocurrir en torno al mediodía, como han indicado otras partes del caso.
A preguntas del Ministerio Fiscal han indicado que, tras analizar las muestras, en el cuerpo de la víctima registros ni de alcohol, ni de drogas, ni de tóxicos.
Restos de ADN
En otro orden de asuntos, y siguiendo con las pruebas periciales, expertos que analizaron los restos de ADN que aparecieron en el cuerpo de la víctima concluyen que “había restos coincidentes con las muestras aportadas por el acusado”. En concreto se han encontrado en el dorso y palma de la mano derecha y en el dorso de la mano izquierda de la víctima.
En este punto, los mismos expertos han indicado -a preguntas del Ministerio Fiscal y la defensa- que aunque el acusado llevaba al menos dos días fuera de la casa en la que convivía con su mujer sí que podrían quedar restos por ser convivientes, es decir, podrían no ser de la noche del crimen.
Afirman que “es normal” tener ADN de las personas con las que convives pero sí que consideran “que un lavado normal y cotidiano de manos, por ejemplo, podría afectar y disminuir” esas pruebas de ADN. El ADN “podría irse totalmente o no”.
Por su parte, y sobre varios pelos que se encontraron cerca de la víctima “tres son coincidentes con el de la víctima y otros dos, son distintos de los de ella y entre sí. El cómo han llegado esos pelos ahí no lo podemos establecer”, han finalizado.
0