Tratamiento contra las recaídas en cáncer de mama
El tratamiento con ácido zoledrónico (comercializado como Zometa), podría evitar la recaída de cáncer de mama a cerca de 800 mujeres en España, según concluye el doctor Miguel Martín, presidente del Grupo Español de Investigación del Cáncer de Mama, GEICAM, a partir de los datos aportados por un estudio publicado recientemente por el The New England Journal of Medicine.
El doctor Martín explica que el tratamiento se ensayó en mujeres premenopáusicas con receptores hormonales positivos, “y en cifras absolutas se consiguió una reducción de las recaídas de un 5%”. El doctor Martín va un paso más y apunta que si “el beneficio de esta terapia se aplicara también a mujeres posmenopáusicas o con receptores hormonales negativos podría reducir la tasa de recaídas en otro 5%, lo que supondría que, al año en España, cerca de 800 mujeres podrían evitar la recaída con este tratamiento”, estima el doctor.
En España se diagnostican anualmente entre 17.000 y 20.000 casos de cáncer de mama y se registran 7.000 fallecimientos por esta enfermedad. En este contexto, el doctor Martín señala que a pesar de la cirugía y la terapia adyuvante estándar como la quimioterapia, hormonoterapia o trastuzumab, “se calcula que el 25% de las mujeres con cáncer de mama tendrán una recaída en el futuro”. De ahí la importancia de este hallazgo.
Ana Lluch, jefa del Servicio de Hematología y Oncología Médica del Hospital Clínico de Valencia, reconoce la gran aportación que puede suponer la administración de ácido zoledrónico para el tratamiento del cáncer de mama. La tasa de muerte en España a causa de este tipo de tumor “se ha reducido gracias a los programas de diagnóstico precoz, que permite detectar los tumores en estadios más iniciales y por tanto, las posibilidades de tratamiento y curación son mucho mayores”.
“Los nuevos tratamientos, taxanos, tratamientos biológicos como el trastuzumab, los tratamientos con inhibidores de aromatasa, letrozol, anastrozol, y exemestano también han ayudado a esta reducción de la tasa de recaída”, añade la doctora quien se muestra optimista respecto a las futuras aportaciones del ácido zoledrónico.
Hasta el momento, el fármaco está indicado para la prevención de afectaciones óseas derivadas de metástasis tumorales. Sin embargo, el estudio ABCSG-12 ha demostrado que “el ácido zoledrónico no sólo evita la recurrencia locorregional, sino también la recurrencia sistémica, como la pulmonar o la cutánea, que es la que produce la muerte”, comenta Ana Lluch.
La investigación incluyó a más de 1.800 mujeres premenopáusicas con cáncer de mama en fase inicial que, tras ser sometidas a cirugía curativa y tratamiento con goserelina para lograr una supresión ovárica, fueron tratadas con terapia hormonal con o sin Zometa® durante tres años. Tras un período de seguimiento con una duración media de 48 meses, los resultados mostraron que la adición de este medicamento a la terapia hormonal (tamoxifeno o anastrozol) redujo en un 36% el riesgo de recaída o muerte.
La doctora Lluch explica que las mujeres premenopáusicas “tienen un mayor riesgo de recaída que las posmenopáusicas, sobre todo de recaídas sistémicas o a distancia, ya que la edad es un factor peyorativo”. Las mujeres posmenopáusicas constituyen un 60% de las pacientes con cáncer de mama en España, frente al 40% de premenopáusicas, por lo que considera positivo el hecho de que también se estén desarrollando otros estudios para la aplicación de ácido zoledrónico a pacientes posmenopáusicas.
“Estamos convencidos de que el ácido zoledrónico tendrá además un doble efecto en estas mujeres. Ya se había demostrado eficaz para aumentar la densidad ósea, ”si se confirmara que es eficaz para evitar la recaída del cáncer de mama, podría tener un lugar importante en el tratamiento de mujeres posmenopáusicas“.
Para la doctora, “el que tengamos un fármaco sin efectos secundarios importantes y que además pueda reducir las metástasis a distancia, que ayude a prevenir la pérdida de masa ósea en las pacientes y a disminuir el riesgo de fractura es muy importante y se lo estamos transmitiendo a las pacientes. Las mujeres a partir de 50 ó 55 años se preocupan por tener una calidad de vida que va a asociada a no padecer problemas óseos, de riesgo de fractura y es aquí donde les podemos dar una buena noticia”.
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