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Vox hace política social a su manera: reparte alimentos durante 20 minutos en la Plaza mayor con un fotógrafo

El secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, repartiendo comida a las personas sin hogar en la Plaza Mayor.

Fátima Caballero

Vox, el partido que es llave de gobierno en el Ayuntamiento con más presupuesto de España, 4.686 millones de euros para 2020, y que puso como condición para no votar en contra de las cuentas recortar las ayudas a colectivos vulnerables y desmantelar el tejido social y todo lo que suene a redes de apoyo, salió este viernes a “ayudar a los más necesitados”. La comitiva la presidía el secretario general del partido y portavoz en el Ayuntamiento, Javier Ortega Smith, que había citado a través de las redes de la formación a jóvenes simpatizantes para llevar a cabo esa acción en la Plaza Mayor de la capital, repleta de visitantes en plena navidad, e incluía un fotógrafo que retrató cada entrega de comida.

La cita se había programado para las 21.15 horas junto a la estatua de Felipe III de la Plaza Mayor de Madrid, que bullía en mitad de las navidades, pero el dirigente de Vox, una de sus caras más visibles junto a Santiago Abascal, no apareció hasta media hora después. En ese momento, los cerca de sesenta jóvenes de entre quince y veinte años que aguardaban su llegada comenzaron a organizarse a las órdenes del concejal para comenzar el reparto de alimentos a las personas sin hogar, que estos días se resguardan del frío bajo los soportales de la concurrida plaza madrileña.

Entre los transeúntes que visitaban el tradicional mercadillo navideño y como si de una cadena de montaje se tratara, Ortega Smith hizo los honores y entregó los primeros macarrones con tomate y atún. Las “personas necesitadas”, según se dirigían los miembros de Vox a los posibles interesados, debían esperar en fila india su turno con una bolsa de plástico que completarían con un bocadillo de jamón y queso, un plátano, una botella de agua de litro y medio y unos polvorones navideños. Todo en medio de la Plaza Mayor, repleta de visitantes y con el objetivo de la Canon que documentaba cada paso del dirigente de Vox.

'Un joven patriota es un joven generoso', decía la convocatoria difundida por los canales internos de Vox esta semana, la misma en la que el Ayuntamiento de Madrid aprobó unos presupuestos que por exigencias de la extrema derecha para no votar en contra (finalmente se abstuvo) han recortado las ayudas a oenegés que trabajan con refugiados y colectivos vulnerables.

Tampoco es que la expedición se extendiese mucho: en total, Ortega Smith y compañía entregaron unas cincuenta bolsas, más o menos la mitad a personas migrantes. Al contrario de lo que pregona su discurso político, plagado de tintes xenófobos, que carga contra los menores inmigrantes no acompañados y difunde datos falsos sobre supuestas ayudas a personas extrajeras, la noche del viernes en el corazón del Madrid más turístico y con algún periodista entre la comitiva no hubo vetos: todos los que se acercaron recibieron sus víveres, aunque algunos tuvieron que rechazar el bocadillo por contener jamón e ir en contra de su religión.

Otros partidos ultras europeos como los griegos de Amanecer Dorado han llevado a cabo acciones similares en las que exigían la documentación a quienes entregaban la comida. No fue el caso de Ortega Smith y los suyos que despacharon las cincuenta bolsas de comida a quienes se acercaron a solicitarla. El mismo concejal que en el Ayuntamiento de la capital, donde apoya el Gobierno de PP y Ciudadanos, exige la identificación y expulsión de los migrantes en situación irregular entregó anoche alimentos ante la cámara a Miriam, boliviana de 46 años, que se guarda la comida para el sábado (como pensaban hacer la mayoría de los que recogieron las bolsas).

Miriam cuenta que “en estas fechas con tantas personas transitando por la plaza y con el espíritu navideño, muchos se acercan para ofrecer algo de comida”. Tiene estudios y lleva más de una década buscándose la vida por el mundo. A España llegó hace unos meses y se instaló en la Plaza Mayor “casi desde el principio”. Preguntada por si conoce a Vox, admite que no y se queja de los partidos en general: “A fin de cuentas somos ignorados por todos los demás”.

En las fotos del partido saldrán también el concejal en Madrid Pedro Fernández o Bertrand Ndongo, el polémico camerunés afiliado a Vox que ataca a la inmigración y que culpó hace unos días a la víctima de los jugadores de la Arandina, condenados a 38 años de cárcel, de su violación.

Al lado de Miriam, Omar, de Camerún, criticaba la toma de imágenes durante el reparto y llegaba a espetar “No quiero salir en sus fotos” al propio Ortega Smith cuando antes de marcharse buscaba dónde entregar las últimas bolsas acompañado del joven fotógrafo para que inmortalizara el momento. Omar no se comió sus macarrones hasta que la cuadrilla de Ortega Smith se alejaba por el Arco de Cuchilleros, una de las salidas de la Plaza Mayor.

Entonces habían pasado unos cincuenta minutos desde que el dirigente de Vox hiciera acto de presenta, de los cuales casi media hora los dedicó a hacerse fotos con los veinteañeros (en su mayoría hombres) convocados al reparto de alimentos y también los no tan jóvenes, que o bien habían acompañado a los menores o se topaban con Ortega Smith y lo perseguían hasta lograr un saludo, una instantánea o las dos cosas.

Vox se dirige a los “más vulnerables”

La estrategia de Vox cambió para el 10N. La formación ultraderechista optó en las últimas elecciones por camuflar sus propuestas más neoliberales, intensificando así las formas populistas de sus homólogos europeos.

En los últimos presupuestos municipales del Ayuntamiento de Madrid aprobados esta semana gracias a la abstención de Vox, el partido de extrema derecha quiso durante las negociaciones hacer valer sus cuatro concejales. La formación de Abascal pedía que desaparecieran de las cuentas las ayudas a las asociaciones vecinales agrupadas en la FRAVM, a los colectivos contra la violencia de género y a todo lo que suene a tejido social que pueda implicar redes de protección. Para el partido de extrema derecha son “chiringuitos” que hay que erradicar.

A cambio, Vox exigía para dar una salida a ese dinero, unos cinco millones de euros, crear unos “bonos canjeables” para 3.000 familias vulnerables de 150 euros al mes. Vox presentó estas condiciones en una rueda de prensa en la que mostró incluso fotografías impresas de personas en situación de pobreza energética.

Finalmente, el apoyo de Vox en forma de abstención dejó damnificados: asociaciones vecinales y oenegés de ayuda al refugiado han visto mermadas las partidas públicas para llevar a cabo su acción, en gran medida de apoyo a las personas más vulnerables que Vox dice ahora defender.

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