IU y Unidas Podemos animan en Chueca a ‘luchar y votar con Orgullo’

Si el viernes por la mañana era Ángel Gabilondo quien acudía a Chueca para llamar la atención de los votantes LGTBI, por la tarde Izquierda Unida y Unidas Podemos organizaban en la Plazuela de la Memoria Trans un acto electoral para conmemorar el día contra la LGTBIfobia.

Presentado por Curro Corrales, coordinador del Área LGTBI de Izquierda Unida Madrid, en él participaron dos de los candidatos al Parlamento Europeo de IU, Jon S. Forrest y Vanessa Angustia, políticos que no dudan en visibilizar su pertenencia al colectivo LGTBI y en reclamar igualdad de derechos.

También pudimos escuchar a Fefa Vila, candidata a la alcaldía del Ayuntamiento de Madrid por Madrid en Pie Municipalista, y a las activistas LGTBI Cassandra Vera y Amanda Rodríguez, que retrataron la realidad de las personas trans y los muchos derechos que aún quedan por conquistar para el colectivo, tanto a nivel europeo como nacional.

Mientras los incidentes contra el colectivo no dejan de crecer, en la región existen leyes LGTB que se quedan metidas en un cajón, se recortan los recursos en diversidad e igualdad o a las lesbianas se les presupone en la sanidad pública la heterosexualidad, “hay gente que debate entre si es importante recluir el Orgullo en la Casa de Campo o igual no es tan buena idea porque allí también van familias”, reclamó Curro Corrales.

“Tenemos que sacar nuestro orgullo, luchar con orgullo y votar con orgullo el 26 de mayo para que ese Orgullo no sea simplemente una marca que se queda en el Centro, entre las calles de Chueca, sino que también llega a los barrios, a la periferia”, manifestó Corrales.

Para Jon S. Forrest, activista LGTBI y candidato al Parlamento Europeo por IU, “la cuestión LGTBI es especialmente paradigmática en la Unión Europea” pues, aunque les gusta mucho presumir de “igualdad y de derechos humanos”, en la práctica hay “una constante precarización en la vida de las personas LGTBI”.

“La Unión Europea se vende como un espacio para la libertad de movimientos, pero es mentira y esto afecta también a las personas LGTBI que no están contempladas en la propia legislación en materia de asilo”, denunció Forrest, que también explicó que, incluso dentro de la propia Unión Europea, la libertad de movimiento de las personas LGTBI y sus familias no está garantizada.

Las personas trans o con VIH tampoco tienen garantizada en la Unión Europea la cobertura sanitaria y dos estados, Polonia y Lituana, tienen leyes contra la propaganda LGTBI “que impiden en las escuelas o los espacios públicos como los medios de comunicación hablar de la realidad de las personas LGTBI”, denunció.

Por su parte Fefa Vila, candidata a la alcaldía del Ayuntamiento de Madrid por Madrid en Pie Municipalista, “la homofobia es un asunto muy grave, que habla del poder y del conflicto entre unas y otros” a través de ­“pensamientos heteronormativos” que deslegitiman a quienes no cumplen con esos cánones.

“Lo primero que tenemos que pensar es que hay unas antecesoras. Mujeres lesbianas, trans, maricas, travestis que han peleado en esta ciudad para que ahora muchos disfrutemos de una serie de derechos y de conquistas”, recordó Fefa, que también manifestó que “LGTBI no es una sopa de letras”.

“Hoy todavía en este Madrid, en esta ciudad que acoge a tanta gente diversa, a la que hemos venido tanta gente LGTB buscando espacios de libertad, etiquetada como gayfriendly”, se celebra el “Orgullo mundial del capital, que invade el centro de nuestra ciudad y también algunos de nuestros cuerpos, algunos para reafirmarlos y, a la gran mayoría, para excluirlos”, reclamó Fefa.

“Antes eran los sidosos, las camioneras, los marimachos, las putas, los puteros, los travestis... ahora además son las bolleras migrantes, las trabajadoras sexuales, nuestras mayores pobres, los jóvenes expulsados de sus entornos familiares, las trans discriminadas en los entornos familiares, les niñes, que no tienen referentes educativos y culturales. Eso es homofobia”, sentenció.

La activista LGTBI Cassandra Vera compartió con los asistentes su propia experiencia como trans, todo el proceso por el que tienen que pasar las personas transgénero y las trabas administrativas que deben superar, como la imposibilidad de cambiar hasta su propia fotografía en el DNI hasta que no está completada la transición de género.

Una situación que, según Cassandra, limita que las personas transgénero puedan encontrar con facilidad un puesto de trabajo al no corresponderse su aspecto físico con los datos que refleja su propio Documento Nacional de Identidad.

Amanda Rodríguez, activista LGTBI y mujer bisexual, explicó los motivos que le llevaron a sumarse al activismo en la universidad y lo importante que es reconocer a las personas que han luchado por los derechos LGTB, que son “memoria histórica de donde no tenemos que volver”, manifestó.

“La cultura es una herramienta fundamental del activismo LGTBI para alzar la voz, para contribuir a que este imaginario que tenemos sea diferente y se abra a las diferentes identidades”, aclaró Rodríguez.

“Desgraciadamente ya tenemos a diputados que están jurando su cargo por Dios, que se están metiendo en nuestros úteros, que están empezando a volver a decir que nuestros matrimonios igualitarios no deben de llamarse igualitarios, que están volviendo a decir que tienen que hacer listas negras de las trabajadoras que trabajan contra la violencia machista”, lamentó.

“No valen los brindis al sol y menos con la ultraderecha pegada a la espalda”, sentenció. “Creo sinceramente que el activismo LGTB debe ser interseccional, porque si no no vamos a conseguir hacer ningún cambio”, declaró Amanda.

También advirtió que “quienes quieren volver al blanco y negro deben saber que nosotras ya sacamos el arcoíris hace ya mucho tiempo, concretamente hace más 40 años”. “Con nuestra bandera no se pueden quitar el verde que se han pintado sin darse cuenta”, sentenció.

Vanessa Angustia, candidata de IU al Parlamento Europeo, habló de lo importante que es aún que haya referentes LGTBI porque “mucha de nuestra memoria ha sido oculta”.

“Yo me pregunto, ¿de verdad es la extrema derecha lo único que tengo que temer? Nuestros derechos no están en suspenso solo por la extrema derecha”, declaró Angustia. “Si esta Unión Europea es capitalista y patriarcal no tenemos un problema de nacionalidades, sino de clase”.

“Necesito una Unión Europea que no solo me reconozca en igualdad de derechos, sino que reconozca que el colectivo LGTB tenemos miles de discriminaciones detrás”, explicó, “Unidas Podemos cambiar Europa”.

Para cerrar el acto, el cantautor Nacho Laborda interpretó, guitarra acústica en mano y vestido con una camiseta con el texto “MARICArmen”, dos de sus temas en los que habla abiertamente de la homofobia y la plumofobia, desde su propia experiencia.