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Experta en políticas públicas y asesora del CIS: la mujer que aspira a ser la primera rectora de la Complutense

Esther del Campo, en una foto tomada durante esta campaña en la Complutense con un cartel donde la cómica y egresada Inés Hernand le muestra su apoyo.

Guillermo Hormigo

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“Ni soy de Podemos, ni tengo cuernos y rabo”. Así defendía el pasado 15 de marzo Esther del Campo García su independencia en el último debate electoral por los comicios de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), donde la suya ha sido la candidatura con más apoyos totales y la segunda una vez ponderado el voto. Se enfrentará al actual rector, Joaquín Goyache, en una segunda vuelta que tendrá lugar el próximo miércoles 29 de marzo.

Una cita a la que concurrirá con el apoyo de las tres opciones más votadas de entre las que se han quedado fuera en lo que han bautizado como “acuerdo por el cambio”. María Castro, Iñaqui López y Jesús Pérez han escenificado este respaldo con un acto en la Facultad de Químicas el pasado viernes. Tres catedráticos que ocuparán cargos de responsabilidad ligados a sus disciplinas en el hipotético nuevo equipo de gobierno de la UCM comandado por Del Campo: dirigirán el vicerrectorado de Ordenación Académica, el de Política Económica y el de Investigación, respectivamente.

Pese a este espaldarazo, ser decana de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología en el campus de Somosaguas en una institución tan ligada a la movilización ideológica ha puesto la lupa sobre esta catedrática de Ciencia Política y Administración, ahora que podría convertirse en la primera rectora de la mayor universidad presencial de España con su candidatura Compromiso Complutense. Antes, desde su fundación en 1822, 56 hombres han ostentado el puesto.

Lo cierto es que su perfil no es exactamente apolítico, como tampoco puede decirse de su oponente después de polémicas como la concesión a dedo del título alumna ilustre a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. La docente acompañaba a Pablo Iglesias cuando sufrió las protestas de militantes de Frente Obrero durante una conferencia del exvicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, en el campus de Somosaguas. Del Campo presentó a Iglesias con estas palabras: “Es una ocasión especial, casi afectiva, porque yo fui profesora de Pablo en la materia Sistemas Políticos de América Latina. No coincidíamos muchas veces. Discutíamos mucho, pero le puse una matrícula de honor. Su participación en esta casa es como recuperar un hijo pródigo”.

Era marzo de 2020, poco antes del confinamiento, y el fundador de Podemos (profesor honorífico de la Complutense desde 2014) ocupaba la vicepresidencia segunda del Gobierno. En la mesa debía estar también Joaquín Goyache, pero llegó tarde, aunque se le puede ver en la foto de familia con la que se cerró el acto.

La aspirante a rectora es desde 2020 vocal de la Junta Electoral Central a propuesta de Unidas Podemos. Este órgano está integrado por ocho magistrados del Tribunal Supremo y cinco catedráticas y juristas que, en esa última ocasión, fueron postulados por PSOE (dos), UP, PP y Vox. Pertenece además al Consejo Asesor del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), órgano consultivo sobre los proyectos de investigación y los programas de trabajo del organismo. En este caso fue propuesta por el Consejo de Universidades, entidad presidida por el ministro de Universidades que cuenta como vocales con los rectores de las universidades españolas, además de cinco miembros adicionales designados por el presidente del Consejo.

Pero estas designaciones, sin retribución económica, llegan después de una trayectoria no precisamente ausente de méritos. Del Campo nació en Madrid en 1963, procedente de una familia de clase trabajadora natural de Soria. Fue alumna complutense, donde se graduó en Ciencias Políticas en 1985 y en Sociología un año después. En 1990 obtuvo un Máster de Política Comparada en la Universidad de Carolina del Norte. Volvió a la UCM para doctorarse, con una tesis presentada en 1992 sobre Estrategias de desarrollo y crisis políticas en Argentina y Chile, con la que consiguió la máxima calificación cum laude por unanimidad.

En 1996 ya disfrutaba de una plaza como profesora titular en la Complutense y desde 2007 es catedrática. Ha investigado principalmente temas de gestión y políticas públicas en el ámbito iberoamericano, con más de 120 publicaciones, 267 ponencias en congresos internacionales y nacionales, la dirección de 82 tesis doctorales, participación en más de 60 proyectos de investigación nacionales e internacionales y 27 contratos y asistencias técnicas con administraciones públicas u organizaciones de la sociedad civil. Todo ello le ha reportado el reconocimiento de seis quinquenios de actividad docente y cuatro sexenios de investigación.

Su currículum en la gestión universitaria tampoco se queda atrás. Antes de convertirse en decana en 2018 y revalidar el cargo en 2022, fue directora del Instituto Complutense de Estudios Internacionales, del Programas de Postgrado, del Programa de Doctorado en Ciencias Políticas y de la Administración y Relaciones Internacionales de la UCM, del Máster y Doctorado en Gobierno y Administración Pública, del de América Latina Contemporánea en el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset, del Doctorado en Economía y Gobierno de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y de la Fundación Centro de Estudios Monetarios y Financieros del Banco de España, así como la Fundación José Ortega y Gasset y Gregorio Marañón.

Paralelamente, ha desempeñado también otras tareas de gestión como secretaria docente del Departamento de Ciencia Política y de la Administración en la UCM (2002-2008), presidenta del Consejo Español de Estudios Iberoamericanos (2012-2020) o tesorera (1997-2001) y secretaria (2001-2007) de la Asociación Española de Ciencia Política y de la Administración, donde en la actualidad es vicepresidenta primera.

Pero su experiencia va más allá: en 2021 fue presidenta del Comité de Ciencias Sociales, Políticas, del Comportamiento y Estudios de Género de la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora-ANECA, del que ya formó parte en 2019 y 2020. También ha evaluado proyectos para la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva y la Agencia Estatal de Investigación. Asimismo, es miembro honorífico de distintas instituciones académicas y científicas dentro del campo de estudios de América Latina, como el Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca y la Latin American Studies Association.

“Defensora de lo público y rectora de los estudiantes”

Una profesora de la Facultad de Ciencias de la Información, sin vinculación con la campaña de la catedrática, opina en declaraciones a Somos Madrid que después de escuchar algunas de sus intervenciones Esther del Campo le parece “una candidata fabulosa” porque “está en la línea de defender lo público y salvaguardar la universidad pública como ascensor social del Estado del bienestar”.

Esta docente opina que “debe haber un cambio” y que lo idóneo es que llegue de la mano “de una mujer”. Su otra alternativa era la catedrática de Educación María Castro, que terminó la primera vuelta en tercer lugar a menos de dos puntos del segundo puesto. Cuenta que finalmente se decantó por la decana de Políticas ya que Castro fue vicerrectora en la etapa de Carlos Andradas al frente de la Complutense, de la que no tiene buen recuerdo ya que “amenazan con suprimir Facultades”.

Pero el gran bastión de Esther del Campo es el estudiantado. Es el único segmento en el que se ha impuesto al actual rector, con una diferencia tal (674 sufragios) que en número de votos totales antes de la ponderación por grupos supera a Goyache: 2959 por 2906.

En el segundo de los tres debates electorales celebrados (habrá un cuarto el próximo lunes entre los dos aspirantes aún en liza), organizado por la Delegación de Estudiantes y centrado en el alumnado, Del Campo incidió en aumentar el peso estudiantil en la representación universitaria y en la consideración a la hora de tomar decisiones: “Estamos hablando por vosotros, pero deberíamos pensar en que podéis hablar por vosotros mismos”.

Explicó que su equipo de campaña está integrado por numerosos estudiantes (uno de sus eslóganes es #Rectoradelosestudiantes), que han diseñado medidas que ellos mismos ejecutarán. Cree que “la vida asociativa ha ido mermando” y es necesario generar espacios donde los estudiantes puedan debatir y poner en común sus preocupaciones diarias. Abogó además por presionar desde la institución que desea dirigir hacia una rebaja de las tasas universitarias en Madrid, “donde se paga tres veces más que en otras universidades”.

Un grupo de alumnos y alumnas ha configurado incluso la plataforma Estudiantes x Esther del Campo, activa en redes desde febrero. Además de presentarla como su gran aliada entre los candidatos, desde un primer momento han apostado por mostrar el perfil más distendido y cercano de la catedrática. El cierre de campaña incluyó una conversación telemática con la humorista y graduada en Derecho por la UCM Inés Hernand, que le dio su apoyo. Han hecho incluso que la docente conteste a las preguntas de la Inteligencia Artificial ChatGPT. Su nombre de usuaria en Instagram y Twitter, por cierto, es @estherdelcampus. Toda una declaración de intenciones para alguien que ha consagrado su vida a la universidad.

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