Los espacios públicos privatizados en Malasaña: el mapa del expolio municipal
Malasaña es un barrio sin dotaciones públicas básicas en muchas zonas. La deuda del Ayuntamiento y las sucesivas políticas de privatizaciones de anteriores gestores han tenido la culpa, denuncian las asociaciones vecinales. El resultado es un barrio en el que la iniciativa privada ha acabado sustituyendo a la administración local y para conseguir algunos servicios que en otros barrios se ofrecen gratis, aquí hay que sacar la cartera.
Somos Malasaña ha elaborado un mapa con las últimas pérdidas de espacios públicos que podrían haber albergado centros cívicos, locales para jóvenes, centros para las múltiples organizaciones vecinales... se dibujan junto a las actuales dotaciones municipales, escasas, algunas de las cuales enojan a comerciantes y vecinos como el futuro parque de bomberos de San Bernardo. Esta es la lista del expolio de lo público ejecutado durante los últimos años:
Divino Pastor 9 (edificio): de oficinas a ¿un hotel?
La okupación temporal que protagonizó el Patio Maravillas el pasado verano sirvió para poner sobre la mesa el escándalo de esta venta municipal, hecha sin notificar a las inmobiliarias de la zona, que podrían haber buscado mejores clientes y postores para las antiguas oficinas de Medio Ambiente.
Divino Pastor 9 se vendió a dedo en 2014 después de tres concursos desiertos, que fueron poco publicitados. Los compradores -familiares del opositor venezolano Capriles- pagaron por sus cinco plantas y sus casi 2.000 metros cuadrados la cantidad de 1,7 millones de euros. Es decir: 853 euros por metro cuadrado, una cantidad irrisoria en una operación que fue calificada de “pelotazo inmobiliario” por expertos del sector conocedores de la zona.
Los actuales dueños, que consiguieron desalojar al Patio Maravillas con la ayuda de la Policía Nacional, pretenden conseguir el cambio de uso del edificio para construir un hotel en el lugar.
Corredera 20 (edificio): viviendas de lujo en suelo social
Es el caso más sangrante de esta lista para el barrio de Malasaña. Organizaciones vecinales consiguieron arrancar de Gallardón el compromiso de destinar el edificio situado en Corredera de San Pablo 20 y calle Barco 39 para pisos y equipamientos sociales. Pero el Ayuntamiento olvidó su compromiso cuando las arcas se vaciaron y el inmueble fue vendido en verano de 2014.
Al igual que en el caso de Divino Pastor, el lugar fue privatizado a bajo precio. Aunque la cantidad final no se hizo pública, en el último concurso para su adjudicación, que quedó desierto, se pidieron 4,7 millones por sus 3.000 metros cuadrados de edificabilidad. Poco más de 1.500 €/m² en un barrio en el que las viviendas se pagan a no menos de 3.000-3.500 €/m². Negocio redondo.
La empresa compradora aumenta las sospechas sobre la operación: se constituyó tres meses antes de la venta con el mínimo capital social exigible (3.000 euros). El pasado verano inició las obras de acondicionamiento para iniciar la construcción en el lugar de viviendas de lujo.
El edificio había sido adquirido por el Ayuntamiento de Madrid en 1991 y fue objeto de intensa lucha vecinal, debido a que el Consistorio fue dejando morir el que era el edificio más antiguo de Malasaña. En el año 2011 se okupó y se inició allí el Proceso Corredera, en el que distintas fuerzas sociales de Madrid elaboraron un plan de rehabilitación integral -que hubiera salido gratis a las arcas municipales- y un proyecto social que les devolviera la vida. El plan fue rechazado.
Solar de San Mateo: de parque infantil a un hotel
Hace un año, la decena de árboles que daban sombra y refrescaban el solar de la calle San Mateo fueron talados. El parque infantil, que compensaba la carencia de espacios para niños en la zona -a falta de la reconstrucción de los Jardines del Arquitecto Ribera- también fue desmontado. El motivo: el Ayuntamiento había vendido el terreno a una empresa privada por 3,29 millones de euros.
En la parcela, de 641 metros cuadrados, se está construyendo ya un hotel. El lugar tiene una edificabilidad de 2.493,18 metros cuadrados y podrá contar con garaje, cuatro plantas y ático. Las obras ya se han iniciado y nada más comenzar han dañado varios árboles situados fuera de la parcela, ante el enojo de los vecinos.
Fuencarral 77 (edificio): venta reciente
El último edificio público que perdió Malasaña está situado en el número 77 de la calle Fuencarral. Era conocido en su tiempo como el Pasaje de la Mutualidad y pertenecía al Ministerio de Hacienda. Casi abandonado, salvo por la relojería que aún resiste en su interior, acogió durante los dos últimos años una interesante muestra artística que durante varias semanas de la primavera inundaba de obras su interior.
La venta se produjo por subasta y la empresa adjudicataria fue el fondo buitre GreenOak, que pagó 21 millones de euros por el edificio completo, de 8.000 metros cuadrados. Todavía no se conoce el destino final del inmueble.
Corredera de San Pablo 41 (local): de centro tecnológico a take away
take away
El local situado en el número 41 de la Corredera Baja de San Pablo fue de propiedad municipal entre los años 2010 y 2013. El Ayuntamiento de entonces invirtió más de 327.000 euros en reformarlo y abrir con gran boato, en la primavera de 2011, el Centro de Innovación Ballesta (CIBALL). Se supone que dicho espacio debía ser un lugar de apoyo y formación para emprendedores tecnológicos, un lugar llamado a ser referencia en su misión y a servir de revitalizador del área.
Tras un tiempo en funcionamiento y habiendo alcanzado objetivos más que discretos, un cambio de estrategia en el Consistorio hizo que CIBALL echara el cierre. Lo siguiente fue la venta del local a una inmobiliaria privada por 180.000 euros, cuando por lo que por aquel entonces costaba el metro cuadrado en la zona, un precio ajustado se habría acercado a los 350.000 euros. Sin contar con lo perdido-invertido en la reforma, el Ayuntamiento se había desecho de esta propiedad por un 45% menos, aproximadamente, de su valor de mercado.
El local es actualmente un restaurante tailandés de reciente apertura y con comida para llevar. La asociación de vecinos Acibu ha denunciado a sus propietarios por abrirlo sin la licencia correspondiente.
Divino Pastor 7 (local): vendido a una escuela de danza
En el año 2013 el Ayuntamiento vendió un local situado junto al edificio antes citado en la calle Divino Pastor. El lugar fue subastado y la Escuela de Música Creativa pagó 380.000 euros por el inmueble: una planta baja de 307 metros cuadrados.
Al contrario que en casos anteriores, el lugar fue vendido a un precio que los expertos de la zona consideran “razonable” y su uso es actualmente cultural: en el lugar se ha destinado a la Escuela de Danza Creativa, un proyecto del grupo Música Creativa, que gestiona varias de las escuelas musicales del Ayuntamiento, y que da gran importancia también al flamenco en esta nueva ubicación que estrenó en octubre.
San Vicente Ferrer 33 (local alquilado): de almacén municipal a eventos
En 2013 se produjo el vaciado del almacén municipal situado en la calle San Vicente Ferrer 33. Un local diáfano situado a pie de calle de 250 metros cuadrados que puede acoger cualquier tipo de actividad y que el Ayuntamiento tenía alquilado.
Aunque al principio se ubicó allí una tienda de diseño y moda, actualmente lo gestiona, en régimen de alquiler, La Industrial, una empresa de coworking que gestiona eventos de todo tipo en el lugar. Allí se presentó la candidatura de Ahora Madrid para las últimas elecciones municipales.
Soledad Torres Acosta 2 (local alquilado): de oficina de rehabilitación a restaurante
El Ayuntamiento alquiló el local situado junto a la comisaría de policía de la plaza Santa María Soledad Torres Acosta durante la remodelación de las zonas de Pez y Luna, en la que invirtió varios millones de euros en infraestructuras. La maniobra no vino acompañada de equipamientos públicos y se dejó que la zona subiera de precio y que todos los nuevos espacios que se rehabilitaron fueran ocupados por la iniciativa privada al 100%.
Aparte de la citada comisaría de Policía Municipal -cuyos coches aparcan indebidamente en la plaza todos los días-, el único espacio municipal del lugar era la oficina instalado en el número 2 de la plaza, que cerró una vez acabada la remodelación. El lugar es ahora un restaurante que, durante un tiempo, montó una terraza ilegal en medio de la plaza.
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