Noviciado: un pueblito con mucho arte
La calle del Noviciado une la encrucijada de vías entre Amaniel, la Travesía de Conde Duque y Ponciano con San Bernardo. A la calle se la conoció en algún momento como de San Benito, pero la vecindad del noviciado de jesuitas, desde 1605 en el solar que fue luego la Universidad Central (aún hoy Paraninfo de la Complutense en San Bernardo), le confirió este nombre, que pugna con Conde Duque por quedarse con la denominación popular de toda la barriada a este lado de San Bernardo.
A la hora de mirar hacia atrás en la historia de la calle conviene tener en cuenta que la vecina calle Reyes fue conocida también en tiempos como “del Noviciado”, lo que probablemente lleva al madrileñista Pedro de Répide a situar aquí una en tiempos famosa tahona de los jesuitas.
El mercado abierto de Noviciado
Durante muchos años la calle entera fue una especie de mercado semiabierto en el que los establecimientos no tenían puerta, sólo cierres, y el género se exponía en la calle. En 1984, cuando José Camarasa, el zapatero de Curtidos Martos, se instaló allí, Noviciado aún conservaba mucho de este aspecto, y aún en la actualidad en el tramo hasta la calle del Acuerdo se respira ese ambiente de tenderos sabios, con un puñado de tiendas de comestibles resistiendo el paso de los tiempos.
Quien seguramente mejor memoria conserva de la vida de la calle es Gonzalo González (tercero), cuyo abuelo compró la gran pescadería de la esquina en 1927. Antes allí ya se vendía pescado. Gonzalo recuerda los mostradores en la calle, como en la tienda de chuches de un poco más abajo había una huevería, cuando además de la carnicería de enfrente – otro vecino ilustre – había otra un poco más abajo, como en la frutería había una tienda de jabones y otras dos pescaderías en la calle.
Un pueblo de casas bajas con mucho arte
Sin duda lo que más llama la atención al caminante en Noviciado es el gran lateral ocupado por un edificio corrido de fachada blanca y dos pisos que ocupa desde Amaniel hasta Acuerdo, precisamente el que confiere en mayor medida el aspecto de mercado abierto a ese tramo de calle. El edificio, poco corriente en Madrid, impregnaría a la calle de aspecto de pueblecito de no ser por los curiosos graffitys que adornan su fachada y el cierre de sus negocios. Gonzalo, de la pescadería, nos cuenta que ellos fueron los primeros en pintar su pared como método para ahuyentar a los graffiteros cutres. Al parecer hace unos cuatro años pasaron por allí “un grupo de artistas que habían estado con Gallardón en Bruselas”. Más tarde el resto de negocios fue pintando también sus muros y cierres hasta conferir a la calle un curioso y atractivo aspecto.
Si las fachadas del edificio rezuman arte
no lo hace menos el interior de la casa del número nueve, auténtico santuario del arte urbano donde desde algún tiempo tienen su estudio y lugar de reunión algunos de los artistas más reconocidos del panorama madrileño: Eltono, Nuria, Nano, 3ttMan y Spot. Incluso la Tate Gallery londinense les invitó en 2008 a participar en un muestra de “street art”. Los muros de la casa de Noviciado llevan pues sus firmas por dentro y por fuera.
El curioso edificio encalado data de 1827 y según nos cuenta Gonzalo los pequeños apartamentos de la planta de arriba con baño comunal estaban deshabitados. Existe además una cueva debajo de cada negocio que en tiempos de guerra fue utilizado para ponerse a salvo de los obuses de la aviación franquista. Lo cierto es que esta anomalía urbanística del barrio ha podido sobrevivir gracias a la máxima protección del ayuntamiento que Gonzalo atribuye a un error. Según él existió una confusión, el hecho de que la calle Reyes se llamara en su momento también Noviciado hizo creer que allí estuvo el noviciado de los jesuitas.
Hoy, además de tiendas de toda la vida la casa alberga otras modernas como La Peseta, original establecimiento de complementos en el que un buen día del año pasado entró el conocido diseñador norteamericano Marc Jacobs para pedirles una colaboración, y una asociación cultural, Trovadicto, lugar de reunión de cantautores.
Más calle del Noviciado
En la otra mitad de la calle, la más cercana a San Bernardo, encontramos sobre todo bares –en la acera de los pares – y sedes institucionales. En el número de tres de la calle está la Biblioteca Histórica de la Complutense, la Marqués de Valdecilla. Hacia 1926 el arquitecto Francisco Javier de Luque, que también firmaría el edificio del Ministerio de Educación en Alcalá, proyectó un nuevo pabellón para la Universidad Central con fachada a Noviciado que habría de albergar la biblioteca. Como quiera que Ramón Pelayo de la Torrent, el marqués de Vadecilla, costeó las obras con un millón de pesetas la ampliación adoptó su nombre, como una placa recuerda en la fachada.
Junto a la biblioteca, en el número 5, hay un edificio mozárabe de ladrillo que además de la iglesia evangelista de El Salvador alberga Acción Social Protestante,la Comisión de Ayuda al Refugiado de Madrid (CEAR)
y el programa de acogida temporal y atencion a personas de origen subsahariano.
La de Noviciado es sin duda una de las calles con más personalidad del barrio, en ella conviven tradición y modernidad de manera muy visible.
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