Volvo V90 Cross Country, un familiar seguro, elegante y campero
No todas las empresas que son adquiridas por otras tienen la suerte de que disfruta Volvo. Geely, el fabricante chino que la compró en 2009, proporciona el dinero necesario para garantizar la actividad de la marca sueca y le deja libertad absoluta para hacer lo que sabe: fabricar coches sólidos, seguros y, de un tiempo a esta parte, también atractivos.
El último lanzamiento de Volvo es el V90 Cross Country, versión campera de su familiar más grande y lujoso que llega justo cuando se cumplen 20 años del primer modelo de esta familia, el V70 Cross Country. Ver juntos ambos vehículos en el hall del hotel alpino que acogió la presentación permite constatar, aun considerando el tiempo transcurrido, que existe un abismo en cuanto a diseño exterior se refiere.
Más allá de consideraciones que no dejan de ser subjetivas, el V90 Cross Country ofrece variados argumentos de orden tangible. Mide 4,94 metros y dispone de 560 litros de capacidad de carga y 210 milímetros de distancia libre al suelo para moverse con facilidad por pistas y caminos. Uno de sus programas de conducción, el off road, adapta la tracción a las condiciones de baja adherencia, léase barro, nieve o hielo como el que hemos tenido en abundancia en la toma de contacto en tierras suecas.
El coche sorprende por un confort de marcha extraordinario, tanto por ausencia de ruido como por calidad de rodadura, y eso a pesar de que montaba neumáticos con clavos, como es obligado en estas latitudes. La suavidad del cambio automático y la cómoda posición al volante (los asientos son una de las grandes especialidades de Volvo desde hace ya décadas) hacen de atravesar estos parajes helados una experiencia gozosa.
El interior del V90 Cross Country presenta una factura soberbia y recuerda en gran medida al del XC90 y a los de sus hermanos de gama, el S90 y el V90. Hay pocos botones a la vista, de manera que la mayor parte de las funciones se gestionan por medio de la pantalla táctil de nueve pulgadas que preside el salpicadero.
El abundante equipo de seguridad incluye la versión más reciente del sistema City Safety, capaz de detener el coche ante un riesgo cierto de colisión en tráfico urbano, y el Pilot Assist, que ayuda al conductor a mantener el vehículo entre las líneas de señalización de la calzada y a una distancia programada del que circula delante.
El V90 Cross Country estrena además dos primicias en seguridad: la alerta por firme deslizante, que comparte con el resto de los usuarios de Volvo a través de una nube que ya funciona en Suecia y Noruega, y la detección de animales en la carretera.
El último modelo de Volvo está ya disponible en los concesionarios en una gama compuesta por cuatro motorizaciones, dos de gasolina y dos diésel. Estos últimos son el D4, de 190 caballos y 5,1 litros/100 km de consumo medio, y el D5, de 235 caballos y 5,3 litros. Los de gasolina entregan 254 (T5) y 320 caballos (T6). La horquilla de precios parte de 56.873 euros del D4 básico y alcanza los 77.157 del T6 con acabado Pro.
Todas las versiones llevan de serie tracción a las cuatro ruedas y cambio automático de ocho velocidades, a excepción del D4, que monta transmisión manual de seis marchas. Volvo prevé vender en nuestro país alrededor de 1.000 unidades del V90 Cross Country en lo que queda de año.