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Ni material, ni medios, ni aulas: precariedad y abandono en la Escuela de Enfermería de Cartagena

Material para las prácticas amontonado en un almacén

Aldo Conway

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“No se nos cae el edificio encima porque ni siquiera tenemos uno”. Habla Paco Muñoz, uno de los portavoces de la delegación de estudiantes de la Escuela Universitaria de Enfermería de Cartagena (EUE), que han protagonizado varias protestas en los últimos días para denunciar la precariedad de los medios con los que se están formando y reclamar una mejora en la calidad de la enseñanza. La semana pasada se concentraron los alumnos a las puertas de la Facultad de Ciencias de la Salud en El Palmar y este miércoles volvieron a hacerlo en el Hospital El Rosell.

La lista de quejas que enumeran es muy larga, y no entienden por qué no tienen los mismos servicios que el resto de alumnos de Enfermería de la Región “si pagamos la misma matrícula”. En Cartagena los aspirantes a este oficio no tienen edificio propio y están obligados a repartirse tres aulas para cuatro cursos en un barracón anexo al Hospital El Rosell, además de en otras instalaciones, cedidas por la UPCT como es el caso del edificio de Antigones. “A veces tenemos que desplazarnos a la Facultad de Ciencias de la Salud en El Palmar para realizar las prácticas, y es ahí donde somos conscientes de las carencias que tenemos en Cartagena y de los derechos que no se nos están respetando”, cuentan portavoces de los estudiantes a elDiario.es de la Región.

Lourdes Cantero, directora de la Escuela de Enfermería de Cartagena, considera que la falta de presupuesto es la causa de la mayoría de sus problemas. Según la dirección de la Escuela, no se amplían o renuevan los contratos de los profesores asociados y buena parte del material para las prácticas está caducado o anticuado.

La falta de financiación que denuncian, se ha traducido -critican- en problemas de “insalubridad”, como una dermatitis a una alumna por utilizar unos guantes quirúrgicos pasados de fecha. “No estamos en igualdad de condiciones respecto a los alumnos de Murcia y Lorca a la hora de hacer las prácticas; hemos visto hasta agujas caducadas y sería un peligro usarlas”. El material para las prácticas se lo proporciona el profesorado o a partir de donaciones del Hospital Santa Lucía. Los profesores, además de tener que llevar muchas veces el material para las clases, “no tienen una estabilidad laboral que permita el normal desarrollo de la actividad del centro”, continúan desde la portavocía de alumnos. “El año pasado, el profesor de Enfermería del Adulto estuvo de baja unos meses y no enviaron a ningún sustituto, por lo que no pudimos dar clase en condiciones de una de las asignaturas troncales de la carrera”.

El “caos” es “total”: maniquíes de anatomía amontonados en un rincón, botes de suero fisiológico caducado, la tapa de un cubo de basura cubierto de polvo y material sanitario, tubos endotraqueales y vendajes desperdigados por estantes de aluminio sin orden y en cajas de cartón por el suelo. “La sala de prácticas de la EUE parece cualquier cosa menos lo que es”, se quejan las alumnas.

“Con todo esto”, comenta Francisco Muñoz, “nuestra Escuela es la que mejores notas tiene en el EIR (pruebas de acceso a Enfermero Interno Residente). Y lo digo con orgullo, pero es muy complicado asegurar que podamos ser buenos profesionales el día de mañana si aprendemos en estas condiciones. Llevan años intentando cerrar la escuela. Y al final lo van a conseguir, a pesar de recibir tantas solicitudes de ingreso”.

Una escuela sin edificio propio a pesar de que el 28 de noviembre de 2008 la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Cartagena aprobó la cesión de unos terrenos a la Comunidad Autónoma para construir una escuela de enfermería en el Paraje de Los Arcos, junto al Hospital General de Cartagena. En palabras de Joaquín Segado, actual portavoz parlamentario del PP y por aquel entonces concejal de Urbanismo del equipo municipal, el centro “mejoraría ampliamente la oferta educativa, además de dar servicio al hospital”.

Pero 15 años después, los estudiantes de la Escuela han estallado por la precariedad a la que están sometidos. “No es la primera vez que levantamos la voz; aquí ha habido hasta huelgas de hambre’ explica un miembro de la Delegación del Centro. ”Cuando José Ballesta (exalcalde popular de Murcia) era rector de la UMU –dice Lourdes Cantero– ya señaló al campus de Espinardo como prioritario y avisó de que no podía encargarse de los centros adscritos“.

La delegación de estudiantes insiste: el proyecto para la escuela existe desde 2009 y no se ha llevado a cabo. “Están hasta los planos hechos. Y nada”.

Una amenaza recurrente: el cierre de la Escuela

“Si van a cerrar la Escuela, que la cierren; pero no a costa de que queramos irnos de aquí”. La directora de la Escuela es firme: “Nos han amenazado varias veces con cerrar, pero nada. Podríamos compartir espacio con otras disciplinas como Medicina o Fisioterapia, pero no se ha hecho realidad y nosotras llevamos aquí desde 1987. Se abrió la Facultad en Lorca y todos los recursos se volcaron allí”.

Ante la posibilidad de clausurar la Escuela, Lourdes Cantero señala que “hay alumnos que por conciliación laboral o por sus posibilidades económicas no pueden desplazarse a Murcia o Lorca”. También echa en falta un mayor apoyo del Ayuntamiento de Cartagena: “Más allá de la cesión de los terrenos, su implicación ha sido nula”.

Fuentes de la UMU apuntan a la Dirección General de Universidades: “La Escuela es un centro adscrito, quiere decir que los títulos los expide la UMU, pero el profesorado, material e instalaciones no son nuestros, sino que corresponden a la Dirección General de Universidades” y achacan los desplazamientos a El Palmar a “evidentes sinergias que redundan en un mejor aprovechamiento de las instalaciones”. Desde la Universidad de Murcia afirman que no tienen “ningún inconveniente para que el proyecto de la Escuela pueda llevarse a cabo, siempre y cuando se reciba la financiación necesaria”.

Elevada la responsabilidad hacia la Dirección General de Universidades, la respuesta de Isabel Fortea, la Directora General de la institución, ha anunciado a través de su portavoz que están presupuestados 37.200€ que irán destinados a la adecuación de una sala de simulaciones y de los espacios cedidos por el Hospital Rosell, y asegura que se encontrarán disponibles para los alumnos en el próximo curso 2023-24.

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