Aun sabiendo que a muchos de vosotros la política os resulta un rollo, voy a tirarme a la piscina. Hace unos días desayunábamos con la noticia de que José Bono organizó en diciembre una reunión en su casa con Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y Zapatero. ¿Con qué fin? Pues eso es lo que voy a tratar de dirimir en este artículo de opinión.
¿Tan mal le ha sentado a la vieja guardia del PSOE que los militantes socialistas eligieran a Pedro Sánchez, que tienen la necesidad de meter las narices en todo? ¿A qué juega Bono (otrora líder socialista castellano-manchego, no el de U2) organizando un encuentro en su casa con Iglesias, Errejón y ZP? ¿No os da la sensación de que si Pedro Sánchez hubiera sido una marioneta en manos del aparato socialista, como dicen, no le estarían haciendo la cama a los seis meses de su elección?
Me imagino ese encuentro invernal, en casa de Don José, con un Pablo Iglesias angloparlante intentando darse el pegote delante de ZP, que no habla inglés, diciéndole a Bono: Can you light the fire? ¿Enciendes el fuego, majete?
Parece que Bono quiere manejar los hilos, cocinar todas las salsas y, al final, consigue llevar a la práctica ese manido deporte nacional de que todo se cueza alrededor de una mesa de camilla. ¿Hay algo más socialista?
Se cuenta que en esa reunión entre los líderes de Podemos y ZP-Bono, que en este momento son los amos de su casa, se habló de política, de Europa y Latinoamérica, de economía… Lo que a priori parece una reunión de intelectuales en torno a un café, se convierte en chascarrillo nacional cuando se filtra el citado encuentro.
Me parece perfecto que los líderes políticos se reúnan con sus homólogos de otras formaciones, creo que eso es lo normal y lo saludable, pero, ¿con qué líderes se han reunido Errejón e Iglesias? Ellos están en la cresta de la ola. Zapatero y Bono representan a un Gobierno caído en desgracia por sus innumerables torpezas, y son la viva imagen de la casta que tanto atacan desde Podemos.
¿De qué estamos hablando entonces? ¿De un acercamiento entre amiguetes o de un paso más en una conspiración en toda regla para quitarse de encima a Pedro Sánchez, porque ha sido malo al pedir perdón por los errores del PSOE y por querer rectificar la metedura de pata del artículo 135 de la Constitución que le pesa como un lastre?
¿Pudiera ser que ZP y Bono no respeten la decisión del partido, porque no hay horas de pasillo detrás del nuevo Secretario General de los socialistas? Porque no será que es más guapo, más joven y tiene más pelo…
Y que conste que no lo digo porque se reúnan con Iglesias, ya he dejado claro que me parece normal, sino porque lo hagan de tapadillo y de espaldas al actual dirigente del partido al que ellos representan.
¿Es que no han tenido bastante estos señores, que han sido de todo en política ya, que tienen que seguir trajinando al más puro estilo del viejo PSOE? ¿Cómo creen que ayudan a la que parece su apuesta, Susana Díaz, con todo esto? Díaz tiene por delante unos días complicados en los que tiene que decidir cuándo convocar las elecciones andaluzas.
Susana quiere quedarse en Andalucía, según ha dicho con sentido común, y sabe que tiene unas elecciones complicadas que debería ganar.
Según lo veo yo, así no la refuerzan. Si a nivel nacional se traslada la idea de que Susana no permanecerá en Andalucía, ¿con qué garantías la votarán los andaluces?
Y con este panorama, ¿a qué juegan algunos? ¿A terminar de convencer a militantes y votantes de que hay cosas que nunca cambian por mucho que se maquillen? ¿A trabajar para que el PSOE deje el espacio de la izquierda y desaparezca del mapa? ¿A dar argumentos y armas a la derecha? ¿A contribuir a que se critique a Iglesias por reunirse con los que, supuestamente, han llevado a este país a la ruina? ¿A no dejar títere con cabeza?
En medio del huracán interno del PSOE, Pedro Sánchez está convencido de que será el candidato a las generales, pero tendrá que enfrentarse a unas primarias, de las que aún no sabemos los contrincantes, y encarar el resultado de las elecciones municipales y autonómicas, que no auguran nada bueno para los socialistas, según indican las encuestas.
No lo tiene nada fácil, pero nadie puede negar que es un trabajador incansable, que le ha dado voz y voto a la militancia, con cuyo apoyo sigue contando, y que está dispuesto a ganar “partido a partido” como a él le gusta decir.
Así las cosas, lo mejor que le puede pasar al PSOE es que algunos de los llamados barones dejen el espacio mediático y empiecen a arrimar el hombro como corresponde.
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