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Murcia y aparte es un blog de opinión y análisis sobre la Región de Murcia, un espacio de reflexión sobre Murcia y desde Murcia que se integra en la edición regional de eldiario.es.

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Mares tropicales

Vista desde las alturas del Mar Menor. En el horizonte, las islas volcánicas y la hilera de edificios de La Manga. En el centro, la mancha blanca que afecta los suelos de la laguna

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Un efecto directo del cambio climático es el calentamiento de océanos y mares, En este contexto, el Mar Mediterráneo se calienta más rápido que la media mundial. El calentamiento global está produciendo efectos que agudizan las agresiones existentes por la sobrepesca, la contaminación, el comercio marítimo y el desarrollo urbanístico. Se está convirtiendo en una zona caliente del cambio climático debido a su condición de entorno de transición entre dominios húmedos y secos. El Mediterráneo se está convirtiendo en un mar tropicalizado.

Desde mediados de enero, la temperatura superficial del Mar Mediterráneo está por encima de valores jamás registrados antes, para esta época del año, lo que evidencia el calentamiento acelerado que sufre esta zona en los últimos años. El agua del Mediterráneo supera en muchas zonas los 28 grados, con anomalías térmicas por encima de los 5 grados. La Fundación Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), señala que el conjunto del mar ha superado los 26 grados, más de dos grados por encima de la media de esta época, fenómeno que ha ocurrido en los dos últimos años. En algunos puntos es todavía peor: el 30 de junio, en la Dragonera (Les Illes) la temperatura del mar llegó 30,55º C. Son datos que corresponderían a mares cálidos tropicales.

El Mediterráneo se calienta dos o tres veces más rápido que otros mares, al ser un mar cerrado, con mucha radiación solar y sin apenas intercambio con otros océanos. Esto tiene como consecuencia que se parezca cada vez más a los mares tropicales. Una de las graves consecuencias del ascenso de las temperaturas y las olas de calor marinas son las afecciones a la biodiversidad. La reserva marina de Cabo de Palos e Islas Hormigas, con una alta biodiversidad, se encuentran en una significativa situación de peligro por las olas de calor marinas.

La aparición de nuevas especies invasoras en las zonas más cálidas al Mediterráneo desplaza a las autóctonas y se está produciendo la disminución drástica de moluscos en las zonas más orientales. Las altas temperaturas y el incremento en la frecuencia e intensidad de las tormentas están transformando también el fondo marino. Las praderas de Posidonia oceanica, las poblaciones de gorgonias y las nacras, se han reducido en todas las zonas, llegando a extinguirse totalmente en algunos entornos. La Posidonia oceánica almacena entre un 11 y un 42% de las emisiones de dióxido de carbono.

Esta anomalía térmica también está sucediendo en el Mar Menor, donde estos extremos tienen repercusión. El aumento de temperatura del Mediterráneo también rompe el efecto regulador que enfriaba el Mar Menor. Este año, el aumento de la temperatura del Mar Menor alcanzado una media de 30.7 grados, con algunas áreas que llegan a los 32, que puede alterar el frágil equilibrio de la laguna. A esto se añade un crecimiento del fitoplancton con aumento de turbidez y pérdida de luz en el fondo marino.

Desde finales de mayo, se está produciendo una ola de calor que ha elevado la temperatura de sus aguas y que amenaza con prolongarse y acentuarse. La situación empieza a ser de alto riesgo. Aunque por ahora no se ha observado ningún impacto ecológico severo, se dan muchas de las condiciones que podrían derivar en la famosa sopa verde e incluso en episodios de mortalidad masiva de las especies más vulnerables a estos cambios.

Un reciente informe elaborado por el Instituto Español de Oceanografía (IEO) alerta de que estas condiciones de estrés térmico multiplican la probabilidad de que la laguna vuelva a colapsar. Se dificulta que el Mar Menor pueda resistir y sobreponerse a fenómenos naturales como el calentamiento son las altas concentraciones de nutrientes. Este factor junto a la entrada de nitratos y agua dulce del acuífero hacen que haya un riesgo alto de sufrir este verano un episodio de hipoxia. Puede ser la tormenta perfecta.

El frágil equilibrio puede acabar. Un exceso de temperaturas aumentará los riesgos de que sufra otro episodio de hipoxia. Será necesario comprobar si los actuales valores térmicos, desencadenarán una demanda de oxígeno en el ecosistema que provoque mortandades de peces o una proliferación aún mayor de algas en la laguna.

El Mar Menor necesita una mayor monitorización y coordinación de las administración regional y estatal. La mejor forma de proteger y conservar los ecosistemas marinos frente al cambio climático es mantener unos ecosistemas saludables que tengan una mayor capacidad natural para adaptarse a los cambios.

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