Se dice que la calidad de una democracia va en el respeto a las minorías. También, que esa condición se refleja en la capacidad y/o rapidez de las instituciones en atender demandas, preocupaciones o problemas de los ciudadanos. Miremos el segundo aserto. No se sabe muy bien qué resultado arrojaría una encuesta sobre los desasosiegos de los murcianos. Pero está claro, a poco que se tengan ojos y oídos abiertos, que el Mar Menor es una de las principales aquí y ahora.
Por eso queda tirando a vergonzoso la prisa con la que se plantea abordar parlamentariamente el asunto de la laguna salada. Han pasado sin pena ni gloria, es decir, sin mayor repercusión, las últimas palabras del presidente de la Asamblea Regional al respecto. Gracias a la proverbial verborrea de este remedo del chino de El Laberinto de las Aceitunas ––“tan untuoso de modales como pérfido de catadura”, dejó escrito Eduardo Mendoza–– nos enteramos el otro día de que 'lo' del Mar Menor no se acabará de debatir en ella hasta el próximo mes de octubre.
Habrá que entender, así, que no hay prisa alguna en tratar El Decreto, pues dos días después el portavoz parlamentario de los falsarios regeneradores, Juan José Molina, asegura que su partido “abordará la Ley de Protección Integral del Mar Menor en la Asamblea Regional nada más concluir el debate sobre los Presupuestos regionales”. Para entendernos, las cuentas no se aprobarán antes de mitad de marzo; después llegará la Semana Santa y demás, hasta mitad de abril. Entonces, habrá que darle la razón al remedo del chino de Mendoza.
Por tanto, sus señorías habrán dejado transcurrir más de un año para estudiar en profundidad y proponer medidas ––se supone que eso es lo que hace una comisión parlamentaria–– sobre el ecocidio del Mar Menor que fue flagrante en septiembre por la anoxia tras la DANA que dejó miles de peces muertos en la ribera norte.
El retraso no es de extrañar dados los precedentes. El primer aviso serio de lo que estaba pasando, como fue la eclosión de medusas en los noventa del siglo pasado, tuvo como única respuesta la colocación de redes para impedir que molestaran a los bañistas. Luego vino la sopa verde del verano de 2016, cuando Ecologistas en Acción (EeA) advirtió que había “preocupantes síntomas de anoxia” en la laguna. Se siguió mirando para otro lado, a pesar de continuas y reiteradas denuncias, hasta las recientes gotas frías y tormentas.
Hoy parece que se hará lo mismo. Al menos en la Asamblea Regional presidida por el aparente pariente del chino de Mendoza. Pero no está sólo el inefable personaje: le acompañan en el intento los tres grupos parlamentarios que apadrinan la derecha tricéfala gobernante. Sus votos impidieron el pasado diez de enero que la Diputación Permanente convocara una “sesión extraordinaria para debate y votación en Pleno de la convalidación, en su caso, del Decreto-ley (…) de Protección integral del Mar Menor”. La petición del PSOE solo tuvo eco en Unidas Podemos. Resultado: denegada por 26 contra 19 votos.
Después de unas cuantas semanitas sin currar en la Asamblea –– ¡ah, la Navidad!–– los diputados de la tricéfala dizque se concentraban fuera de ella en el lío del veto parental para ver de sacar los presupuestos de 2020. Desperdiciaron así un tiempo precioso, como de costumbre, obviando el artículo 68 del Reglamento: “Cuando la Cámara no esté reunida entre periodos de sesiones, la Diputación Permanente podrá convocar una sesión extraordinaria que concluirá cuando se agote el orden del día para el que fue convocada”.
Ahora se escuda la tricefalia en el punto 2 del 148, sobre el presupuesto: “Su tramitación tendrá preferencia absoluta sobre los demás trabajos de la Cámara, quedando en suspenso la tramitación de otras iniciativas si así se acuerda. (…)”. Es obvio que el reagrupamiento derechista gobernante ––¿O habremos de recuperar aquello de 'la derechona'?–– no acordará nada distinto de lo ya expuesto: el Mar Menor, para después. Debatir “otras iniciativas si así se acuerda”, ni se plantea. Como pasa desde el primer gobierno del llamado a declarar con su abogado–– vulgo, imputado––, Ramón Luis Valcárcel. Y que viva la agroindustria. Perdón, el parlamentarismo. Vale.
P.S.: ¿Cuánto tardará la Radiotelevisión de la Región de Murcia en lanzar una revista a todo color en el más caro de los couchés con periodicidad imprecisa pero productora de buenos réditos, al estilo de 'El Capote', 'Pasión por Murcia' o 'Gente de la Región'? ¡Uuuuuuuuuh!
0