El tiempo, dejar pasar el tiempo. Desde que empezamos a oír hablar de ese virus denominado Covid-19, hace más de un año, nos ha sido casi imposible abstraernos de las noticias diarias de esta pandemia que ha puesto al mundo boca abajo y nos has obligado a cambiar las costumbres más elementales de nuestra vida, como besar o abrazar a nuestros seres queridos.
Durante ese tiempo nos ha crecido un gran circo de negacionistas y hemos tenido que soportar las ideas más peregrinas sobre el origen de la pandemia o la inexistencia del virus, sin olvidar la criminalización del movimiento feminista con las manifestaciones del 8-M de 2020. En ese circo que prosigue hay auténticos profesionales de la maldad inventándose ocurrencias y naderías a tutiplén en las redes sociales, que opinan sin ningún tipo de pudor sobre cuestiones científicas. No voy a entrar en ese absurdo debate entre economía y vida. Ni siquiera en la alocada estrategia entre la oposición y el Gobierno, que comenzó con echarse a la cara quien compraba más o menos mascarillas, quien tenía más respiradores, quien utilizaba más rastreadores, quien era más laxo a la hora de permitir que la hostelería siguiera abierta, o que ahora, se critican por tener más o menos vacunas.
Nadie en su sano juicio puede estar contento con la situación y las restricciones que estamos viviendo. Obviamente todos estamos un poco hartos. ¿Qué otra cosa nos queda? Solo, la espera. Dejar pasar el tiempo. Y que tengamos la suerte de seguir viviendo para contarlo. Casi todos conocemos a alguien que ha perdido a un ser querido en esta pandemia.
Hemos leído noticias extraordinarias. Precisamente, hace unos días, me llamó poderosamente la atención la de una pareja de 58 y 54 años que se había casado en el box de una unidad de cuidados intensivos. Esta pareja ingresada por covid, ante el empeoramiento de su estado pidieron a los médicos que les facilitaran el poder casarse en la UCI. Los médicos estudiaron la petición y la dirección del centro sanitario dio la autorización, con la colaboración de los hijos de la pareja. Después tuvieron que ser intubados y sedados. El tiempo, dejar pasar el tiempo.
Ojalá esta pareja pueda despertar y superar la situación y algún día se lo puedan contar a sus nietos.
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