Egocentrismo navideño

En Navidad, las obligaciones familiares, los gastos en exceso y hasta la forma única de relacionarse de cada familia nos pueden conllevar a centrarnos en viejos conflictos. Por el contrario, lo más recomendable sería aprovechar estas fechas para crear una ocasión en la que practicar las emociones, la aceptación, ser empáticos e incluso simpáticos.

Llevamos desde noviembre con las calles iluminadas y con anuncios publicitarios que inevitablemente han descontrolado el consumo familiar, una prueba más de que esta crisis, al margen de económica, es también una crisis de valores. No lo duden, nos hemos distanciado del sentido original de recogernos, bien de forma reflexiva o religiosa, y desaprovechamos este momento para hacer balance emocional de la dirección que llevamos. Y en medio de esta vorágine de invitación al gasto, el estado del despiporre tiene la desfachatez de trasladarnos, de forma velada, que seamos buena gente, porque es lo que ahora toca, uno sigue sin explicarse, el empeño por hacer ahora lo que en el resto del tiempo deberíamos intentar con más convicción.

Ya han pasado las comidas y cenas de trabajo que nos han obligado a la relación, no por necesitarla, sino por qué se ha establecido la obligatoriedad de hacerlo, seguramente se podría quedar otra día, con más tiempo, que apeteciera más, con menos apremio, pero no, miren, imposible. En todo caso, lo importante es saber decidir. Acudir si se va a estar con alegría y satisfacción, y si por el contrario vamos con resignación u obligación, mejor declinar. Hacemos en demasía lo que no nos apetece por salvaguardar nuestra imagen.

Si uno afronta estos días apegados a la religión, a la fe, celebra la fiesta de encarnación de Dios en hombre, pero si los afronta en el desarrollo de la una actitud más pragmática, también se puede optar -si no deseas salir del rebufo festivo- por valorar el modelo de Jesús como un revolucionario que luchaba tanto contra las creencias religiosas como contra los intereses políticos de su época. Si hoy naciera de nuevo, tendría una estupenda ocasión de manifestarse en contra de muchas actuaciones corruptas y tanto sus palabras como su ejemplo nos inspirarían para seguir intentando renovar la ilusión política, dinamizar la revolución democrática y facilitar una transformación profunda de las instituciones públicas. Por ello, estoy seguro de que celebraría que este año el gordo de Navidad se haya ido por fin para la endeble división democrática de poderes, muy necesitada esta. La hermana del nuevo rey seguramente se sentará en el banquillo por fraude fiscal.

Pero ahondando en las reuniones navideñas, y entendiendo que para algunos estas citas son consideradas como problemáticas, sobre todo si estando con determinadas personas estas dicen cosas que pueden potencialmente perturbarnos. En la reunión de este fin de año, las decisión y noticia más importante ha sido la trasladada por la nueva Comisión Ejecutiva Regional del PSN, con su nueva secretaria general al frente, de apoyar la creación de una Comisión de Investigación de Caja Navarra. Desde luego, si lo que María Chivite había transmitido hasta el momento era su compromiso con la transparencia, con un nuevo tiempo y con un decidido empoderamiento de los ciudadanos, ha sido un ejemplo de coherencia política que ha provocado un punto de inflexión y de ajuste inteligente a la realidad.

Pero como decía, en estas reuniones se puede aprovechar para entrenar la empatía, la aceptación y ver las dificultades no como problemas sino como oportunidades de cambio o por el contrario se puede perseverar en conductas más bizarras emocionalmente hablando. Y esto ocurre porque, normalmente, el perfil de los familiares o amigos más conflictivos suelen ser muy egocéntrico. Por eso EH Bildu ha criticado una vez más al PSN, ahora, curiosamente, por apoyar la tramitación de una Comisión de Investigación de Caja Navarra.

Esto ocurre creo, fundamentalmente por funcionar de forma inconsciente, por qué la organización, al igual que los amigos o familiares más conflictivos, no son tan dueños ni de sus pensamientos, ni de sus actitudes, cuando menos como ellos creen, porque si tradicionalmente han castigado las, a su criterio, conductas inadecuadas de los y las socialistas, ahora sin embargo no son capaces de reforzar aquellas que se acercan a las que ellos pedían o solicitaban hasta ahora, siendo además, estas nuevas conductas incompatibles con las que durante tanto tiempo quisieron extinguir.

Obviamente, la conclusión que uno saca es que no les interesa la comisión, ni siquiera un conflicto, lo que realmente desean es una disputa. Un conflicto es una situación totalmente neutral e inocente, fundamentalmente de inicio, se trata solo de un estado de tensión dinámico que puede ser positivo si produce cambio y desarrollo. Se puede resolver fácilmente cuando existe reconocimiento de coincidencias en la búsqueda de una posible solución. Como ven, en este caso parece que imposible, para eso EH Bildu tendría que liberarse de posiciones determinadas concretas y buscar la verdadera necesidad subyaciente que se encuentra bajo esa actuación, seguramente como digo, iniciar una disputa.

Desde luego parece que el PSN manifiesta que ya no está de perfil, sino de frente, que se muestra en la idea de clarificar y de resolver conflictos, no generar disputas, alguno se ha dado cuenta enseguida y ha comenzado a buscarle problemas, pero no aciertan, su egocentrismo se lo impide, puede que les esté pasando como en la película Los fantasmas atacan al jefe, de Richard Donner, la historia de un hombre sin escrúpulos, egoísta y mezquino que, por medio de unas extrañas visiones, acabará tomando consciencia de los resultados que está cosechando en su vida. Sin embargo, algo ha comenzado, algo ha cambiado, hay quien parece que ha aprendido, tal y como John Lennon hacía en su canto pacifista Merry Christmas (War is over), a aprovechar el contexto navideño y poner paz en su corazón, en su organización y en sus conflictos. Feliz año 2015, salud y éxito para todos.