La crisis del PP compromete el futuro de Navarra Suma: “No me representa esta forma de hacer política”
La coalición que UPN -principal partido de Navarra-, PP y Ciudadanos formaron en 2019 para las elecciones forales, municipales y generales atraviesa su momento más delicado. Serán los afiliados de UPN quienes en última instancia decidan si dar o no continuidad al proyecto político, pero la insumisión de los diputados Sayas y Adanero al no apoyar la reforma laboral y la guerra interna que ha dividido en dos al PP comprometen el futuro de una coalición que no resultó suficiente para devolver a los regionalistas al Palacio de Navarra, principal objetivo de su formación.
Este lunes el presidente de UPN, Javier Esparza, ha evidenciado que la relación con el PP dista mucho de ser la ideal en estos momentos. Con la sospecha de que los populares pudieran estar detrás de la maniobra de los dos diputados de UPN para votar en contra de la reforma laboral todavía latente, la lucha de “egos personales” dentro del PP ha mermado todavía más la confianza del líder de los regionalistas, quien ha asegurado que no se siente representado “por esta forma de hacer política”.
Esparza, que si bien ha defendido que “Navarra Suma es un proyecto político que está haciendo una magnífica labor en el Parlamento” y en los ayuntamientos en los que gobierna, ha querido marcar distancias con su socio de la calle Génova de Madrid y con sus dirigentes, a quienes ha acusado de ejercer una política “del todo vale para llegar al poder”.
“Esta forma de hacer política genera un daño enorme a la credibilidad y a la confianza que los ciudadanos tienen que tener en las formaciones políticas y descrédito en la actividad política”, ha lamentado Esparza, que ha defendido “una política desde la verdad y sin mentiras, donde el valor de la palabra y el compromiso con los ciudadanos sea patente, claro y donde nos guíe el bien común”.
A este último episodio se le suma la propia crisis interna que atraviesa UPN con dos diputados que se niegan a entregar sus actas y que, a la espera de conocer la resolución definitiva del comité de garantías, no serán expulsados del partido, como pidió la ejecutiva, sino que únicamente serán suspendidos de militancia durante dos años y medio. A la sospecha de que el PP pudo influir en la traición de Sayas y Adanero a la dirección de su partido, se suma el malestar que ha generado entre los populares el acercamiento de UPN al PSOE, que ha recordado al que la formación dirigida entonces por Miguel Sanz tuvo con los socialistas en 2008 y que supuso la ruptura del pacto UPN-PP y la refundación del PP de Navarra.
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