9 años y 1,2 millones después, el Ayuntamiento concluye que debe desmontar la pasarela del Labrit

La pasarela del Labrit se abrió al público en diciembre de 2010 para que los peatones pudiesen cruzar entre el Casco Viejo y el Ensanche de Pamplona. El imponente artefacto en forma de y griega, de 73,5 metros de longitud y 125 toneladas de peso, tuvo que cerrarse apenas 5 años y dos meses después de inauguración por el desprendimiento de algunas chapas de su recubrimiento. Fue el principio del fin, porque después de años fuera de servicio durante los que la caída de elementos estructurales ha provocado problemas en el centro de Pamplona y obligado al Ayuntamiento a mantenerla cerrada y protegida con una red de seguridad. Finalmente, el Consistorio ha decidido desmontarla el mes que viene, ya que el informe definitivo de una consultora externa constata que ninguna de las soluciones estudiadas para repararla es viable técnica y económicamente y que, además, por razones de seguridad se tiene que acometer su “su pronta retirada”.
El documento, elaborado por IDEAM S.A (Consultoría de Estructuras de Ingeniería Civil y Edificación), señala, entre otras cosas, que la cimentación existente no se puede reaprovechar y que las numerosas actuaciones de refuerzo que habría que llevar a cabo en todos los elementos principales obligarían al desmontaje total de la estructura y a la transformación de su geometría y diseño.
Tras dos años y medio de estudio, alegaciones y reestudio, el informe concluye que “la pasarela del Labrit, por sus condiciones de diseño, dimensionamiento y ejecución, no permite garantizar los niveles de seguridad y funcionalidad exigibles de acuerdo con el marco reglamentario y normativo vigente, por lo que no resulta apta para su puesta en servicio”. Por otro lado, se afirma que “dadas las necesidades de actuación que se requerirían para subsanar las deficiencias detectadas, entendemos que en la situación y configuración actual no es viable técnica ni económicamente su reparación y teniendo en cuenta su estado de conservación y el riesgo que presenta el descuelgue por corrosión generalizada de las placas inferiores, se propone su pronta retirada y plantear un nuevo diseño”.
Respecto al nuevo diseño, en la rueda de prensa posterior a la Comisión, el concejal delegado de Ciudad Habitable y Vivienda, Joxe Abaurrea, y la directora del área de Proyectos y Conservación Urbana, Cristina Arregi, han explicado que en abril está previsto que se convoque un concurso público de ideas y que, en función de su resultado y viabilidad, se tomará la decisión final sobre si se levanta o no una nueva estructura. De forma paralela, han señalado que el Consistorio pamplonés sigue trabajando en el expediente para determinar responsabilidades “a todos los niveles”.
Revisión de todos los puentes y pasarelas de la ciudad
El Ayuntamiento también valora sacar una contrata a concurso para revisar el estado de todos los puentes y pasarelas de la ciudad. “Es básico velar por la seguridad de la ciudadanía y visto lo que nos hemos encontrado en este expediente, entre presuntas irregularidades y aparentes negligencias, parece evidente que un ejercicio de responsabilidad es evaluar la situación de otras infraestructuras similares”, ha explicado el concejal.

La pasarela ha costado al Ayuntamiento casi 1,2 millones de euros. A esto habría que sumar el coste del desmontaje que, en una primera estimación, se prevé que ascienda a entre 35.000 y 40.000 euros. Tras los desprendimientos de febrero de 2016, el Ayuntamiento encargó una inspección de seguridad que desde la primera nota previa entregada en julio recomendaba el cierre de la pasarela debido a las dudas que existían sobre su estabilidad, medida que fue corroborada en el informe definitivo y que se puso en marcha ese mismo mes.
El primer informe adelantaba que la pasarela presentaba daños debido a la corrosión excesiva del acero corten, no tenía capacidad para soportar las cargas para las que debía haber sido diseñada y ejecutada y apuntaba que había que tomar medidas de seguridad para evitar desprendimientos. Por ello, el Ayuntamiento colocó una red en septiembre de 2016. Teniendo en cuenta este informe, el Ayuntamiento abrió en 2016 y 2017 expedientes de depuración de responsabilidades donde se les dio audiencia a las partes implicadas.
El equipo redactor presentó un informe defendiendo la idoneidad técnica del diseño de la pasarela en cuanto a su capacidad portante así como a la correcta ejecución de las obras. Al existir divergencia entre ambos informes, el Ayuntamiento encargó este último informe, que concluye que la pasarela debe ser eliminada.
0